Si quieres triunfar en una discusión, da la razón a tu adversario

Respect, by Eric Langley

A menudo, pensamos que dejar noqueado a nuestro «adversario» en un combate dialéctico nos hace ganar la partida. Puede que en algunos casos sea así, pero quizás las heridas cicatricen con el bálsamo de la venganza y la sangre se limpie con un paño de rencor. Por eso, cuando argumentamos  no siempre tenemos que sentirnos ganadores implacables. No es buena elección desde un punta de vista humano (pero ya sabemos que es frecuente que el campo de la comunicación humana no sea un campo lleno de margaritas y que, a veces, hay que tener en cuenta otras cosas). La argumentación tiene una parte de «verdad», que la emparenta con la lógica, pero también posee otra parte decisiva de «estrategia», que procede de la retórica. A fin de cuenta, nuestra comunicación habitual no es ni totalmente verdadera ni falsa por completo.

La pregunta es: ¿se puede ganar haciendo partícipe a tu contrincante de la victoria? La respuesta es: no solo se puede, sino que se debe. Aquí explicaremos cómo:

Cuando alguien objeta algo a una idea que hemos planteado, es muy frecuente que nos defendamos intentando echar por tierra su contraaragumentación. Mala idea. Como hemos apuntado, se sentirá hundido y ofendido, y eso  siempre y cuando hayamos rebatido de una forma convincente. Podría ocurrir que hubiésemos dejado lugar a las entre nuestro auditorio. Podría ocurrir que nuestra ganas de herir hagan que todos se pongan de parte del «débil». Mucho riesgo para poca ganancia. Y, encima, mala conciencia, que a veces procede de matar moscas a cañonazos.

Pero también podemos darle la razón. No esa razón con la que contestamos: «Para ti la perra gorda». Tampoco esa en la que decimos: «Que sí, majo», dándole la razón como los tontos, ya que volveríamos a dejar ese poco amargo del párrafo anterior, con el plus de una prepotencia totalmente impotente.

¿Hemos pensado alguna vez en darle la razón? Sí, fulanito (o fulanita, claro), tienes razón. ¿Qué maravilla, no? En primer lugar, porque nadie suele esperar esa reacción en un debate dialéctico por parte de su contrincante. En segundo lugar (y fundamentalmente), porque esa será una baza casi segura para triunfar. Todavía recuerdo a un exministro en una conferencia en mi ciudad. En el turno de preguntas, el típico pesado se explayó hablando de lo divino y lo humano, con una opinión de lo más peregrina. Entre el auditorio se mezclaban las risas condescendientes, los gritos de protesta, el sentimiento de desasosiego por el trago que tenía que estar pasando el conferenciante. Cuando la persona que preguntaba acabó, todos esperábamos una respuesta agria, una chanza maligna o una negación contundente, pero no. La respuesta fue: «Tiene usted razón». Al protestante lo dejó planchado y a nosotros estupefactos.

Ya sabemos que ahora todos pensaréis que claro, eso es dejar que la victoria caiga del lado contrario, pero no. La retórica clásica tenía un recurso expresivo llamado concessio, que el gran teórico Heinrich Lausberg catalogaba dentro de las figuras frente al asunto como una figura dialéctica. La concessio no es un recurso para perder o para dejar ganar, sino para sacar ventaja psicológica y contraatacar de forma efectiva. Volvamos al caso de nuestro conferenciante, que no se quedó solo en el «Tiene usted razón». Dejó pasar tres segundos –sublimes para crear intriga– para, partiendo de esa concesión, matizar su afirmación con otros datos. En el fondo, tras todo lo que dijo, había demolido gran parte de los argumentos de la persona que preguntaba, pero esa persona no se quedó con esa sensación y el público tampoco. La impresión que dio fue la de una persona cortés, educada y que sabía escuchar de forma constructiva.

Así que pensemos: si utilizamos la concessio, ninguno pierde y uno gana. Así, sin sangre. Combate limpio ganado a los puntos.

Imagen de Eric Langley. A diferencia de la mayor parte de las entradas de este blog, las entradas sobre argumentación, como todas las de este sitio web, están protegidas por derechos de autor. Si quieres utilizarlas, lo mejor es que te pongas en contacto conmigo en el formulario de contacto de la web.

Los políticos hablan para los niños

Donald Trump

Un reciente estudio de la Universidad de Carnegie Mellon (EE. UU.) concluye que la mayor parte de los candidatos a la presidencia de los Estados Unidos para las próximas elecciones utiliza un vocabulario y una gramática propios de niños (y niñas, sí) entre 12 y 14 años (en el sistema educativo estadounidense, entre 6º y 8º grado). La palma se la lleva Donald Trump, pero resulta curioso que, en general, el uso del lenguaje por parte de los candidatos se ha ido simplificando a medida que la campaña electoral ha ido avanzando. Entre los récords históricos, los autores del estudio señalan que Lincoln, por el lado bueno, era el que utilizaba una gramática más compleja, esa a la que llegan los estudiantes de 17 años, mientras que George Bush tenía un manejo gramatical propio de estudiantes de 10 años. En lo que respecta al vocabulario, la variación del discursos de Trump o Hillary Clinton sugiere que ambos candidatos han tenido muy presente la adaptación de los discursos a sus oyentes. En lo que a gramática se refiere, la puntuación de los candidatos baja a un nivel educativo de entre 10 y 12 años.

Un estudio de estas características no está exento de dificultades: los autores se han basado en un modelo que realiza un análisis comparativo entre la frecuencia de palabras y construcciones gramaticales propias de cada nivel académico y su uso en los discursos de los candidatos (este análisis comparativo permite conclusiones más certeras con respecto a la palabra hablada que otros estudios anteriores, como el realizado por el Boston Globe).

La Retórica, desde Aristóteles a Perelman, pasando por Cicerón y Quintiliano, ya explicaba que los discursos debían de adaptarse a las circunstancias y, por supuesto, a los oyentes. Sin embargo, no deja de ser preocupante que esta adaptación suponga, desde el punto de vista lingüístico, una infantilización que suena –también– a simplificación. Obviamente, un discurso ante una audiencia nutrida a veces puede verse comprometido si es demasiado complejo en palabras y estructuras, pero hablar a los oyentes como a niños de 12 años no deja de ser alarmante. ¿No es posible lanzar un mensaje eficaz y de más altura? Quizás ese «bajón» deliberado de nivel pueda buscar también otras cosas, ciertamente más peligrosas. Que cada uno saque sus propias conclusiones.

Y, de forma inevitable, todo esto nos lleva a preguntarnos qué ocurriría si se hiciese un estudio similar en nuestro país. Hemos tenido una campaña electoral muy reciente y, si nadie lo remedia, puede que nos encontremos con otra campaña dentro de poco. En el fondo, investigar el léxico y la gramática empleados por nuestros políticos nos conduciría a conocer cómo nos quieren tratar y por quién nos toman.

El estudio que mencionamos, «A Readability Analysis of Campaign Speeches from the 2016 US Presidencial Campaign», es de Elliot Schumacher y Maxine Eskenazi, pertenecientes al «Language Technologies Institute» de la School of Computer Science de la Universidad de Carnegie Mellon, en Estados Unidos. He encontrado y consultado el estudio gracias a esta referencia.

(La imagen es de Gage Skidmore)

Entrada reproducida inicialmente en mi blog VerbaVolant.

Pero qué mala es la RAE y qué tontos son los académicos, madre mía (sobre almóndigas, murciégalos y toballas)

(Esta entrada ha sido publicada en mi blog personal VerbaVolant. Pese al tono desenfadado, he decidido incluirla también aquí puesto que el tema es perfectamente válido para el debate académico).

He aguantado mucho y creo que no puedo más, así que voy a hablar. Para que no haya ningún malentendido, diré que en muchas ocasiones he sido crítico con el trabajo de la RAE o, mejor dicho, con las estrategias o con las ausencias. Empezando por estas últimas, la tardía y escasa incorporación de las mujeres a los sillones «reales». Y, en cuanto a las primeras, la estrategia económica de inundarnos con versiones de las obras académicas de una manera más forzada que necesaria o una búsqueda de esponsorización que a veces rodea el vasallaje y conduce a un nada deseado clientelismo (además de las molestas publicidades en la página web, algunos materiales digitales de la RAE solo se pueden consultar si eres usuario de un PC con Windows).

Pero una cosa son verdades incuestionables y otra mentiras que, a base de repetirlas, llegan a asentarse como elementos pertinaces del dogma popular. Una de ellas, muy recurrente, es la de que la RAE «acaba de aceptar palabras como…». Ayer mismo, en un informativo de Telecinco, Pedro Piqueras nos hablaba de esas rarísimas palabras y un reportero salía a la calle para que los viandantes, llenos de un caudal de conocimiento lingüístico y preocupados como no había visto en mi vida por el estado de salud de nuestro idioma, se alarmasen de que la Academia acabase por rematarlo.

No voy a extenderme porque sería algo muy muy largo. Y me limito a cuestiones que afectan, aunque no solo, al Diccionario, sin mencionar otras que pertenecen a la Ortografía y la Gramática que dejaremos para otra ocasión.

Los viandantes e informantes se escandalizan de que la Academia acepte murciégalo. ¿Qué horror, verdad? Lástima que la palabra «buena», murciélago, proceda de la espantosa murciégalo. Lástima que en la definición quede muy claro que está en desuso y que pertenece al ámbito vulgar (por lo tanto, no es que «esté bien dicha», es que quienes la profieren están utilizando un arcaísmo o están utilizando un nivel vulgar de lengua). Lástima también que tengamos como referencia de primera aparición en un diccionario que data de 1607 y que aparezca ya en el Diccionario de Autoridades de 1734. Así que eso de que la RAE «acaba de aceptar la palabra suena a «coña».

El escándalo continúa con la extrañísima toballa. Otra vez, la etimología nos explica que esta palabra está más cercana a la etimología tobaja, de la que derivó a toballa y luego a toalla. Es tan nueva como para aparecer en la edición del Diccionario de Autoridades de 1739. Y, además, el Diccionario nos avisa de que es una palabra en desuso. Una barbaridad, oigan. Seguro que nos comen los cocodrilos.

El diccionario de la RAE, es cierto, ha evolucionado de un carácter normativo a convertirse en lo que toda obra lexicográfica seria ha de ser, que es un diccionario de uso. No hay ni una sola palabra que empleen los hablantes de este mundo que no exista (o que exista solo porque lo diga una institución). Las palabras, porque existen, son recogidas en los diccionarios. ¿Qué pasa si un alemán oye a un paisano decir almóndiga y quiere saber lo que significa? Es muy sencillo: va al diccionario académico y aquí se le explica que es una palabra que se dice, que se prefiere albóndiga y que el que diga la primera está expresándose de manera vulgar.

Acabemos con otros dos ejemplos. Casi se nos mueren los sufridos españoles cuando se enteraron de la incorporación de amigovio. Saltaron y mordieron preguntándose quién decía eso… olvidándose que el diccionario no es «nuestro» (es decir, de España), sino que es un diccionario depositario de una lengua común en la que «nosotros» somos una pequeña parte. ¿Quién dice amigovio? Pues nada menos que los argentinos, los mexicanos, los paraguayos y los uruguayos. Así, resumiendo, más de ciento cincuenta millones de mortales, que no es «casi» nada. Para escandalizarse más, diré que también acepta el término marinovio, utilizado en Cuba y en Venezuela.

Hay que ser muy tonto, al parecer, para proponer bluyín. ¿Quién en su sano juicio diría esta palabra si todos sabemos que en castellano puro y duro es «pantalón vaquero»? La RAE nos advierte diciendo que es un americanismo. Y, en cuanto a esa adaptación tan horrenda, parece ser la misma del mismo tipo de la que empleamos cuando decimos yogur, champú o espaguetis. Reto a los sabios ciudadanos a que deletreen las palabras originales. El fenómeno de la adaptación es algo normal y natural en la lengua, al menos así lo pienso. Para el que no se lo crea, tiene aquí un gráfico sacado de la magnífica página de Dirae (saquemos un poco pecho y digamos que es una iniciativa privada e individual, mucho mejor que la académica) sobre el uso de bluyín:

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Y podríamos seguir y seguir y seguir. Pero hay una cosa clara: que todos sabemos mucho pero los académicos no saben de nada de nada, oyes.

Entrada de esas en las que Voy a hablar de.

El esclavo de Hapu. La estrategia publicitaria hace 5.000 años

AnuncioEsclavoEgipcio

 

En el British Museum podemos encontrar un manuscrito que data del año 3.000 a. C., hallado en Tebas, que pasa por ser el anuncio publicitario más antiguo del mundo.

Cinco mil años después, contemplamos con agrado y una sonrisa la estrategia de publicidad de Hapu, un tejedor que pide a sus conciudadanos tebanos que le ayuden a encontrar a su esclavo Shem. El texto contiene una descripción del esclavo (hijita, cinco pies de altura, complexión robusta, ojos castaños). El reclamo publicitario está al final del texto. Hapu pide que, si encuentran a Shem, lo devuelvan a su tienda, «donde se tejen las más bellas telas al gusto de cada uno», a cambio de una pieza de oro.

El texto literal es este:

“Habiendo huido el esclavo Shem de su patrono Hapu, el tejedor, éste invita a todos los buenos ciudadanos de Tebas a encontrarle. Es un hitita, de cinco pies de alto, de robusta complexión y ojos castaños; a quien lo devuelva a la tienda de Hapu, el tejedor, donde se tejen las más bellas telas al gusto de cada uno, se le entregará una pieza entera de oro.”

Todo aquel que leía el anuncio recibía el impacto persuasivo desglosado en dos elementos: la ponderación en forma de superlativo («las más bellas telas») y la adecuación y conexión con las necesidades del consumidor («al gusto de cada uno»). Nada más y nada menos.

Fuentes:

  • Arcangeli, M. (2011). Il linguaggio pubblicitario (3a reimp.). Roma: Carocci.
  • Eguizábal, R. (2011). Historia de la publicidad. Madrid: Fragua.
  • Martínez López, T. (2015). La publicidad a través del tiempo. Recuperado 24 de octubre de 2015, a partir de http://www.piensaenmarketing.com/la-publicidad-a-traves-del-tiempo/
  • Zamora, S. (2013). El anuncio más antiguo del mundo. Recuperado 24 de octubre de 2015, a partir de https://salvadorzamora.wordpress.com/2013/11/26/el-anuncio-mas-antiguo-del-mundo/

Hablemos de los dictados

Homework, by Éktor

Vamos a dedicar unas líneas a hablar de los dictados (y no de los dictados de nuestra conciencia, sino de los dictados en las clases de Lengua).

Hace unos pocos días se nos ha informado de que Francia va a recuperar dos elementos tradicionales en la enseñanza: los dictados y los ejercicios de cálculo mental serán obligatorios en el nivel equivalente a la Educación Primaria. En esta misma noticia se nos recuerda que la LOMCE había recuperado el dictado como elemento indispensable dentro de la práctica educativa.

La práctica del dictado suscita grandes controversias: mientras es saludado por algunos como algo necesario (cuando lancé la noticia el otro día a través de las redes sociales, me sorprendió la acogida favorable que obtuvo por personas muy jóvenes), otras muchas voces sostienen que es una práctica desfasada y que existen otros procedimientos más eficaces para mejorar nuestra capacidad lingüística.

En torno a la eficacia del dictado, conviene subrayar algunos pormenores: no se puede negar que el dictado tenga resultados positivos, tal y como sostiene el neuropsicólogo Álvaro Bilbao,autor de El cerebro del niño explicado a los padres (Barcelona, Plataforma Editorial, 215). En una reciente entrevista concedida a Carles Francino en el programa La Ventana de la Cadena Ser, Bilbao sostiene las bondades del dictado como herramienta para mejorar la atención y la concentración, como elemento para mejorar algunas funciones de la memoria y como instrumento para la mejora de la caligrafía, que tiene beneficios en aspectos psicomotrices. En un tiempo en el que los niños están cada vez más acostumbrados a manejar dispositivos en los que la escritura se corrige, de forma muchas veces dudosa e incorrecta, parece que el dictado conserva esa capacidad de ejercicio y reflexión.

No obstante, debemos destacar algunos elementos normalmente asociados al dictado y que son mucho más difíciles de demostrar.

El primero de ellos es el de la lectura: suele decirse que un dictado favorece el gusto por la lectura. Normalmente, creemos que se asocia el dictado a ese placer lector por una relación de causa-efecto mal entendida: como en las épocas en las que se realizaban de forma habitual dictados en el aula se leía más, suele pensarse que es el dictado la herramienta que ha conseguido ese hábito lector. Sin embargo, es fácil deducir que el abandono de la lectura (y no solo en las personas jóvenes) se debe, por un lado, a una pésima gestión de la enseñanza de la lectura en los colegios (aspecto en el que no nos podemos detener aquí) y, por otro lado, a la innegable presencia e importancia concedida a los elementos audiovisuales.

El segundo es la ortografía. En lo tocante a la ortografía, hemos de subrayar que un dictado nunca enseña a mejorar la ortografía, sino que, a lo sumo, evalúa el nivel ortográfico del que lo realiza. No se tiene mejor ortografía por hacer dictados: se hacen buenos dictados si se tiene buena ortografía. La ortografía está firmemente vinculada a la memoria visual y el sometimiento al ejercicio del dictado, al contrario de lo que suele pensarse, no la hace mejorar de forma significativa: todos conocemos a personas sometidas durante años a ejercicios de dictado que siguieron teniendo una pésima ortografía. La ortografía no se mejora ni haciendo dictados ni leyendo mucho, tal y como suele sostenerse de forma demasiado optimista. La ortografía solo se mejora si logramos que se vinculen las grafías a las palabras y las palabras a las grafías. ¿Son mejores en ortografía aquellos que conocen las reglas? Sabemos que hay muchas personas que conocen las reglas de acentuación pero no las aplican.

Por lo tanto, hay en el dictado beneficios, sin lugar a dudas. Pero hay que saber exactamente qué perseguimos cuando utilizamos un dictado. Si con el dictado queremos conseguir personas más competentes en la ortografía, es mucho mejor que fomentemos, de una vez por todas, los métodos que auténticamente funcionan.

Imagen de Éktor.

Cómo introducir símbolos fonéticos en el ordenador y en dispositivos móviles

Mis alumnos de la asignatura de «Fonética y Fonología españolas» en la Universidad de Burgos suelen tener dificultad para poder introducir símbolos fonéticos en sus trabajos académicos. En esta entrada vamos a intentar enseñar algún método fácil para conseguirlo.

(Las aportaciones de esta entrada no solo valen para la introducción de símbolos fonéticos: también son muy útiles para introducir caracteres y símbolos propios de otras lenguas).

Por defecto, tanto los usuarios de PC o de MAC tienen posibilidades de introducir símbolos en sus documentos. No obstante, a veces no se encuentran fácilmente estos símbolos y se tarda demasiado en introducir texto con esos símbolos fonéticos.

EN EL ORDENADOR

La manera más sencilla de introducir estos símbolos cuando trabajes con símbolos fonéticos es utilizar un editor de símbolos fonéticos. De la abundancia de recursos que existen en la web, destacamos Type IPA phonetic symbols for all languages:

IPAphonetic

Como puede apreciarse en la imagen, nos permite introducir con facilidad en el editor de texto todos los símbolos fonéticos del Alfabeto Fonético Internacional (y no solo del AFI, API en inglés), sino también cualquier símbolo no existente en nuestra lengua y, por lo tanto, difícil de localizar con atajos de teclado). Basta con copiar el texto y pegarlo luego en nuestro procesar de textos.

EN APLICACIONES MÓVILES

También es posible manejar aplicaciones específicas para introducir símbolos del Alfabeto Fonético Internacional en teléfonos inteligentes y tabletas.

  • Para IOS, disponemos de aplicaciones como IPA Phonetic Keyboards, que permite elegir un teclado para introducir los símbolos fonéticos. También tenemos English IPA Keyboard, con el que podemos introducir los símbolos directamente o elegir un teclado específico. Ambas aplicaciones son de pago.
  • Para Android, tenemos también aplicaciones como Teclado Fonético IPA, con la que podemos introducir los símbolos fonéticos.

Programar videoconferencias con Skype empresarial (Lync) utilizando el calendario

Hemos dedicado una entrada a la instalación y primeros pasos con Skype empresarial (Lync). Es una herramienta con muchísimas funciones, entre las que cabe destacar la programación de videoconferencias.

En efecto, con Skype empresarial podemos programar videoconferencias, invitar a los que queremos que participen en la misma y poder tener una alerta cuando vaya a empezar. Todo ello se realiza utilizando la función de calendario de Office 365.

Detallemos paso a paso lo que tenemos que hacer:

  1. Entramos en Office 365 y pinchamos en la opción de «Calendario».

progLync01

2. Una vez dentro del calendario (una vez dentro, veremos que se llama Outlook), hacemos clic en «Nuevo».

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3. Entramos en «Reunión de Skype»:

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4. Tendremos una pantalla como esta (pincha sobre la imagen para hacerla más grande), en la que que podremos (1) agregar un título para nuestra videoconferencia, (2) determinar la fecha y la hora, (3) poner un aviso para que nos recuerde el inicio del evento, (4) mandar un mensaje a las personas invitadas y (5) agregar personas para invitarlas a la videoconferencia (es muy fácil hacerlo, ya que basta con ir tecleando para ir encontrando los nombres.

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5. Una vez que hemos realizado estos pasos, recibiremos este mensaje de recordatorio:

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Como ves, la combinación de la herramienta de calendario con la de videoconferencia es muy sencilla y muy útil.

¿Cómo cambiar el editor de texto en UBUvirtual?

Los que usamos desde hace años la plataforma de UBUvirtual en la Universidad de Burgos sabemos que este año ha cambiado el editor por defecto para escribir nuestros mensajes, contribuciones y demás cuestiones que tienen que ver con la confección de texto.

Para los que, como a mí, prefieren el editor anterior, basta con seguir unos sencillos pasos:

  1. Entramos en UBUvirtual y pinchamos sobre nuestro nombre en la esquina superior derecha. en el menú desplegable, elegimos «preferencias».

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2. Dentro de preferencias, elegimos «editar perfil» y, dentro de la opción de «editor de texto», elegimos «Editor TinyMCE HTML» (para más información sobre este editor, pincha aquí).

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3. Tal y como aparece por defecto, el editor se muestra como en la imagen que sigue. No obstante, si pinchamos sobre el icono que señala la flecha, obtenemos un menú mucho más completo.

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4. Según mi modesta opinión, las posibilidades de este editor son más atractivas que las del que usamos por defecto:

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Usar Skype empresarial (Lync) para videoconferencias en la enseñanza online

Este curso, la Universidad de Burgos ha empezado a utilizar Office 365. Sus funciones van mucho más allá de recibir y enviar correos, guardar o compartir archivos con One Drive o editar documentos con distintas aplicaciones de Office como el procesador de texto o la hoja de cálculo.

Para la enseñanza en los grados online (aunque no solo para ella, por supuesto), es especialmente útil la aplicación de Skype empresarial (Lync). La aplicación de Skype para empresas tiene algunas funciones que la diferencian de su «hermana menor».  Entre ellas, destacamos la posibilidad de realizar reuniones por internet a través de llamadas, mensajes o vídeos hasta con 250 personas (obviamente, nosotros utilizaremos algunas menos) y la facilidad para encontrar a cualquier usuario de la Universidad de Burgos.

¿Cómo conseguimos esta aplicación? Basta con seguir estos pasos (si pinchas sobre cada imagen, puedes hacerla más grande):

    1. Vamos al portal de Office 365 y pinchamos en la rueda de configuración.

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2. En el menú desplegable, elige «configuración de Office».

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3. En el menú resultante, elegimos «instale y administre software«.

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4. Nos detecta qué tipo de equipo tenemos (en la pantalla aparece la versión para Mac, ya que el ordenador desde el que estoy trabajando trabaja con OS X de Apple.

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5. Le damos a «instalar» y seguimos todos los pasos.

6. Una vez instalado, abrimos el programa y tendremos una ventana similar a esta:

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7. Introducimos nuestra dirección de correo electrónico de la UBU, nuestra id. de usuario (la misma que el correo electrónico) e introducimos la misma contraseña con la que accedemos al correo. Pinchamos sobre «iniciar sesión»… y ya lo tenemos.

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8. Basta con que busquemos un contacto por su nombre y apellidos (luego podemos incluirlo en una lista para que lo tengamos siempre disponible) y elegir si queremos enviar un mensaje, realizar una llamada o una videoconferencia. Obviamente, necesitamos una conexión a internet y micrófono para el audio y cámara para el vídeo.

9. Aquí hemos explicado la versión de escritorio, pero también podemos utilizarlo en nuestro teléfono móvil o en una tableta.

10. Con esta herramienta nos resultará muy sencillo ponernos en contacto con los alumnos, los profesores y los compañeros.

 

La pasión por comunicar. Perspectivas actuales (2.ª edición)

Los medios de comunicación, el periodismo, , la publicidad, la ficción televisiva, la comunicación entre culturas, la ironía y las redes sociales y la política,  serán los protagonistas de La pasión por comunicar en la Universidad de Burgos

En el marco de la XIX edición de los Cursos de Verano de la Universidad de Burgos se celebrará en Miranda de Ebro, del 14 al 17 de julio de 2014,  el curso La pasión por comunicar. Perspectivas actuales, dirigido por Raúl Urbina Fonturbel.

Ya está disponible el formulario de matrícula por internet. Para más información, puedes enviar un correo electrónico al director del curso (rurbina@ubu.es) o a la secretaría de los Cursos de Verano (cverano@ubu.es) o llamar por teléfono (947 25 80 32 / 947 25 87 42 / 947 25 80 80

Programa del curso «La pasión por comunicar» en PDF

Lunes, 13 de julio:

10.00. María Isabel Menéndez (Profesora de Comunicación Audiovisual en la Universidad de Burgos)

«Género y variables de diferencia: Los Soprano vs. Sex and the City»

12.00.  Beatriz Gallardo-Paúls (Catedrática de Lingüística General en la Universidad de Valencia). Twitter: @BeatrizGallardo

«Hablarle a una pared. Política y sociabilidad en Twitter»

Martes, 14 de julio

09.30-11.00. Patricia Lorena Andueza (Assistant Professor Spanish en la University of Evansville, EE. UU.)

«Descodificando la ironía. El papel del contexto en la enunciación y la interpretación de los enunciados irónicos»

11.00. Antonio Álvarez Tejedor (Profesor Titular de Lengua Española en la Universidad de Burgos)

«El consenso en los medios de comunicación: palabras contra pensamiento»

12.30. Leandro Pérez Miguel (Escritor, periodista y socio de Tres Tristes Tigres)

«Letras enredadas de ayer y de hoy» 

Miércoles, 15 de julio

10.00. Ana Villar Saro (Profesora de Español como Lengua Extranjera y Español para Fines Específicos
Fundación Comillas) y Cristina Fuentes García (
Traductora, intérprete y profesora de Español de los Negocios. Fundación Comillas). Twitter de Cristina Fuentes: @tradusantander

«Romper el hielo para romper barreras: una comunicación intercultural eficaz”

12.00. Antonio Bueno García (Profesor y Decano de la Facultad de Traducción e Interpretación de la Universidad de Valladolid en el campus de Soria).

«La publicidad. Reflejo de la sociedad y de la cultura»

Jueves, 16 de julio

10.00 Raúl Urbina Fonturbel (Profesor de Lengua Española de la Universidad de Burgos). Twitter: @verbavolant

«Falsa retórica, pura retórica. La presencia de la persuasión en el ámbito comunicativo»

12.00 Quique Peinado (Periodista, escritor, guionista y presentador de televisión). Twitter: @quiquepeinado

«El oficio de comunicar delante y detrás de las cámaras»

Se celebrará en la Casa Municipal de Cultura de Miranda de Ebro (C/ Río Ebro, 31). Tfno. 947 34 91 00.

El importe de matrícula ordinaria será de 70 € y de 40 € en matrícula reducida.

El curso tiene como objetivos:

  • Estudiar los modos, medios y formas de comunicación desde una perspectiva actual.
  • Revisar de forma crítica la situación de los medios de comunicación.
  • Buscar los puntos fuertes en los que se debe fundamentar una comunicación eficaz.
  • Analizar la comunicación desde un punto de vista interdisciplinar y transdisciplinar.

Está dirigido a:

  • Estudiantes, licenciados y graduados en Comunicación Audiovisual y Periodismo.
  • Estudiantes, licenciados  en Filología y graduados en Español: Lengua y Literatura.
  • Profesionales del mundo de la comunicación.
  • Profesores.
  • Cualquier persona interesada en el mundo de la comunicación y los medios de comunicación.

El curso tiene reconocidos 0,5 créditos para los alumnos matriculados en títulos oficiales adaptados al Espacio Europeo de Educación Superior y 1 crédito de libre elección para los alumnos matriculados en planes antiguos. También tiene el reconocimiento de la Dirección Provincial de Educación de Burgos para profesores de enseñanzas no universitarias.