La patria eslava y la lingüística forense. Una observación a propósito de la serie Unabomber.

 

En el tercer capítulo de la serie Mahunt: Unabomber, Natalie habla a James Fitzgerald de lo que sería un concepto clave para resolver el caso Unabomber. No haremos especial énfasis en la parte argumental de la obra para no desvelar contenido relevante para quienes no la hayan visto.  Natalie Rogers era una lingüista de la universidad de Stanford que colaboró de forma decisiva con Fitzgerald, agente del FBI y que, con su conocimiento especializado, condujo al descubrimiento, aplicación y puesta en valor de la lingüística en su aplicación al campo criminalístico y judicial (la lingüística forense).

James y Natalie están cenando en un restaurante y ella habla del pueblo eslavo:

–Alrededor del año 600, el pueblo eslavo apareció de repente por toda Europa. Ya sabes, Alemania, Polonia, Serbia, Rusia… Pero nadie podía entender de dónde venían.

–La patria eslava.

–Así es. Fue un enorme misterio histórico hasta que comenzaron a estudiar su lenguaje y se dieron cuenta de que en el protoeslavo no existían palabras para ciertos tipos de árboles. tuvieron que pedir prestadas palabras para el roble, para el haya y el pino… [La lingüista explica de forma gráfica estos conceptos con los elementos que hay en la mesa]. Los nachos son Europa. Los eslavos están en todas partes, pero no tenían una palabra para jalapeños. Así que no podían venir de aquí. Tampoco tenían una palabra para frijoles o para la salsa o para la crema agria. Lo cual excluye todas estas partes, excepto esta de aquí. El valle del río Pripyat está en Ucrania. Básicamente, es un enorme pantano.

–El único lugar de Europa donde no hay árboles.

–Exacto. Fue brillante, porque hasta entonces, solo habían estado buscando las palabras que tenían, pero la clave eran las palabras que no tenían.

Aunque por lo que se refiere al protoeslavo en la actualidad hay cierta controversia sobre la validez de la teoría de un protoeslavo común, lo importante aquí es destacar algo que ya había señalado el estructuralismo de Saussure: en el sistema de la lengua, es tan pertinente lo que aparece como lo que no. Y, aplicado a la lingüística forense, no solo hay que estudiar las palabras, formas y estructuras que aparecen de forma manifiesta en los textos, sino todos aquellos elementos que no aparecen pero son igualmente significativos.

De esta manera, no usar determinadas estructuras sintácticas, no emplear determinado tipo de combinatoria en las palabras o no utilizar determinados vocablos nos puede llevar a conocer características esenciales del autor de un determinado texto.

A James Fitzgerald le costó muchísimo convencer a sus jefes del FBI de que, en muchas ocasiones, la clave está en el uso del lenguaje.

 

 

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