Cortesía, actos de habla indirectos y ruptura de las máximas

Como veíamos en su momento, los actos de habla indirectos permiten hacer nuestras intervenciones comunicativas más corteses. Aunque corre el peligro de que la fuerza ilocutiva sea ignorada por los oyentes, permite a los hablantes darles opciones sin ser impositivos.

¿Hace un poco de calor aquí, no?

Del mismo modo, las fórmulas corteses pueden incumplir alguna máxima del principio de cooperación.

En esta las frases siguientes, estamos realizando una solicitud de ayuda, órdenes, ironías, etc., pero incumplimos alguna máxima del principio de cooperación para ser más corteses.

Mira que no encuentro por ninguna parte el teléfono del dentista que me dio tu hermana…

Qué libro más bonito. ¡Lástima que no tenga ahora 30 euros para comprarlo!

¿Por qué nadie tira la basura en esta casa?

Parece que alguien lo pasó fenomenal anoche…

Por otro lado, diciendo las cosas de manera directa y abierta mediante los actos de habla directos damos menos opciones a nuestros interlocutores para no hacer lo que pedimos.

Pide a tu hermana el teléfono de su dentista.

La bombilla de la habitación está fundida. Cámbiala.

Se les da pocas opciones a nuestros interlocutores, pero si no hacen lo que les decimos puede parecer poco cooperativo. También hay que tener en cuenta a quién le pedimos las cosas de esa manera y el riesgo al que nos enfrentamos.

Pásame el agua.

Cásate conmigo.

En este tipo de enunciados, el hablante ya ha realizado un cálculo de probabilidades pensando que el riesgo a una negativa es pequeño.

La franqueza, que en ocasiones puede ser mala, también indica un deseo de ser visto como alguien cercano.

Sin embargo, hay que realizar un cálculo adecuado de las estrategias para optar por las expresiones directas o utilizar la cortesía negativa o positiva.

Limitaciones de la teoría de la relevancia

Para algunos estudiosos, la noción de relevancia abarca tantas cosas –recordemos que explica todas las máximas de Grice reduciéndolas a una sola– que, de algún modo, pierde su fuerza explicativa.

De hecho, podría decirse que todo implica algo que no se dice, ya que cada enunciado depende de asociaciones y conocimiento de fondo.

De hecho, una expresión como:

¿Qué hora es?

Podría significar muchísimas cosas diferentes según el contexto: «¿No crees que tendríamos que estar ya preparados para salir?», «Se me está haciendo tarde», «Me estás aburriendo»…

Otra limitación de la teoría de la relevancia es que no dice nada sobre la interacción y no incluye dimensiones culturales o sociales, como la edad, el género, el estado y la nacionalidad. Como ya ocurría en el principio de cooperación, cada comunidad y cada cultura tienen sus propias formas de observar y expresar máximas.

Objeciones al principio de cooperación

La objeción más importante que tiene el modelo de Grice es su choque intercultural: diferentes culturas, países y comunidades tienen sus propias formas de observar y expresar máximas para situaciones particulares. Y lasas reglas de conversación e interacción varían de una cultura a otra: por ejemplo, algunas culturas valoran la honestidad más que otras, algunas esperan más desacato a la máxima de cantidad que otras.

Ya le llamaremos

Mientras en algunos países es posible que nos digan en una entrevista de trabajo «Ya le llamaremos» y sea normal burlar la máxima de calidad, en otros países es normal tomar esta respuesta como «No estamos interesados».

¿Cómo estás?

En algunas culturas, en esta pregunta se solventa la máxima de cantidad respondiendo: «Bien». En otras culturas, en cambio, la pregunta no es una fórmula cortés, sino una preocupación genuina por el estado de salud y, por lo tanto, se espera una respuesta más detallada.

Otro problema que tiene el principio de cooperación es que las máximas se superponen. A veces, es difícil saber que máxima está operando y es frecuente que operen varias a la vez.

Por esta razón, Sperber y Wilson plantearon una reducción de máximas en su principio de relevancia.

Sperber y Wilson (1995) dicen que todas las máximas se pueden reducir a la máxima de relación, ya que la relevancia es una característica natural de todos los intercambios en los que los hablantes tienen.

Jugando con las máximas o violando las máximas del principio de cooperación

Juegos con las máximas

Pongamos un ejemplo recordando una anécdota de Maurice Bowra, en el Warden of Wadham College de Oxford. Estaba entrevistando a un joven para el posible ingreso de este en la universidad y, llegando para sí a la conclusión de que el joven no era un buen candidato, le dijo:

Creo que sería más feliz en una universidad más grande… o en una más pequeña.

Obviamente, Bowra no seguía la máxima de calidad, ya que no decía de forma explícita lo que pensaba en realidad, ni la máxima de manera, puesto que estaba siendo deliberadamente ambiguo y contradictorio.

Ante un enunciado de estas características, cabe preguntarse la razón por la que profería ese enunciado, si mentía al joven aspirante para engañarlo o era una mentira piadosa para que este no se sintiera dolido en exceso (posibilidades más directas hubieran sido: No entrarás en esta universidad o Desafortunadamente, no eres suficientemente bueno para ingresar en esta universidad).

Probablemente, el aspirante es muy consciente de que lo que querían decirle es que no había superado la entrevista. No, es por lo tanto, una mentira, sino una fórmula de cortesía comunicativa. Ese mensaje indirecto será mejor recibido por el joven que otro más directo y cruel.

Cuando los hablantes parecen no seguir las máximas, pero esperan que los oyentes aprecien el significado implícito, decimos que están vionando las máximas del principio de cooperación. Al igual que con un acto de habla indirecto, el hablante implica una función diferente del significado literal de la forma. Cuando viola una máxima, el hablante asume que el oyente sabe que sus palabras no deben tomarse al pie de la letra y que puede inferir el significado implícito.

1. Juego con la máxima de cantidad

El hablante que incumple la máxima de cantidad parece que aporta muy poca o demasiada información.

(Marta pregunta a Santiago, su esposo)

M. ¿Qué tal estoy?

S. Los zapatos son muy bonitos.

Santiago está dando una contestación con menos información de la que Marta espera. Con esta contestación, Marta es muy consciente de que Santiago quiere decirle que el resto de su vestimenta no le llama especialmente la atención.

2. Juego con la máxima de calidad

El hablante puede violar la máxima de calidad de varias maneras.

  • Puede decir algo que no representa lo que piensa.

(En una tienda de ropa, cuando hemos visto una prenda que no nos agrada especialmente)

Bueno, luego volvemos.

Es un enunciado muy frecuente en España y que suele sorprender bastante a algunos extranjeros. En nuestro contexto cultural, la persona que trabaja en la tienda no toma nuestras palabras como una mentira, sino como una forma cortés de decir que nos vamos sin comprar un artículo.

  • Mediante una exageración.

Tengo tanta hambre que me comería una mula.

Me muero de hambre.

Parece obvio que ningún interlocutor toma estas frases de manera literal.

  • Mediante el empleo de metáforas.

Mi casa en enero parece Siberia.

La juventud es una enfermedad que se cura con el tiempo (Jardiel Poncela).

La religión es el opio del pueblo (Karl Marx).

  • Mediante eufemismos convencionales.

Hoy he tenido que ir al baño cuatro veces.

  • La ironía y el humor.

Como apuntaba Leech, la ironía es una forma aparentemente amistosa de ser ofensivo y las bromas es una forma ofensiva de ser amistoso. En el primer caso, es un simulacro de cortesía y, en el segundo, un simulacro de descortesía.

En el caso de la ironía, el hablante expresa un sentimiento positivo, pero se implica algo negativo.

Me encanta que me despiertes a las cuatro de la mañana con tus mensajes de WhatsApp.

(En una cafetería)

¿Tienen un cruasán de ayer? Es que el que me ha dado parece de antesdeayer.

Veamos un ejemplo de broma:

¿Me das un beso, feo?

¿Vamos a la piscina, gordi?

El peligro de las bromas radica en que pueden ofender si los oyentes no interpretan bien la implicatura conversacional o si sospechan que hay un algo de verdad.

3. Juego con la máxima de relación

Cuando un hablante incumple la máxima de relación, espera que su interlocutor imagine lo que no se dijo en el enunciado y establezca la conexión entre lo dicho y lo dicho con anterioridad.

A. Están llamando a la puerta.

B. Estoy en el baño.

B espera que A. entienda que el lugar en el que se encuentra es relevante para su mensaje de que alguien está llamando a la puerta.

4. Juego con la máxima de manera

El interlocutor que se burla de la máxima de manera puede parecer oscuro, por ejemplo, para excluir a un tercero de la comunicación.

(Un marido a su mujer, para que no se entere su hija de que va a comprar helado)

Estaba pensando salir a comprar una de esas cosas frías y blancas con chispitas negras.

La violación de las máximas del principio de cooperación

Un hablante viola una máxima de forma flagrante cuando genera una implicatura engañosa. El hablante proporciona deliberadamente información insuficiente, dice algo que es insincero, irrelevante o ambiguo, y el oyente erróneamente asume que están cooperando.

1. Violación de la máxima de cantidad

Si un hablante viola la máxima de cantidad, no le dan al oyente la información suficiente para saber de qué se está hablando, porque no quiere que el oyente conozca la imagen completa. El hablante no busca una implicatura por parte del oyente, sino que está siendo parco en palabras de verdad.

“—¡Buenos días, Lucas! ¿Qué tal?
—No me hables, mira, estoy negro. Esta mañana he ido yo a llevar al niño al colegio en coche. En mala hora se me ha ocurrido. ¡Uuuna caravana! ¡Qué atascazo, Dios! ¡Casi dos horas para llegar! Y el chaval, pobre, muerto de hambre porque habíamos salido tarde de casa, no había desayunado y se subía por las paredes. Al final, berreando en el coche. Y yo con fiebre, que no sé cómo podía conducir. Porque yo prefiero no tomar antibióticos, porque ya sabes que luego las bacterias se hacen resistentes o no sé qué pasa…”

Ejemplo procedente de Estrella Montolío

Conversación entre unos padres y su hijo:
—¿Dónde vas?
—Por ahí.
—¿Con quién?
—Con mis amigos.
—¿A dónde?
—A dar una vuelta

Los padres eran mis padres y el hijo era yo a los quince años

–¿Cuánto te costó ese vestido nuevo, cariño?

–Menos que el último.

En este caso, la mujer encubre con ambigüedad el precio.

2. Violación de la máxima de calidad

(En La pantera rosa, el inspector Clouseau pregunta al recepcionista)
C. ¿Muerde su perro?
R. No.
(El inspector Clouseau va a acariciar al perro y el perro le muerde)
–Me había dicho que su perro no mordía.
–No es mi perro.

–¿Cuánto te costó ese vestido nuevo, cariño?

–70 euros.

(En realidad, el vestido ha costado 170 euros. La mujer miente para no generar un conflicto).

En algunas ocasiones, violar la máxima de calidad no es síntoma de culpabilidad. Puede haber mentiras piadosas que tienen una buena intención.

Mamá se ha ido al cielo.

En algunas culturas, cuando no se conoce bien al interlocutor y no se tiene familiaridad, violar la máxima de calidad es una muestra de cortesía para evitar dar una respuesta negativa.

3. Violación de la máxima de relación

–¿Cuánto te costó ese vestido nuevo, cariño?

–Salgamos esta noche. ¿Dónde te gustaría ir?

A: ¿Te ha gustado la película?
B: El montaje de la primera parte está bastante logrado, aunque yo he echado en falta un poco más de ritmo en las escenas de violencia. No sé si te has fijado en que había un extra bostezando en la escena del mercado, y el tipo que yo tenía sentado al lado también ha estado bostezando y comiendo palomitas ¡tooodo el rato! haciendo un montón de ruido.
A: Sí, pero ¿te ha gustado la película o no?

Ejemplo de Estrella Montolío

4. Violación de la máxima de manera

–¿Cuánto te costó ese vestido nuevo, cariño?

–Una pequeña parte de mi sueldo y una parte bastante mayor del sueldo de la persona que me lo vendió.

La dimensión social y cultural de los actos de habla indirectos

Dimensión social de los actos indirectos

Es muy importante tener en cuenta que, en muchos idiomas y culturas, los actos de habla indirectos son una forma muy importante de manifestación de la cortesía comunicativa.

Por ejemplo, en la lengua inglesa el acto indirecto está muy asociado con la cortesía. Es un procedimiento que se emplea en situaciones de falta de familiaridad con los destinatarios. En muchos lugares públicos, aparecen carteles con la expresión Thank you for not smoking (gracias por no fumar). Expresar agradecimiento es más cortés, educado y amable que expresar una prohibición como No fumar.

También tiene que ver, por ejemplo, con un contexto más o menos formales o la distancia con los interlocutores (estatus, rol, edad, género, educación, profesión, etnia, etc.). En el caso de la distancia social, que otorga poder y autoridad a los hablantes, el que tiene el papel menos dominante puede tener a usar más el acto indirecto.

Dimensión intercultural de los actos indirectos

Los actos de habla se encuentran estrechamente vinculados con la cultura. Las formas de expresar los actos de habla varían de grupo social a grupo social, de país a país, de cultura a cultura. Este es un punto importante a tener en cuenta y es objeto de la Pragmática intercultural.

Por ejemplo, en la India una expresión como ¡Qué gordo estás! es un acto de alabanza porque el peso es, para ellos, indicador de prosperidad y salud. Sin embargo, en las civilizaciones occidentales en la actualidad esta expresión podría interpretarse de forma negativa.

 

 

La Pragmática y el contexto

Habitualmente, hablamos de contexto en estos tres sentidos:

Contexto situacional

El contexto situacional  tiene en cuenta lo que los participantes de la comunicación tienen a su alrededor.

Este árbol del jardín tiene unas hojas muy especiales

El uso de este en el enunciado anterior hace referencia concreta a un elemento que solo puede conocerse si tenemos en cuenta la situación en la que se encuentra el emisor del texto.

A mí me gusta el blanco

El uso de la palabra blanco puede hacer referencia a varias cosas (un tipo de chocolate, el color de un jersey…). Solo la situación puede hacer que podamos conocer exactamente ese referente. Por otro lado, el artículo el también nos sugiere una situación de comunicación en el que el hablante puede estar indicando con un gesto el objeto elegido.

Contexto compartido

El contexto compartido tiene en cuenta lo que el hablante y sus receptores conocen uno de otro y su conocimiento compartido del mundo.

Puede ser:

  • Cultural. Es el conocimiento general que la mayor parte de personas posee en una cultura determinada, un lugar determinado o una época determinada. Es un aspecto al que hay que prestar una atención muy especial en la enseñanza y el aprendizaje de las lenguas extranjeras.

Hay enunciados bien formados desde el punto de vista sintáctico y semántico, pero anómalos desde un punto de vista pragmático.

Fui a Pekín el año pasado. La Ciudad Prohibida es magnífica.

?Fui a París el año pasado. La Ciudad Prohibida es magnífica.

Pongamos un ejemplo: hace unos años, Citroën empleó el eslogan «Carácter alemán, espíritu francés» para el spot de su modelo C5. En este anuncio, se juega con varios elementos del contexto cultural: Citroën es una marca francesa pero, en el mundo de la automoción, los coches alemanes son especialmente reconocidos por su tecnología. Por lo tanto, interesa especialmente vincular el coche con un «carácter» en el que destaque la tecnología. Por otro lado, lo francés siempre ha sido tenido como algo especialmente refinado, de ahí que interese dotar de un «alma» francesa al vehículo en cuestión.

El «tamaño» de un grupo de conocimiento mutuo es muy variable en tamaño. Puede tratarse de grupos de millones de personas, pero también de grupos con un léxico determinado y mecanismos comunicativos especiales más restringidos.

  • Interpersonal. Es un conocimiento específico y –probablemente privado– que las personas tienen entre sí.

Es un conocimiento interpersonal compartido es el conocimiento adquirido a través de  interacciones verbales previas o actividades y experiencias conjuntas. Incluye el conocimiento personal privilegiado que podamos tener sobre el interlocutor. Alcanza el nivel familiar, el grupo de amigos, etc.

Cotexto

También podemos denominar contexto textual a lo que los hablantes y sus receptores conocen sobre lo enunciado.  En este caso, el contexto está conformado por el texto mismo.

Fuimos a la excursión Paula, Sandra, Nacho, Nerea y yo. Somos amigos desde hace varios años.

La primera persona del plural del verbo somos tiene en cuenta los elementos textuales anteriores. Para tener el conocimiento de ese «nosotros» es preciso tener un conocimiento suficiente de lo que se ha dicho en el texto previamente.

Cutting, Joan. Pragmatics. A Resource Book For Students. 3.ª ed. London-New York: Routledge, 2015. Print.

Las clases de actos ilocutivos según Searle

John Searle estableció cinco clases de actos de habla ilocutivos. Esta clasificación ha sido una de las más influyentes y sigue siendo muy utilizada:

1. Asertivos o representativos

Se trata de actos ilocutivos en los que el emisor tiene la intención de reflejar un determinado estado de cosas: representa el mundo como él cree y hace que las palabras se ajusten a sus creencias.. Incluyen actos como afirmar, explicar… A diferencia del resto de clases, estos actos son evaluables en términos de su verdad/falsedad. Por lo tanto, comprometen al hablante con la verdad de la proposición expresada. Corresponderían a los enunciados constativos de Austin.

Pienso, luego existo.

La única razón por la que las personas se aferran tanto a los recuerdos es porque los recuerdos son las únicas cosas que no cambian cuando todo el mundo lo hace.

Está lloviendo.

Los caracteres chinos fueron tomados prestados para escribir otros idiomas, como el japonés, el coreano o el vietnamita.

2. Directivos

El emisor pretende que el receptor lleve a cabo una determinada acción, ejerciendo sobre él una determinada influencia. Son, por lo tanto, intentos del hablante para que el destinatario haga algo.  Expresan un deseo del hablante para que su interlocutor haga algo en una acción futura y, por lo tanto, incluyen consejos, órdenes, peticiones, o solicitudes. Pertenecen a esta clase actos como pedir, rogar, ordenar, aconsejar, etc.

Apaga la televisión.

Por favor, no uses mi maquinilla de depilar.

¿Podrías dejarme a mí la ensalada para cenar?

Te ruego que me perdones.

¡Ordena esa habitación ahora mismo!

Te aconsejo que te lo pienses dos veces antes de hacer semejante disparate.

3. Comisivos o compromisivos

El emisor pone de manifiesto su compromiso de realizar una determinada acción, o mantener un cierto comportamiento. Incluye promesas, ofrecimientos, rechazos o amenazas. Es el caso de los actos que se ejecutan mediante expresiones como prometer, asegurar, garantizar… Por lo tanto, son actos en los que, mediante las palabras, el orador se compromete a realizar una acción en el futuro.

Volveré dentro de cinco minutos.

Te juro que haré todo lo posible para volver pronto.

Le haré una oferta que no podrá rechazar.

Lanzaremos una nueva unidad de policía para luchar contra los delitos informáticos.

4. Expresivos 

Se emplean para comunicar un estado de ánimo o una actitud psicológica del emisor respecto de una determinada situación o acontecimiento. Expresan alegría, dolor, gustos o aversiones. Los casos paradigmáticos son las disculpas, las felicitaciones, los elogios, los agradecimientos, las culpas, etc.: felicitar, agradecer, complacerse, perdonar, insultar, etc. Las palabras expresan un sentimiento del hablante.

¡Eres un imbécil!

Bien hecho, Rafa.

Te felicito por tu nuevo empleo.

Agradezco de corazón tus palabras de ánimo.

5. Declarativos.

El emisor lleva a cabo determinados cambios en el mundo, merced a la autoridad de que está investido: bautizar, casar, inaugurar, etc. Son palabras y expresiones que, por sí mismas, cambian el estado actual de las cosas. Debido a que tienden a depender de instituciones extralingüísticas elaboradas para su desempeño exitoso, se les puede llamar «performativos institucionalizados». Al realizar este tipo de acto de habla, el hablante produce una correspondencia entre el contenido proposicional y el mundo. Los casos paradigmáticos incluyen pujas en las subastas, declaraciones de guerra, excomuniones, despidos, nominaciones de candidatos, etc.

Declaro el estado de emergencia nacional.

Se suspende la reunión.

Yo te bautizo en el nombre del Padre…

Yo os declaro marido y mujer.

Este tribunal condena a diez años de prisión al acusado.

Declaramos al acusado inocente de todos los cargos.

Unos enunciados para la reflexión

Se exponen aquí una serie de enunciados para reflexionar sobre ellos. De momento, no vamos a utilizar ningún tipo de terminología lingüística específica relacionada con la Pragmática.

Enunciados para el curso 2021-2022

ENUNCIADO 1
[En una librería]
A. ¿Tienen algo de Hemingway?
B. Tenemos El viejo y el mar.
A. Perfecto. Deme El mar.

ENUNCIADO 2
Esturión: soldado romano muy apreciado por sus huevos.

ENUNCIADO 3
[Una estudiante al profesor cuando entra en clase]
A. ¿Se puede entrar bebida?
B. No lo veo conveniente.

ENUNCIADO 4

ENUNCIADO 5

Imagen en un baño:

ENUNCIADO 6

ENUNCIADO 7

ENUNCIADO 8

ENUNCIADO 9

ENUNCIADO 10

ENUNCIADO 11

ENUNCIADO 12

Enunciados empleados en cursos anteriores

Puedes acceder a estos enunciados aquí:

Estrategias de cortesía

Cortesía ritual

  1. Saludos, despedidas y presentaciones.
  2. Cumplidos, elogios y piropos.
  3. Relaciones sociales o afectivas.

Cortesía estratégica

  1. Pedir información, preguntar.
  2. Dar información / responder.
    1. Proporcionar información
    2. Acuerdo / desacuerdo.
  3. Expresión de la opinión y la valoración.
  4. La invasión del campo del otro.
    1. Peticiones y mandatos.
    2. Consejos.
    3. La interrupción.

Medios lingüísticos para expresar la cortesía

Atenuación

  • ¿Tienes un poco de sal?
  • ¿No tienes la habitación un poco desordenada?
  • No tardo nada.
  • …es que tiene un marido difícil.
  • Quizás Antonio lleve un tiempo esperando.
  • Creo que hay que plantear el asunto con delicadeza.
  • Mándame el informe cuando puedas.
  • Estaría bien saber si vas a acabar la práctica.

Enfatización e intensificadores

  • Estás superguapa.
  • Julián, me has hecho una superfaena.
  • He visto esta película cientos de veces.
  • Este jamón está de escándalo.
  • ¡Menudo coche se ha comprado!
  • ¡Menudo gilipollas!
  • Francamente, no puedo aprobarte la asignatura.
  • Seguro que lo consigues.
  • Seguro que llega tarde.
  • No quiero hacer ese trabajo contigo, ¿entiendes?

Fórmulas indirectas

  • ¿Por qué no intentamos callarnos un ratito?
  • Esa tarta tiene buena pinta.

Formas de tratamiento

  • Quisiera hablar un rato con usted.
  • Tú, el pasaporte.
  • Pase usted, señora. Yo no tengo prisa.
  • Buenos días, ¿qué desea?