Uno de los puntales de la lingüística cognitiva es el libro de Lakoff y Jonhson Metáforas de la vida cotidiana. En este libro, los autores sostienen que la metáfora no es un «recurso literario», propio de la literatura y extensible, en todo caso, a fenómenos «desviados» del lenguaje normal como los chistes y otras formas de comunicación alejada del estándar. Para ellos, la metáfora es un proceso cognitivo empleado de forma habitual en toda comunicación lingüística. La metáfora no es tanto un «salto» como un proceso que sistematiza y establece unas equivalencias en nuestro cerebro. De hecho, esto no es privativo de las metáforas, sino que se produce también con otras «figuras». Molinero, Carreiras y Duñabeitia han realizado un experimento publicado en 2012 por el que se demuestra que el cerebro realiza un proceso de abstracción que opera mejor sobre lo establecido previamente en la mente de forma «lógica» que lo absurdo. (y, por lo tanto, fortalece el hemisferio izquierdo de nuestro cerebro). Y Hillert ha explicado, también recientemente, que algunas de esas «figuras retóricas» operan en el cerebro en los dos hemisferios de forma simultánea. De alguna manera, podemos empezar a vislumbrar la asociación entre el contenido lingüístico en el hemisferio cerebral izquierdo y el pragmático en el hemisferio derecho.
Como tendremos ocasión de analizar en otras entradas, los mecanismos de persuasión y decisión se encuentran en el hemisferio derecho del cerebro (en las teorías del cerebro triuno, se asocian al sistema límbico). Por lo tanto, es lógico que la publicidad utilice estos mecanismos lingüísticos que son las figuras no como tales, como artificio, sino como elemento fundamental para abrir los mecanismos de persuasión inconsciente.
Hoy análizamos un anuncio de prensa de un suplemento dominical de Marqués de Cáceres. Existe un elemento metonímico en la imagen, en clara llamada intertextual a la película American Beauty, dirigida por Sam Mendes en 1999. En la película, la adolescente Buddy Kane se erige en la ensoñación sexual del protagonista, Lester Burnham (Kevin Spacey). Las imágenes originales de la película tienen a los pétalos rojos, como símbolo de la pasión, como elemento que contrasta con el cuerpo de la chica. En la imagen del anuncio, el rojo es intenso en el «cuerpo», un vino rosado. Y los pétalos descansan sobre un lecho de hielo. Por lo tanto, ya tenemos establecidos los elementos icónicos: un lecho de hielo que proporciona el frescor, unos pétalos que remiten a la suavidad y a la delicadeza y la botella de Marqués de Cáceres, el objeto del deseo.
En el ámbito lingüístico, el mecanismo de significación no trabaja sobre la metonimia, sino sobre ese proceso simbólico de personificación: «En boca fresco, tierno y a la vez brioso, amplio y ágil; cuerpo de blanco y alma de tinto». Son palabras de una la enóloga M.ª Isabel Mijares y García-Pelayo. La antítesis cuerpo y alma se articula ahora para la significación de este vino rosado (un tipo de vino normalmente menos apreciado): cuerpo para la asociación al blanco (frescura) y alma al tinto (hondura). Los adjetivos, particularizan la personificación: fresco, tierno, brioso, amplio y ágil. La mayor parte de ellos trasladan a un objeto como el vino cualidades humanas.
Parece obvio que, en la construcción del anuncio que estudiamos, las «figuras» visuales no son sino mecanismos de significación para trasladarnos, por un lado, el sabor de un vino a un ámbito físico más fácil de entender para nosotros y, por otro lado, para estimular nuestra decisión de comprar un vino en torno a un valor asociado al ámbito emocional.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
- Dieter G. Hillert, D. G. (2012). Figuras retóricas: un reto para el cerebro. Mente y cerebro, 55, 38-42
- Lakoff, G., & Johnson, M. (1980). Metaphors we live by. Chicago: University of Chicago Press. Edición española: Madrid: Cátedra.
- Molinaro, N., Carreiras, M., & Duñabeitia, J. A. (February 15, 2012). Semantic combinatorial processing of non-anomalous expressions. Neuroimage, 59, 4, 3488-3501.