Archivo por meses: mayo 2013

La preterición y su (no) uso. El salgarismo en Inferno de Dan Brown

 inferno dan brown

Umberto Eco, en sus Apostillas a ‘El nombre de la rosa’, analiza el empleo necesario de la preterición que llevó a cabo en su novela. Eco explica que el narrador, Adso de Melk, es una pieza clave para explicar los elementos necesarios para la comprensión argumental y contextual de la obra. Como bien explica el profesor Eco, el principal enemigo de la novela histórica es el salgarismo, que no es sino la tendencia a explayarse en alguna circunstancia explicativa o descriptiva en medio de la acción narrativa. Y ahí es donde empieza a funcionar la preterición: Adso explica y pormenoriza, como buen cronista medieval, pero siempre el procedimiento retórico de la praeteritio, que pasamos a explicar brevemente a continuación.

La preterición –praeteritio– es un recurso textual (puede recibir también los nombres de pretermisión paralepsis o parasiopesis) que puede englobarse dentro de las licencias textuales por supresión (Lausberg, 1967: 276-278; Mayoral, 1994: 194-197) y que consiste en afirmar que no se va a hablar de cierto asunto pero, al realizar esa afirmación, aprovechar para enumerar o pormenorizar parte del mismo. Lausberg lo explica perfectamente: «La manifestación de que se quiere omitir ciertas cosas incluye el nombrarlas» (Lausberg, 1967: 276). Mayoral cita un ejemplo del Quijote: en el canto de Antonio en el capítulo 11 de la primera parte, dice:

No cuento las alabanzas
que de tu belleza he dicho,
que, aunque verdaderas, hacen
ser yo de algunas malquisto.

Las razones para utilizar la preterición, a juicio de Lausberg, pueden ser negativas (para no caer en redundar en demasiados detalles, por resultar ser desfavorables a la causa, por considerarlas secundarias o por no incidir en exceso sobre aspectos tristes o desagradables), pero también puede tener un beneficioso efecto irónico, a la que se añade la preterición como mecanismo narrativo, tal y como expone Eco.

El caso del que queremos hablar ahora es de uno de los fallos narrativos más destacados, a nuestro juicio, de Inferno de Dan Brown y que se hace extensivo a todas sus novelas. Las tramas novelísticas de este autor siempre se desarrollan en la actualidad, pero tienen un núcleo importante en la historia, el arte o la simbología. Brown necesita, de forma ineludible, instruir al lector de ciertos aspectos necesarios para la correcta interpretación de lo que está ocurriendo. Sorprendentemente, recurre al salgarismo en los momentos más insospechados, esencialmente en aquellos en los que la huida se manifiesta de forma más trepidante. Lo curioso es que Dan Brown hubiese podido utilizar el salgarismo como forma de anticlímax o, por contra, como una forma de incrementar la tensión en el receptor. No obstante, no consigue ninguno de estos dos efectos sino, más bien y al contrario, el lector ve estas largas disertaciones del protagonista, Robert Langdom como algo inconexo y demasiado libresco. Parece que el autor está dando la conferencia que hubiese dado Langdom o que quisiese inyectar con demasiada fuerza los conocimientos que pasan por su mente de una forma poco creíble.

Probablemente, Dan Brown debería de prescindir del salgarismo en las huidas frenéticas de sus personajes y conocer mejor los mecanismos de su evitación como mecanismo narrativo. La preterición, por ejemplo. Porque, mediante la misma, hubiese podido omitir, resumir, abreviar, dar un sesgo irónico o, lo que seguramente hubiese sido más acorde al éxito estructural, conseguir una mayor verosimilitud en la construcción narrativa.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

  • Brown, D. (2013). Inferno. Barcelona: Planeta.
  • Eco, U. (2000). Apostillas a «El nombre de la rosa». Barcelona: Lumen. Las palabras de Eco sobre la preterición pueden consultarse aquí.
  • Lausberg, H. (1968). Manual de retórica literaria: Fundamentos de una ciencia de la literatura. Madrid: Editorial Gredos.
  • Mayoral, J. A. (1994). Figuras retóricas. Madrid: Síntesis.

 

 

 

 

Metáforas de la «viña» cotidiana, el cerebro y la publicidad

Marqués de Cáceres

Uno de los puntales de la lingüística cognitiva es el libro de Lakoff y Jonhson Metáforas de la vida cotidiana. En este libro, los autores sostienen que la metáfora no es un «recurso literario», propio de la literatura y extensible, en todo caso, a fenómenos «desviados» del lenguaje normal como los chistes y otras formas de comunicación alejada del estándar. Para ellos, la metáfora es un proceso cognitivo empleado de forma habitual en toda comunicación lingüística. La metáfora no es tanto un «salto» como un proceso que sistematiza y establece unas equivalencias en nuestro cerebro. De hecho, esto no es privativo de las metáforas, sino que se produce también con otras «figuras».  Molinero, Carreiras y Duñabeitia han realizado un experimento publicado en 2012 por el que se demuestra que el cerebro realiza un proceso de abstracción que opera mejor sobre lo establecido previamente en la mente de forma «lógica» que lo absurdo. (y, por lo tanto, fortalece el hemisferio izquierdo de nuestro cerebro). Y Hillert ha explicado, también recientemente, que algunas de esas «figuras retóricas» operan en el cerebro en los dos hemisferios de forma simultánea. De alguna manera, podemos empezar a vislumbrar la asociación entre el contenido lingüístico en el hemisferio cerebral izquierdo y el pragmático en el hemisferio derecho.

Como tendremos ocasión de analizar en otras entradas, los mecanismos de persuasión y decisión se encuentran en el hemisferio derecho del cerebro (en las teorías del cerebro triuno, se asocian al sistema límbico). Por lo tanto, es lógico que la publicidad utilice estos mecanismos lingüísticos que son las figuras no como tales, como artificio, sino como elemento fundamental para abrir los mecanismos de persuasión inconsciente.

Hoy análizamos un anuncio de prensa de un suplemento dominical de Marqués de Cáceres. Existe un elemento metonímico en la imagen, en clara llamada intertextual a la película American Beauty, dirigida por Sam Mendes en 1999. En la película, la adolescente Buddy Kane se erige en la ensoñación sexual del protagonista, Lester Burnham (Kevin Spacey). Las imágenes originales de la película tienen a los pétalos rojos, como símbolo de la pasión, como elemento que contrasta con el cuerpo de la chica. En la imagen del anuncio, el rojo es intenso en el «cuerpo», un vino rosado. Y los pétalos descansan sobre un lecho de hielo. Por lo tanto, ya tenemos establecidos los elementos icónicos: un lecho de hielo que proporciona el frescor, unos pétalos que remiten a la suavidad y a la delicadeza y la botella de Marqués de Cáceres, el objeto del deseo.

En el ámbito lingüístico, el mecanismo de significación no trabaja sobre la metonimia, sino sobre ese proceso simbólico de personificación: «En boca fresco, tierno y a la vez brioso, amplio y ágil; cuerpo de blanco y alma de tinto». Son palabras de una la enóloga M.ª Isabel Mijares y García-Pelayo. La antítesis cuerpo y alma se articula ahora para la significación de este vino rosado (un tipo de vino normalmente menos apreciado): cuerpo para la asociación al blanco (frescura) y alma al tinto (hondura). Los adjetivos, particularizan la personificación: fresco, tierno, brioso, amplio y ágil. La mayor parte de ellos trasladan a un objeto como el vino cualidades humanas.

Parece obvio que, en la construcción del anuncio que estudiamos, las «figuras» visuales no son sino mecanismos de significación para trasladarnos, por un lado, el sabor de un vino a un ámbito físico más fácil de entender para nosotros y, por otro lado, para estimular nuestra decisión de comprar un vino en torno a un valor asociado al ámbito emocional.

 

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

  • Dieter G. Hillert, D. G. (2012). Figuras retóricas: un reto para el cerebro. Mente y cerebro, 55, 38-42
  • Lakoff, G., & Johnson, M. (1980). Metaphors we live by. Chicago: University of Chicago Press. Edición española: Madrid: Cátedra.
  • Molinaro, N., Carreiras, M., & Duñabeitia, J. A. (February 15, 2012). Semantic combinatorial processing of non-anomalous expressions. Neuroimage, 59, 4, 3488-3501.