El proceso de comunicación inferencial

Comentábamos al principio de curso que uno de los errores más comunes en el estudio de la comunicación es atribuir la elaboración y la comprensión de un enunciado a la mera asociación con un código. Si este proceso consistiese en que el productor de un texto lo codifica y el receptor lo descodifica, bastaría con el conocimiento del código para que la comunicación se realizase con éxito. Sin embargo, sabemos que hay otros elementos que influyen en el mecanismo comunicativo.  Por lo tanto, es necesario replantearse la concepción tradicional de la comunicación: lo codificado es solo una parte de lo comunicado.

Grice demostró que la comunicación no se limita a descodificar mensajes, sino que sigue un proceso inferencias. Para ello, es necesaria la existencia de implicaturas y de un contexto.

En un contexto determinado y a partir de un mismo enunciado casi todos llegamos a inferencias parecidas.

Pongamos algunos ejemplos para comprobarlo.

Lo dicho Contexto Lo comunicado
Tengo frío La ventanilla está bajada ‘Sube la ventanilla’
Tengo frío Funciona el aire acondicionado ‘Apaga el aire acondicionado’
Tengo frío Es invierno y no está puesta la calefacción ‘Pon la calefacción’
Lo dicho Lo comunicado
ANA: A estas horas la panadería está cerrada.

BEATRIZ: Acabo de ver pasar una señora con una barra

‘La panadería está abierta’
ANA: Tengo hambre.

BEATRIZ: Hay una pastelería en la esquina.

‘Cómprate algo en la pastelería’
ANA: ¿Tú crees que María tiene novio?

BEATRIZ: Últimamente no llama a las amigas.

‘María tiene novio’

Lo que decimos y lo que comunicamos

Como ya vimos en el tema introductorio, la base fundamental de la Pragmática es que, cuando hablamos, lo que queremos comunicar puede ser más que lo que decimos.

Lo que queremos comunicar con lo que decimos depende del contenido de lo dicho y de otro tipo de factores.

La pragmática estudia varias relaciones entre lo dicho y lo que comunicamos por implicación:

  • La teoría de Grice.
  • La teoría de la relevancia (o pertinencia) de Sperber y Wilson (la veremos en el próximo tema).

Los actos de habla indirectos

Hasta ahora, hemos estudiado casos en los que se han emitido enunciados en sentido literal en las que el hablante quiere decir lo que dice. En estos casos, la fuerza ilocutiva deriva directamente del conocimiento que el oyente tiene de las reglas que gobiernan la emisión de una oración. Por lo tanto, hay en estos enunciados una coincidencia directa entre un tipo de oración y una fuerza ilocutiva. Ocurre también con los performativos explícitos, ya que tienen su fuerza ilocutiva explícitamente nombrada por el verbo performativo en la parte principal del enunciado.

Sin embargo, hay muchos usos en los que el hablante quiere decir algo ligeramente (o radicalmente) distinto de lo que realmente expresa: estos usos reciben el nombre de actos de habla indirectos. Puede decirse que, en estos casos, no hay una relación directa entre el tipo de oración y la fuerza ilocutiva. Ocurre cuando sustituimos un imperativo con un interrogativo en una solicitud.

¿Puedes pasarme la sal?

Es evidente que, en muchas ocasiones, lo que queremos decir no está presente tanto en las palabras en sí mismas, sino en su significado implícito.

Véase la diferencia entre:

  1. Quiero que cierres la ventana.
  2. ¿Puedes cerrar la ventana?
  3. ¿Vas a cerrar la ventana?
  4. ¿Te importaría cerrar la ventana?
  5. Deberías cerrar la ventana.
  6. ¿Puedo pedirte que cierres la ventana?
  7. Me pregunto si te importaría cerrar la ventana.

Hay actos de habla directos cuando el hablante  quiere comunicar el significado literal que las palabras expresan convencionalmente. Y existen actos de habla indirectos cuando alguien quiere comunicar un significado diferente del significado superficial aparente. En este caso, hay un significado pragmático subyacente. Los actos de habla indirectos son parte de la vida cotidiana en la mayoría de las culturas del mundo, aunque algunas culturas usan más indirectas que otras. La clasificación de enunciados en categorías de actos de habla directa e indirecta no es una tarea fácil, porque gran parte de lo que decimos opera en ambos niveles, y los enunciados a menudo tienen más de una de las macrofunciones.

Veamos unos ejemplos:

Prometo despedirte si el informe no está redactado para el viernes.

Aunque tengamos un verbo performativo, parece que la fuerza ilocucionaria que se atribuye es más una advertencia o una amenaza. Por esa, no siempre podemos identificar actos de habla incluso con oraciones que contienen un verbo performativo.

El jefe ha dicho que quiere verte.

En este ejemplo, un compañero de trabajo ejerce de representante directo de enunciado declarativo en el que, aparentemente, se muestra el «deseo» del jefe. Sin embargo, es fácil interpretar este enunciado como una orden más que como una sugerencia.

Es muy importante tener en cuenta la dimensión social y cultural que adquieren los actos de habla indirectos.

En los apartados siguientes veremos algunas de las explicaciones sobre este particular.

La propuesta de Gordon y Lakoff (1971)

Gordon y Lakoff ponen el ejemplo de los principios que rigen la sinceridad de las peticiones.

Si A pide a B que este haga x, sucede que:

  1. A quiere que B haga x.
  2. A supone que B puede hacer x.
  3. A supone que B está dispuesto a hacer x.
  4. A supone que B no hará x si no se le pide que lo haga.

GordonLakoff

Gordon, O., & Lakoff, G. (1971). Conversatonal Postulates. Papers from the Seventh Regional Meeting of the Cihicago Linguistic Society, 63–84.

La explicación de Searle

Según Searle, el hablante comunica al oyente más de lo que dice basándose en la información de fondo compartida, tanto lingüística como no lingüística, y en los poderes generales de raciocinio e inferencia del oyente.

Searle trata de evitar la multiplicidad de estructuras que se producen cuando una misma oración se usa para realizar actos ilocutivos diferentes.

Pongamos el ejemplo de ¿Puedes pasarme la sal?

  1. El emisor me ha preguntado si soy capaz de pasarle la sal.
  2. Supongo que su comportamiento es cooperativo y que su enunciado responde a una intención determinada (principio de cooperación).
  3. El contexto de la conversación no indica ningún interés teórico en mi habilidad para pasar la sal (información contextual).
  4. Además, el emisor probablemente ya sabe que la respuesta a la pregunta es (información contextual).
  5. Por lo tanto, su enunciado no debe ser una simple pregunta. Probablemente tiene alguna finalidad ilocutiva ulterior (inferencia a partir de los principios anteriores).
  6. Una condición preparatoria para cualquier acto ilocutivo directivo es la capacidad del oyente para realizar el acto en cuestión (teoría de los actos de habla).
  7. Por lo tanto, el emisor me ha hecho una pregunta cuya respuesta afirmativa indica que se satisface la condición preparatoria para pedirme que pase la sal (inferencia a partir de otros enunciados).

La explicación de Morgan (1978)

Para Morgan, los actos indirectos son tipos de actos convencionales. Lo convencional en ellos es usarlos para ciertos cometidos. La lengua está gobernada por dos tipos de convenciones:

  • Las propias del sistema lingüístico (como, por ejemplo, la relación entre la forma de las palabras y su significado).
  • Las convenciones de uso, que son de naturaleza cultural, y que se sitúan a mitad de camino entre lo radicalmente convencional (la gramática) y lo natural (la pragmática).

Veamos cómo explicaría Morgan el ejemplo de ¿Puedes pasarme la sal?

  1. Nuestra intuición como hablantes nos dice que no hay un cálculo de inferencias propiamente dicho por parte del oyente.
  2. La aparente contradicción se explica si pensamos que la relación convencional entre este tipo de preguntas y una petición es muy directa.
  3. Hay que suponer, entonces, que los mecanismos de inferencia pueden sufrir procesos de institucionalización (implicaturas cortocircuitadas).
  4. Así, podemos explicar que algunas expresiones, a pesar de ser semánticamente equivalentes, no funcionan como actos indirectos con la misma facilidad:
  • ¿Puedes dejarme mil pesetas (por favor)?
  • ¿Eres capaz de dejarme mil pesetas (#por favor)?

(Sólo el primer enunciado resulta una petición natural; ello explica, de paso, que acepte la presencia de por favor, típica de las peticiones, mientras que ésta sea inadecuada en el segundo caso.)

Morgan, J. (1978). Two Types of Conventon in Indirect Speech Acts. Syntax and Semantics, 9 (Pragmatics), 261–280.

Acto de habla perlocutivo

El acto de habla perlocutivo según Austin

Según Austin, es el acto que tiene lugar porque se dice algo: el receptor, ante las palabras del emisor, se asombra, se convence, se asusta, etc.

La naturaleza del acto de habla perlocutivo radica en que el emisor consiga causar en el receptor la  impresión o sensación que se había propuesto.

El acto de habla perlocutivo según Searle

Para Searle, los actos perlocutivos son los efectos o consecuencias que producen los actos ilocutivos.

Los actos ilocutivos se encuentran en el lenguaje, mientras que los actos perlocutivos no se encuentran en el lenguaje, sino que se logran gracias a él.

Por lo tanto, el acto de habla ilocutivo se relaciona con la estructura interna de una acción, mientras que el acto de habla perlocutivo se relaciona con los resultados particulares que produce esa acción.

Acto de habla ilocutivo

El acto de habla ilocutivo según Austin

Para Austin, el acto de habla ilocutivo es el acto que tiene lugar al decir algo. Este acto que se produce al decir algo supone una información, una amenaza, un consejo, una advertencia, etc.

Como se verá tanto en este tema como en el siguiente, la performatividad de la ilocución puede venir expresada directamente, puede estar expresada de otra manera (acto de habla indirecto) o puede, simplemente, no estar expresada (implicatura).

El acto de habla ilocutivo según Searle

Searle (1977) califica al acto de habla ilocutivo como la unidad mínima de comunicación lingüística:

La unidad de comunicación lingüística no es, como generalmente se ha supuesto, ni un símbolo ni la palabra ni la oración, ni tan siquiera la instan­cia del símbolo, palabra u oración, sino más bien lo que cons­tituye la unidad básica de la comunica­ción lingüística es la producción de la instancia en la realización del acto de habla. Para estable­cer más precisamente este punto: la producción de la oración instancia bajo ciertas condicio­nes es el acto ilocucionario, y el acto ilocucionario es la unidad mínima de la comunicación lingüística.

Searle, J. R. (1977). ¿Qué es un acto de habla? Valencia: Revista Teorema, pág. 14.

Para Searle, el acto de habla ilocutivo consiste en enunciar frases en determinados contextos y situaciones. Ha de tener unas condiciones:

  • Preparatorias. La persona que ejecuta el acto de habla ha de ser la persona adecuada para hacerlo.
  • De sinceridad. La persona que ejecuta el acto de habla ha de ser sincera.
  • Condiciones esenciales. La persona que ejecuta el acto de habla ha de tener la intención de que llegue al receptor la fuerza ilocutiva de su enunciación.

La fuerza ilocutiva

Una de las cuestiones centrales en lo que a los actos de habla ilocutivos se refiere es la noción de fuerza ilocutiva.

La fuerza ilocutiva es la que sostiene que dichos actos producen un cierto efecto en el receptor que sería la base del acto perlocutivo. La fuerza ilocutiva se cumple cuando se dan todos los requisitos para que el emisor haya realizado un acto de habla según unas condiciones dadas y unas circunstancias apropiadas.

 

Acto de habla locutivo

Austin y el acto de habla locutivo

Para Austin, el acto de habla locutivo es el acto de decir algo. Es  una actividad en la que se emiten unos ruidos (fonética), con unas determinadas reglas de construcción (sintaxis) y con un significado determinado (semántica).

Por ello, el acto de habla locutivo está compuesto de tres subactos:

  • Acto fonético. Acto de emitir ciertos ruidos o sonidos.
  • Acto fático. Acto de articular ciertos sonidos pertenecientes a un vocabulario y emitirlos conforme a una construcción gramatical determinada.
  • Acto rético. Acto de usar tales vocablos con un sentido y una referencia.

Searle y el acto de habla locutivo

Podemos relacionar el acto locutivo de Austin con dos tipos de actos de habla que distingue Searle:

  • Acto de emisión (corresponde a los actos fonéticos y fáticos de Austin). Acto de enunciar palabras, morfemas, oraciones, etc.
  • Acto proposicional (corresponde al acto rético de Austin). Dividido por Searle en dos: el acto de referencia y el acto de predicación.

Austin y Searle

Debemos a John L. Austin la teoría de los actos de habla. John R. Searle continuó y matizó las ideas de Austin.

En el caso de Searle, podemos precisar alguna cuestión teórica sobre su visión de los actos de hablar:

  • Sigue habiendo en Searle una identificación entre acción y el lenguaje: el uso del lenguaje en la comunicación se concibe como un tipo particular de acción (la teoría del lenguaje forma parte de una teoría general de la acción).
  • Toda actividad lingüística es convencional y está controlada por reglas. Esto supondrá:
    • Una extensión de los principios que regulan los diferentes tipos de actos.
    • Un estudio  de las consecuencias que los fallos o las violaciones de tales principios pueden tener en la interpretación de estos actos.

Dejamos aquí una tabla comparativa que refleja las subdivisiones de los actos de habla según estos dos actores:

comparataivaAustinSearle

La importancia de los actos de habla

Dieter Wunderlich explica de manera diáfana la importancia que tiene la teoría de los actos de habla para el estudio lingüístico:

I regard the notion of ‘speech act’ as one of the most fruitful notions of contemporary linguistic theorizing. It orients our scientific endeavors towards the function of language in human communication. In doing so, it allows for a combination of different methods and fields of linguistic, as well as of philosophical investigation, such as, e. g., the theory of grammar, the theory of meaning and the theory of discourse.

Wunderlich, D. (1980). Methodological Remarks on Speech Act Theory. In J. R. Searle, F. Kiefer, & M. Bierwisch (eds.), Speech Act Theory and Pragmatics (pp. 291–312). Dordrecht: D. Reidel Publishing Company.

Clasificación de los enunciados performativos

Los actos performativos pueden dividirse en actos judicativos (o veridictivos), ejercitativos (o decretos), compromisorios, comparativos y expositivos. Algunos de estos verbos tienen más de un sentido —por ejemplo, «interpretar»—, por lo que pueden aparecer en más de un apartado.

Judicativos o veredictivos

  • Consisten en la emisión de algún juicio tras cierto proceso de apreciación o de razonamiento.
  • Su modelo es el acto de emitir un veredicto.
  • Absolver, condenar, aprobar, diagnosticar, etc.

Ejercitativos o decretos

  • Son actos de decisión que manifiestan el ejercicio de un poder.
  • Su modelo es un acto de designación.
  • Mediante el uso de estos enunciados, se ejercen potestades, derechos, etc.
  • Ordenar, designar, legar, proclamar, consagrar, etc.

Compromisorios

  • Comprometen al hablante en cierta línea de conducta ulterior.
  • Su modelo es la expresión de una promesa.
  • Proponerse, prometer, pactar, jurar, apostar, etc.
  • A través de estos enunciados, uno se compromete a hacer algo.

Comportativos

  • Expresan actitudes frente a comportamientos de los demás.
  • Su modelo es la fórmula cortés de agradecimiento, pero también pueden expresar actitudes negativas.
  • El uso de estos enunciados se relaciona con distintas actitudes propias del comportamiento social.
  • Felicitar, agradecer, perdonar, deplorar, invitar, etc.

Expositivos

  • Clarifican o describen nuestras razones y argumentos.
  • Ponen de manifiesto la forma de inserción de nuestras palabras en el discurso.
  • Su modelo es una fórmula oratoria del tipo /afirmo/ o /repito que/.
  • Enunciar, negar, preguntar, observar, mencionar, etc.