En el British Museum podemos encontrar un manuscrito que data del año 3.000 a. C., hallado en Tebas, que pasa por ser el anuncio publicitario más antiguo del mundo.
Cinco mil años después, contemplamos con agrado y una sonrisa la estrategia de publicidad de Hapu, un tejedor que pide a sus conciudadanos tebanos que le ayuden a encontrar a su esclavo Shem. El texto contiene una descripción del esclavo (hijita, cinco pies de altura, complexión robusta, ojos castaños). El reclamo publicitario está al final del texto. Hapu pide que, si encuentran a Shem, lo devuelvan a su tienda, «donde se tejen las más bellas telas al gusto de cada uno», a cambio de una pieza de oro.
El texto literal es este:
“Habiendo huido el esclavo Shem de su patrono Hapu, el tejedor, éste invita a todos los buenos ciudadanos de Tebas a encontrarle. Es un hitita, de cinco pies de alto, de robusta complexión y ojos castaños; a quien lo devuelva a la tienda de Hapu, el tejedor, donde se tejen las más bellas telas al gusto de cada uno, se le entregará una pieza entera de oro.”
Todo aquel que leía el anuncio recibía el impacto persuasivo desglosado en dos elementos: la ponderación en forma de superlativo («las más bellas telas») y la adecuación y conexión con las necesidades del consumidor («al gusto de cada uno»). Nada más y nada menos.
Fuentes:
- Arcangeli, M. (2011). Il linguaggio pubblicitario (3a reimp.). Roma: Carocci.
- Eguizábal, R. (2011). Historia de la publicidad. Madrid: Fragua.
- Martínez López, T. (2015). La publicidad a través del tiempo. Recuperado 24 de octubre de 2015, a partir de http://www.piensaenmarketing.com/la-publicidad-a-traves-del-tiempo/
- Zamora, S. (2013). El anuncio más antiguo del mundo. Recuperado 24 de octubre de 2015, a partir de https://salvadorzamora.wordpress.com/2013/11/26/el-anuncio-mas-antiguo-del-mundo/