Las implicaturas

Según Grice, los oyentes suponen que los hablantes observan el principio de cooperación. Es el conocimiento de las cuatro máximas lo que permite a los oyentes sacar conclusiones sobre las intenciones de los hablantes y su significado implícito. El significado transmitido por los hablantes y recuperado como resultado de las inferencias de los oyentes se conoce como implicatura conversacional.

Además de lo que figura aquí, puedes consultar más cuestiones relacionadas con aspectos que tratamos sobre implicaturas y violaciones de las máximas de Grice en este apartado.

Cómo funcionan las implicaturas

Lo importante para la teoría de Grice no es tanto el cumplimiento de estos supuestos mandatos como el hecho, mucho más interesante, de que los interlocutores actúan como si contaran con su cumplimiento. Sin esta actitud de los hablantes, no habría implicaturas, y quizá no habría conversación posible.

Las implicaturas conversacionales son supuestos que se originan porque el hablante dice algo en un determinado contexto compartido por los interlocutores, y en la presunción de que está observando el principio de cooperación.

Es importante tener en cuenta que las máximas conversacionales no son reglas de carácter normativo, sino principios de interpretación de los enunciados. Esto quiere decir que los interlocutores pueden respetarlas, pero también transgredirlas. No respetar una máxima conversacional no conlleva necesariamente un fracaso comunicativo, tal y como veremos más abajo.

Cuándo se producen las implicaturas

Las implicaturas se producen:

  • Cuando el hablante obedece las máximas.
  • Cuando parece violarlas pero no las viola.
  • Cuando tiene que violar una para no violar otra a la que concede mayor importancia.
  • Cuando viola una máxima deliberada y abiertamente.

Obediencia a las máximas

Son los casos que requieren menos cálculo por parte del oyente: cuando las máximas son obedecidas por el hablante, no se requiere ningún cálculo para extraer la implicatura.

Ejemplo:

(Me doy cuenta, antes de salir para clase, de que se me ha está acabando la batería del iPad, y lo comento con una compañera. Si ella me dice):

Yo tengo un cargador

Entiendo que me los está ofreciendo, pues no sería cooperativo, ni racional, mencionar esos elementos para no ofrecérmelos.

En este caso, simplemente amplío lo que dice mi compañera y saco la implicatura correspondiente.

Violación aparente

A veces el hablante parece violar las máximas, lo que puede dar lugar a implicaturas, si el oyente cree que el hablante obedece las máximas, o al menos que respeta el principio de cooperación.

Ejemplo:

Una carta de recomendación que contiene información insuficiente:

(2)   El Sr. X asiste siempre a clase, hace puntualmente todos sus trabajos, y se expresa con propiedad.

La carta da menos información de la esperada, ya que no indica si el alumno tiene talento para la asignatura. El destinatario sacará la implicatura de que el señor X no tiene ningún talento filosófico, porque de lo contrario tendría que pensar que el autor de la carta no quiere cooperar, y esto es improbable, ya que se ha molestado en escribir la carta.

Choque entre máximas

A veces no podemos dar una información sin mentir porque no la sabemos, y por lo tanto damos información aproximada, violando la máxima de cantidad para no violar la de calidad.

Ejemplo:

Si me preguntan dónde queda la biblioteca y no lo sé con exactitud, diré algo como

(3)   Queda más al sur, pasando el parque.

El oyente, al recibir esta información insuficiente, puede pensar que no quiero cooperar, o, más probablemente, puede sacar la implicatura de que eso es todo lo que sé sobre el asunto. Aunque la máxima de calidad, «Diga la verdad», parece ser de jerarquía más alta que las otras, es decir, es la que tendemos a obedecer primero, hay algunos hablantes que prefieren mentir a pasar por poco cooperativos.

¡Si pedimos instrucciones sobre cómo llegar a un sitio, por ejemplo, a alguien que debería saberlo (por vivir en el lugar o por otro motivo) pero no lo sabe, puede pasar que recibamos información insuficiente e incluso equivocada, si esa persona es incapaz de admitir su ignorancia.

Violación ostentosa

Finalmente, podemos calcular implicaturas si advertimos que el interlocutor está violando las máximas con deliberación.

Imagínese un diálogo como el siguiente:

Niño (por décima vez): ¿Cuándo comemos, mamá?

Madre : Cuando esta señora que ahora está escribiendo termine de hacer su trabajo y se levante de esta silla y vaya a la cocina y ponga a calentar la cena…

La prolijidad de la respuesta (en abierta violación de una de las submáximas de manera) tiene por misión que el niño infiera la actitud de la madre ante su insistencia.

Más violaciones

Las violaciones abiertas de las máximas constituyen un punto de partida para detectar la existencia de implicaturas.

Ejemplo 1:

A: Buenos días. Venía a presentar denuncia por sustracción.

B: Usted dirá.

A: Resulta que un soldado suizo me ha robado un reloj ruso.

B: Querrá usted decir que un soldado ruso le ha robado un reloj suizo.

A: Esa hipótesis tiene todas las probabilidades de ser cierta. Pero recuerde que ha sido usted quien lo ha dicho, no yo.

Ejemplo 2:

María: ¿Es guapo?

Carmen: A ella le gusta.

Ejemplo 3:

María: ¿Saca buenas notas tu hijo Roberto en la carrera?

Carmen: Hace lo que puede.

Ejemplo 4:

María: ¿Saca buenas notas tu hijo Roberto en primero de primaria?

Carmen: Hace lo que puede.

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