El principio de cooperación en el aula de lenguas

El principio de cooperación en el aula de lenguas

Existe un fenómeno general esencial para entender los intercambios comunicativos: los participantes en el acto de comunicación suelen ver cumplidas sus expectativas porque los hablantes y sus interlocutores llevan a cabo un comportamiento cooperativo.

Esta es una idea propuesta por Grice a finales de los años sesenta del pasado siglo y que se revela de gran utilidad.

Las personas adaptamos nuestra comunicación a lo que se espera de nosotros y a lo que requiere cada momento. Es necesario, por lo tanto, tener en cuenta la intención comunicativa del hablante y también nuestras necesidades y preferencias comunicativas.

Grice estableció que había unas máximas que evidenciaban nuestro comportamiento cooperativo en la comunicación:

  • Máxima de cantidad. Aportar en cada momento una cantidad razonable de información: ni demasiada, ni demasiado poca.
  • Máxima de cualidad o calidad .No decir cosas que sabemos que son falsas.
  • Máxima de relación. Producir enunciados que guardan relación con lo que se ha dicho o con lo que es esperable en esa situación.
  • Máxima de maneraProcurar expresarse de manera ordenada y con claridad, para ser entendido mejor.

El principio de cooperación y las implicaturas

No obstante, parece obvio que los hablantes no siempre nos comportamos de manera cooperativa. Por ejemplo, podemos ocultar información, faltar a la verdad, extendernos en demasiado detalles o ser demasiado escuetos, decir cosas inapropiadas, hablar de manera excesivamente metafórica o crítica. En estos casos, el interlocutor establece la inferencia de que el hablante no está siendo cooperativo y saca unas conclusiones de lo que ocurre y, probablemente, de por qué ocurre.

En consecuencia, tanto si el hablante mantiene una actitud cooperativa como si no, el oyente, gracias a su capacidad de inferencia, extrae consecuencias sobre los pensamientos, intenciones y actitudes del interlocutor.

Esta información complementaria que se obtiene a partir de la inferencia será denominada por Grice implicatura.

Un aspecto decisivo que tiene la teoría de Grice para la comunicación es que los hablantes siempre comunicamos más de lo que decimos, por lo que las implicaturas tienen un papel esencial en la comunicación.

Aplicación del principio de cooperación al aula

Como veíamos en temas anteriores, los exponentes funcionales suelen formar parte de series de enunciados que mantienen una relación entre sí. Esta organización suele proceder de guiones o esquemas mentales. A su vez, los hablantes tenemos presente el principio de cooperación y la posibilidad de existencia de implicaturas en nuestra actividad comunicativa.

Gracias a las implicaturas, sabemos cuando un hablante no tiene ganas de conversar, cuando rechaza (aunque no de modo explícito) una invitación. A través de estos mecanismos, podemos deducir también cuando un hablante es un poco torpe.

Es necesario tener en cuenta siempre que los roles de los participantes en un acto comunicativo están incluidos por la cultura de procedencia, pero también por la manera de verbalizar actitudes como el rechazo, la aceptación, el interés… En español, por ejemplo, mientras la aceptación suele manifestarse de forma abierta, enfática y contundente, el rechazo suele venir acompañado de muchos elementos de mitigación o atenuación.

En definitiva, es necesario tener presente que en otras lenguas y en otras sociedades el rechazo y aceptación —por ejemplo— se rigen por normas diferentes y pueden estar marcados de manera diferente. Esto puede conducir a que nuestro interlocutor saque una implicatura que sería adecuada en su lengua, pero no en la lengua meta.

Por lo tanto, los aprendices de una LE tienen que aprender a formular invitaciones en español, pero también saber cómo responder de un modo lo más acorde posible. Esto nos conduce, como ha ocurrido más ocasiones en este curso, a ser conscientes de la necesidad de practicar siempre los exponentes funcionales en conexión con otros exponentes que suelen estar vinculados a ellos en la vida real. Con ello, conseguimos estar insertos en una situación de comunicación lo más real posible como para saber medir la mayor o menos adecuación de los enunciados que proferimos.

Otra consecuencia derivada es la necesidad de llevar siempre al aula muestras reales o, al menos, verosímil, siempre ajustadas al uso de la lengua en un contexto o situación determinados.

En el aula de idiomas, resulta muy conveniente que, seamos conscientes de las interacciones comunicativas no están establecidas de antemano, sino que son el resultado de un proceso de negociación cuyo resultado final depende de las aportaciones de los participantes para que la comunicación sea exitosa.

De esta forma, la planificación de actividades comunicativas tienen que perseguir un motivo concreto, identificable y coherente para utilizar la lengua de un modo determinado en la realización de una tarea concreta.

Para llevar a cabo esta tarea en el aula, necesitamos, por un lado que la resolución de la tarea tenga como fin compartir ideas de manera que se cubra un vacío informativo inicial (el concepto de vacío informativo es muy importante en las teorías comunicativas) y, por otro lado, que la disposición de los aprendices les conduzca a realizar la tarea con un objetivo concreto de cara a la intención comunicativa.

Una actividad en el aula nos será realmente comunicativa si no se organiza de modo que los aprendices, en su papel de productores, tengan algo que decir y un motivo para decirlo y, en su papel de receptores, tengan razones para escuchar y luego interactuar. El intercambio de información ha de ser el centro de la actividad comunicativa y no solamente la excusa para practicar formas lingüísticas o gramaticales.

Para saber más…

  • Amenós Pons, J., Ahern, A., & Escandell Vidal, M. V. (2019). Comunicación y cognición en ELE: la perspectiva pragmática. Barcelona: Edinumen.

 

 

Los intercambios rituales

La manera en que las funciones comunicativas se encadenan en una secuencia comunicativa conversacional está muy relacionada con los esquemas mentales.

Como vimos en su momento, las expectativas de los participantes en un intercambio comunicativo dependen en parte de algunos hábitos y creencias que, más allá del individuo, están basados en aspectos socioculturales de una comunidad.

En la medida en que las expectativas de los participantes tiendan a ser parecidas, es más fácil que la conversación tenga un desarrollo fluido. Sin embargo, cuando las expectativas son diferentes y se originan por motivos socioculturales, el intercambio puede dar lugar a confusiones o, de forma más radical, puede fracasar completamente.

Los intercambios rituales se producen en situaciones muy estereotipadas. Suelen ser muy breves y aparecen aislados o formando parte de secuencias más largas.

La emisión del enunciado iniciativo suele llevar aparejada automáticamente una reacción verbal muy concretar por parte del interlocutor. Este tipo de intercambios suelen estar fijados en los esquemas mentales de los hablantes y se producen en situaciones de dar y recibir regalos, dar la bienvenida, invitar, agradecer algo o elogiar a alguien…

En el caso de dominar ese esquema mental, todos los participantes del intercambio comunicativo saben qué comportamiento se espera de ellos y cómo lo tienen que expresar verbalmente. Si alguien se sale del guion, lo hace por motivos muy concretos que también resultan muy útiles desde el punto de vista comunicativo.

En el caso de una LE/L2, lo adecuado es abordar estos intercambios como un todo, asociando las intervenciones dentro de una estructura conversacional concreta. De este modo, los estudiantes aprenden qué comportamiento verbal (y no verbal) se espera de ellos para que se ajusten a él.

 

Para saber más

  • Amenós Pons, J., Ahern, A., & Escandell Vidal, M. V. (2019). Comunicación y cognición en ELE: la perspectiva pragmática. Barcelona: Edinumen.

La estructura de la conversación

 Los actos de habla no se producen «en abstracto», sino que entran en funcionamiento en realizaciones comunicativas concretas que se desarrollan en un contexto específico. De hecho, esto es lo que motiva que, según la situación, un enunciado puede conducir a un acto de habla u otro. Si un docente entra en una clase bulliciosa y dice «Buenos días», puede tener la intención de saludar a sus estudiantes antes de comenzar. Sin embargo, si en clase siguen hablando y el docente eleva un poco la voz y, de forma algo más contundente, dice «Buenos días», la intención cambia y se produce un acto de habla distinto.

En la comunicación ritual, la formulación de algunos enunciados suele conllevar una respuesta específica que se ajusta en una estructura de intercambio. Ante un saludo, se suele responder con un saludo; ante un ofrecimiento, se suele responder con una aceptación o un rechazo (incorporando, posiblemente, un agradecimiento); ante una recriminación, suele responderse con una disculpa o con una justificación.

Por ejemplo, en una situación real de comunicación, no es frecuente que un hablante diga «Buenos días» y su interlocutor diga «Adiós».

A. Buenos días.
B. Buenos días.

A. Buenos días.
B. ?Adiós.

A. ¿Te vienes con nosotros al cine?
B. Me encantaría, pero había quedado con Teresa. Pero la próxima vez me apunto.

A. ¿Te vienes con nosotros al cine?
B. ?Pues mira, me gustaría pero no me gusta ver películas. Adiós.

A. No tenías que haberle dicho que no te gustaba su regalo…
B. Pues mira, tienes razón, tenía que haber sido un poco menos brusca.

A. No tenías que haberle dicho que no te gustaba su regalo…
B. ?Es que yo soy así, sincero y directo.

En los ejemplos anteriores hemos visto que se produce un intercambiocomunicativo. Un intercambio comunicativo se compone de, al menos, dos intervenciones: la intervención iniciativa y la intervención reactiva.

Aunque en los ejemplos indicados más arriba se ha producido un intercambio con dos intervenciones, también es frecuente una tercera intervención como cierre.

(Estamos en una clase el viernes a última hora y los estudiantes van saliendo del aula. Quedan Teresa y Pablo)
A. Bueno, hasta el lunes (intervención iniciativa; función comunicativa: despedida).
B. Hasta el lunes, ¡buen fin de semana! (intervención reactiva; funciones comunicativas: despedida; expresar buenos deseos).
A. ¡Gracias, igualmente! (intervención de cierre; función comunicativa: agradecimiento).

La estructura de estas interacciones como las apuntadas es muy simple. Sin embargo, la combinación de funciones comunicativas en intercambios puede llegar a tener una estructura muy compleja.

(Estamos en la biblioteca el viernes a última hora y en las mesas próximas ya solo quedan Teresa y Pablo)
A. Adiós, hasta el lunes (intervención iniciativa 1a; función comunicativa: despedida).
B. Ah, ¿ya te vas? (intervención iniciativa 2a; función: pedir confirmación).
A. Sí, es que tengo que coger el autobús, que si voy andando llego a casa muy tarde (intervención reactiva 2b; función: justificarse).
B. ¡Buen fin de semana! (intervención reactiva 1b; función comunicativa: expresar buenos deseos).
A. ¡Gracias, igualmente! (intervención de cierre; función comunicativa: agradecimiento).

Vemos aquí dos intercambios distintos: uno con una intervención iniciativa, una reactiva y una de cierre, y otro con una intervención iniciativa y una reactiva intercalada.

Cuando se producen varios intercambios comunicativos nos encontramos con una secuencia conversacional.

De este modo, podemos concluir que la estructura de la conversación es secuencial y jerárquica. Los exponentes funcionales se combinan para formar intervenciones, las intervenciones se combinan para formar intercambios y varios intercambios conforman una secuencia.

Para saber más…

  • Amenós Pons, J., Ahern, A., & Escandell Vidal, M. V. (2019). Comunicación y cognición en ELE: la perspectiva pragmática. Barcelona: Edinumen.
  • Briz Gómez, A. (2004). La estructura de la conversación. Orden externo y orden interno. Archivo de Filología Aragonesa5960, 265–280.
  • Calsamiglia, H., & Tusón, A. (2015). Las cosas del decir: manual de análisis del discurso (3a). Barcelona: Ariel.
  • Grupo Val.Es.Co. (2014). Las unidades del discurso oral: la propuesta Val.Es.Co. de segmentación de la conversación (coloquial)Estudios de Lingüística Del Español35(1), 11–71.
  • López Alonso, C. (2014). Análisis del discurso. Madrid: Síntesis.
  • Tusón Valls, A. (2015). Análisis de la conversación. Barcelona: Ariel.

Los marcadores del discurso

Los marcadores del discurso son unidades lingüísticas cuyo significado, fijado convencionalmente, condiciona el procesamiento del discurso en relación con el contexto.

La finalidad de los marcadores es el de guiar de acuerdo con sus distintas propiedades morfosintácticas, semánticas y pragmáticas, las inferencias que se realizan en la comunicación.

El discurso supone la acción y el resultado de utilizar las distintas unidades de la gramática en un acto concreto de comunicación. Tiene, por lo tanto, una parte gramatical y una parte pragmática. 

El trabajo con los marcadores discursivos en ELE es muy fructífero en el aula de ELE. Es importante partir siempre del repertorio ajustado a cada nivel del PCIC.

Aquí tenéis un ejemplo de aplicación práctica partiendo de un anuncio publicitario:

Un breve resumen sobre los marcadores del discurso, para empezar:

  • Urbina Fonturbel, R. (2017). Los marcadores del discurso. En la ponencia “Más allá de la gramática. Conexiones de la gramática con la pragmática y el análisis del discurso”, impartida en el curso Más allá de la gramáticaorganizado por el CFIE y el IFIE de la Universidad de Burgos (febrero de 2017).

Bibliografía general sobre los marcadores del discurso:

  • Martín Zorraquino, M. A., & Montolío Durán, E. (Eds.). (2008). Los marcadores del discurso. Teoría y análisis (2.a ed.). Arco/Libros.
  • Montolío Durán, E. (2015). Conectores de la lengua escrita. Ariel.
  • Portolés Lázaro, J., & Martín Zorraquino, M. A. (1999). “Los marcadores del discurso”. En I. Bosque & V. Demonte (eds.), Gramática descriptiva de la lengua española (pp. 4051-4214). Madrid: Espasa.
  • Portolés Lázaro, J., Sainz González, M. E., & Murillo Ornat, S. (2021). Partículas discursivas e instrucciones de procesamiento. En M. V. Escandell Vidal, J. Amenós Pons, & A. Ahern (Eds.), Pragmática (pp. 284-302). Akal.
  • Portolés, J. (2014). Marcadores del discurso. Ariel.

Trabajos interesantes sobre los marcadores del discurso y ELE:

Marcadores del discurso y ELE (tesis doctoral):

Estructuras argumentativas

Un texto argumentativo tiene como fin persuadir a los receptores. En el ámbito de la recepción, la argumentación puede ir dirigida a un receptor único o un grupo de receptores específico.

Muchas actividades discursivas tienen presente a la argumentación. La argumentación está presente tanto en una conversación como en una entrevista para buscar trabajo, en un mitin político como en un juicio, en una mesa redonda como en un un artículo de opinión, en una crítica literaria como en un anuncio publicitario.

El carácter persuasivo de la argumentación busca influir en el receptor. Para lograr esta influencia, se establecen unas estrategias que pueden estar orientadas hacia elementos racionales u orientadas a la emoción mediante la apelación a los afectos.

La argumentación tiene que tener, de forma explícita o implícita, los siguientes elementos:

  • Una estructura en la que haya una conclusión derivada de unas premisas o argumentos.
  • Una estructura en la que subyace, de algún modo, una tesis y una antítesis.
  • Un posible causa de desacuerdo, sea real, probable o posible.
  • Un emisor y un receptor (individual o colectivo, mencionado expresamente o no) al que va dirigida la argumentación. Su finalidad, por lo tanto, es básicamente perlocutiva.
  • Unos mecanismos lingüísticos orientados a la persuasión.

Elementos de la argumentación

En esquema:

Los argumentos son los elementos que van a conducir, de forma justificada, a una conclusión.Es necesario que los argumentos posean fuerza argumentativa que tenga cierto peso para justificar la conclusión. La fuerza argumentativa puede estar reflejada en marcadores del discurso de carácter argumentativo, el léxico, la reiteración…

La conclusión es la tesis que intenta defender el emisor. Puede estar implícita. En este caso, los argumentos conducen a sugerir o inferir esta conclusión.

Los tópicos conectan dos hechos o conceptos aceptados y socializados por una determinada comunidad. Permite la relación entre los argumentos para llegar a una conclusión. Es importante señalar que los tópicos pueden ser «universales», pero también propios de un país, una comunidad o un grupo. En la medida en la que pueden abarcar a todos, a veces se hace necesaria una explicación. También pueden producirse tópicos nuevos, fruto del cambio de una reaidad determinada. Para contraargumentar, se puede declarar un tópico como no pertinente, relativizar su valor oponiéndolo a un tópico inverso o aceptar el tópico pero rechazar su aplicación a esa argumentación en concreto.

El marco argumentativo es el contexto en el que se interpreta un enunciado para poder ser interpretado de forma adecuada. Puede conocerse y permanecer implícito o, si es necesario, manifestarse de forma explícita.

Funciones argumentativas

Hay funciones argumentativas que sirven para orientarse y coincidir con la conclusión (coorientación), mientras que otras tienen como función rebatir o estar en contra de una determinada conclusión (antiorientación).

Funciones argumentativas en la coorientación
  1. Justificación o prueba. Se explica la razón del enunciado anterior. Es la más frecuente, dado que se aportan las razones que avalan lo que se dice en la conclusión. Puede explicitarse con marcadores (porque) o sin ellos.
  2. Asentimiento o confirmación. Se supone la aceptación de la tesis del interlocutor. El marcador puede ser efectivamente u otros equivalentes. Tras un enunciado de asentimiento o confirmación, puede aparecer otro del mismo sentido que refuerce o pruebe el anterior o, por el contrario, un enunciado que se oponga a él.
  3. Refuerzo del argumento o de la conclusión. Marcadores es decir, o sea, etc. La explicación del enunciado sirve para reforzarlo desde la óptica del hablante. También pueden aparecer los elementos de fuerza argumentativa que reafirmar una conclusión o un argumento de forma intensificada: claro, naturalmente, por supuesto, etc.
Funciones argumentativas en la antiorientación
  1. Objeción. El enunciado intenta invalidar un argumento o conclusión anterior por llevar una dirección opuesta. Marcador: pero. Se puede intentar situar a nuestro interlocutor en una contradicción de sus propias afirmaciones.
  2. Concesión. El enunciador acepta de manera momentánea los argumentos o conclusiones de su interlocutor para pasar luego a oponerse a ellos.
  3. Rectificación. Se hace referencia a lo dicho por otro interlocutor para efectuar una reformulación discursiva que reorienta el argumento final.
  4. Contestación y desacuerdo. Es una forma especial de la objeción. No estoy de acuerdo, no comprendo cómo…
  5. Crítica, acusación, reproche. Sirve para refutar las tesis del interlocutor.

El uso de la argumentación en ELE

El uso de la argumentación y de las estructuras argumentativas es muy productivo en las clases de ELE. Puede trabajarse desde los primeros niveles y se extiende a producciones orales u escritas más complejos.

Para el trabajo de la argumentación en ELE, es necesario tener muy en cuenta los aspectos que hemos abordado más arriba. Se trabaja con estructuras textuales y elementos lingüísticos, pero también hay que tener en cuenta que entran en juego elementos culturales como el marco argumentativo y los tópicos.

Para saber más:

  • Amossy, R. (2012). L’argumentation dans le discours. Paris: Armand Colin.
  • Calsamiglia, H., & Tusón, A. (2015). Las cosas del decir: manual de análisis del discurso (3.ª ed). Barcelona: Ariel. Páginas 284-296.
  • Fuentes Rodríguez, C., & Alcaide, E. R. (2002). Mecanismos lingüísticos de la persuasión : cómo convencer con palabras. Madrid: Arco Libros.
  • Fuentes Rodríguez, C., & Alcaide Lara, E. R. (2007). La argumentación lingüística y sus medios de expresión. Arco Libros.
  • Urbina Fonturbel, R. (2020). La función del ‘delectare’ en la argumentación publicitaria. El humor como estrategia persuasiva en la publicidad. Language Design : Journal of Theoretical and Experimental Linguistics, Special Issue20.
  • Urbina Fonturbel, R. (2020). Аргументативная ценность рекламы. Социокультурный аспект – El valor argumentativo de la publicidad. Aplicaciones socioculturales. En K. N. V; & A. Santana Arribas (Eds.), НАЦИОНАЛЬНАЯ ИДЕНТИЧНОСТЬ СКВОЗЬ ПРИЗМУ ДИАЛОГА КУЛЬТУР НАЦИОНАЛЬНАЯ ИДЕНТИЧНОСТЬ СКВОЗЬ ПРИЗМУ ДИАЛОГА КУЛЬТУР – La identidad nacional a través del diálogo entre culturas: estudios científicos sobre el área de las humanidades en los espacios científicos (pp. 171-177). Taganrog : Editorial de la Universidad Federal del Sur.
  • Urbina Fonturbel, R. (2013). Poliacroasis y argumentación emocional. El discurso publicitario y la retórica culturalTonos digital.
  • Urbina Fonturbel, R. (2012). La dimensión publicitaria de la comunicación institucional: la publicidad institucional y la argumentación emocional. En E. del Río Sanz, M. del C. Ruiz de la Cierva, & T. Albaladejo (Eds.), Retórica y política. Los discursos de la construcción de la sociedad (pp. 657-670). Instituto de Estudios Riojanos.
  • Urbina Fonturbel, R. (2018). Los valores emocionales y comunicativos de la publicidad en españolSinoELE17, 1048-1062.
  • Urbina Fonturbel, R. (2015). Cortesía lingüística y estrategias argumentativas en el discurso publicitario en español. En N. V. Karspóvskaya & A. Santana Arribas (Eds.), La identidad nacional a través del diálogo entre culturas – НАЦИОНАЛЬНАЯ ИДЕНТИЧНОСТЬ СКВОЗЬ ПРИЗМУ ДИАЛОГА КУЛЬТУР (pp. 158-161). Editorial de la Universidad Federal del Sur.

Tema y rema

En el enunciado informativo, se recurre a una construcción textual que simula a la del emisor dando respuesta a una pregunta (real o hipotética) que le formulan desde el ámbito de la recepción.

En esta “pregunta”, se distinguen los dos elementos de toda estructura informativa:

  • Tema o soporte. Lo que “el que pregunta” declara saber. Es la información conocida, supuesta o supuestamente conocida.
  • Rema o aporte. Lo que “el que pregunta” declara no saber y pregunta. Es la información nueva, novedosa o supuestamente desconocida por el receptor.
INFORMACIÓN NUEVAINFORMACIÓN CONOCIDA
¿Quiéndirigió Blade Runner en 1982?
¿Quédirigió Ridley Scott en 1982?
¿Cuándodirigió Ridley Scott Blade Runner?

El emisor tiene en mente esta “pregunta” y se hace una idea de lo que el destinatario sabe o ignora. De este modo, realiza una segmentación paralela a la de la “pregunta”:

INFORMACIÓN CONOCIDAINFORMACIÓN NUEVA
Blade Runner la dirigió en 1982Ridley Scott
Ridley Scott en 1982 dirigióBlade Runner
Ridley Scott dirigió Blade Runneren 1982

Veamos otro ejemplo:

Donald Trump firmó 18 órdenes ejecutivas la primera semana de su mandato presidencial

INFORMACIÓN NUEVAINFORMACIÓN CONOCIDA
¿Quiénfirmó 18 órdenes ejecutivas la primera semana de su mandato?
¿Cuándofirmó Trumpo 18 órdenes ejecutivas?
¿Quéfirmo Trump la primera semana de su mandato?
¿Quéhizo Trump la primera semana de su mandato?
¿Quéha ocurrido?
INFORMACIÓN CONOCIDAINFORMACIÓN NUEVA
Firmó 18 órdenes ejecutivas la primera semana de su mandatoDonald Trump
Donald Trump firmó 18 órdenes ejecutivasla primera semana de su mandato
Trump, la primera semana de su mandato, firmó18 órdenes ejecutivas
La primera semana de su mandatofirmó 18 órdenes ejecutivas
La semana pasadaTrumpo firmó 18 órdenes ejecutivas
(Que)Trump firmó la pasada semana 18 órdenes ejecutivas

Lo habitual es que la información temática aparezca en primer lugar y la remática en segundo lugar. Un cambio de posición modifica también un cambio en la estructura de la información:

¿Quién dirigió Blade Runner en 1982?
#En 1982 Ridley Scott dirigió Blade Runner. Ridley Scott dirigió Blade Runner en 1982.

¿Qué presidente firmó 18 órdenes ejecutivas la primera semana de su mandato presidencial?

#En su primera semana de mandato presidencial Donald Trump firmó 18 órdenes ejecutivas.

¿Qué conclusión podemos sacar? Que la función informativa se organiza de la misma manera en sus funciones semánticas y sintácticas, pero se distingue en su forma de disponer el contenido desde un criterio analítico-discursivo.

PREGUNTARESPUESTA
rematematemarema
¿cuándodirigió Ridley Scott Blade Runner?Blade Runner la dirigió Ridley Scotten 1982
¿quiéndirigió Blade Runner en 1982?Blade Runner la dirigió en 1982Ridley Scott

 

 

 

 

Dos cuestiones importantes:

  • Una observación: solo la información nueva puede ser objeto de una negación adversativa «No A sino B»:
  • No a Marc sino a Pau lo han elegido como “All Star” en 2016. o A Rafa Nadal no lo ganó Federer en París sino en Australia.

• La organización informativa del discurso es binaria. Aunque haya elipsis, la información conocida sigue funcionando.

 

Tema

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Rema
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¿Qué sucede?

Juan toca el piano

¿Qué hace Juan?

Juan

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toca el piano

¿Qué toca Juan?

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Juan toca

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el piano

¿Cómo diferenciar y delimitar la función informativa cuando no hay una pregunta explícita?

Negación. Solo el elemento conformado como información remática permite la negación adversativa «no A sino B»:

  •  ¿Qué hizo Pepe?
  •  *No Pepe sino Juan escribió un cuento.
  • Pepe no escribió un cuento, sino que pintó un cuadro.

Orden. El orden de palabras en español no obedece a la función representativa. El orden no depende, normalmente de las funciones sintácticas ni de las funciones semánticas, sino de las funciones informativas.

o El orden «natural» existe, pero no es absoluto, sino que depende del orden impuesto por la pregunta inicial (a no ser que haya algún otro factor que intervenga).

• Elipsis. El tema puede ser elidido si el hablante lo considera necesario, pero la información nueva jamás admite la supresión.

Pregunta

Orden natural

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Orden distorsionado

¿Qué hace Juan?

Juan toca el piano

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#El piano lo toca Juan

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Pregunta

Respuesta correcta

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Respuesta incorrecta

¿Quién eres?

(Yo) soy el delegado

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*El delegado soy yo

¿Quién es el delegado?

(El delegado) soy yo

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(Soy yo) el delegado

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Para saber más:

  • Gutiérrez Ordóñez, S. (2000). Temas, remas, focos, tópicos y comentarios (2nd ed.). Madrid: Arco Libros.

La función informativa

En los enunciados no solo aplicamos reglas y unidades de código, sino que entran en funcionamiento otros factores que configuran su esquema comunicativo: intencionalidad, conocimientos y sentimientos del receptor, el lugar y el momento del acto del acto comunicativo, los conocimientos compartidos entre emisor y receptor y las relaciones sociales que mantienen.

En la comunicación informativa el hablante tiene como función básica que el receptor recuerde, actualice o aumente sus conocimientos.

La función representativa ha de adaptarse a las necesidades del acto comunicativo y a las necesidades cognoscitivas del interlocutor.

Hay tres procedimientos para adaptar y canalizar esas necesidades informativas:

  • Separando lo que conoce de lo que desconoce (tema o soporte / rema o aporte).

  • Resaltando un elemento (foco o focalización).

  • Marcando límites referenciales y/o veritativos (tópico / comentario).

    El acto comunicativo de tipo informativo supone que el productor textual modifique el estado de conocimientos del receptor transmitiéndole datos que supone que son nuevos.