Escribir y editar una página es un proceso idéntico a la de escribir y editar una entrada. La única diferencia formal entre ambas es que en una página no se pueden utilizar categorías ni etiquetas. Por lo tanto, como ya has probado a escribir una entrada de blog no hay nada que te vaya a resultar complicado.
Cuando quieras crear una página, basta con que, en WP-admin vayas a la izquierda, en «Páginas». Vas a entrar en una pantalla como esta:
Como ves, WordPress te plantea ya dos soluciones: pues empezar la página con un diseño totalmente en blanco o puedes escoger, si lo prefieres, un diseño que se ajuste a lo que quieres.
Para que no te quejes, verás que, incluso, te hacen gran parte de las tareas que te mandamos en este curso, dado que puedes elegir entre páginas de información general, páginas de blog, páginas de contacto páginas de menú, páginas de portafolio (o porfolio), páginas de servicios, páginas de equipo, páginas de inicio… En fin, que las posibilidades son enormes.
Antes de elegir, basta que hagas clic en uno de los diseños (o el diseño en blanco) y vayas a la esquina superior derecha para pulsar «Usar el diseño X».
Si escoges uno de esos diseños predefinidos, basta con que vayas rellenando cada apartado, cambiando las imágenes, etc.
Si optas por el diseño en blanco, te va a resultar muy fácil porque funciona con el sistema de bloques, exactamente igual que con las entradas. Podrás escribir párrafos de texto, insertar imágenes, etc.
Ya solo faltan un par de detalles. Vamos a fijarnos en la parte superior izquierda de la pantalla:
Si pulsas el símbolo de la rueda, accedes a las opciones de «Documento»(general para toda la página) o «Bloque» (específico para el bloque sobre el que estés), tal y como vimos en las entradas.
Si pulsas la letra A sobre fondo negro, tienes alguna opción para combinar fuentes y formatos.
Y, por supuesto, las opciones similares a las entradas como «Vista previa», «Guardar como borrador» o «Publicar» (o «Actualizar» si es una entrada ya publicada que estás editando»), con las opciones para publicarla ahora, hacerlo un día y una hora determinada, etc.
Una vez que ves al botón «Publicar», la página estará ya disponible en tu sitio. Podrás modificarla y editarla siempre que desees.
¿Para qué se utilizan las categorías y las etiquetas?
Las categorías y las etiquetas son sistemas para tener organizada, estructurada la información de nuestro blog y poder tener esa información fácilmente localizable para los lectores.
¿Qué son las categorías?
Las categorías son una especie de «cajón» donde almacenas los contenidos de la entrada. La gran ventaja es que una misma entrada puedes meterla, a la vez, en varios «cajones» y, además, puedes aprovechar las subcategorías para englobar una categoría dentro de una mayor.
Por ejemplo, si te fijas en la parte superior de esta entrada, verás esto:
De esta manera, cualquier lector puede ir al menú que se encuentra al pie o pinchar sobre la categoría al principio de la entrada y ver todo lo que se ha escrito en orden cronológico.
¿Cómo se insertan las categorías?
Insertar categorías es muy sencillo. Cuando escribes una entrada, basta con fijarse en el menú de la derecha para adjudicar una categoría ya creada o añadir una nueva.
Si la categoría ya existe, basta con pinchar sobre el cuadro para activarla. Si no existe, pulsas sobre «Añadir nueva categoría»
En el caso que quieras que sea una subcategoría de una categoría superior, solo tienes que hacer clic sobre «Categoría superior» y elegir la adecuada.
Hay otras maneras de asignar categorías. Si vas al menú que explicábamos en esta entrada, puedes modificar o introducir categorías tanto editando las entradas como en el menú categorías.
¿Qué son las etiquetas?
Las etiquetas son una forma complementaria de estructurar la información. En este sitio web, de momento, no hemos establecido ninguna etiqueta, pero podríamos establecer (quizás lo hagamos en los próximos días), etiquetas para «Turoriales», «Aplicaciones didácticas», etc. Lo que ocurriría es que, por un lado, tendríamos distribuidas en categorías todas las entradas que hablen, por ejemplo, de WordPress y de Twitter pero, si creamos una categoría «Tutoriales», accederemos a todas las entradas que sean tutoriales, ya sean de WordPress, de Twitter, o de cualquier otra herramienta de la que podamos tratar en el futuro. A diferencia de las categorías, solo es posible adjudicar una etiqueta a cada entrada.
Un ejemplo práctico: en el caso de un blog en el que se manejen varias asignaturas, las asignaturas pueden ser categorías y los apartados de «materiales», «calificaciones», «prácticas» pueden ser etiquetas, o viceversa.
¿Cómo se introduce una etiqueta?
Introducir una etiqueta es muy sencillo: basta con que añadas una o elijas la que desees en el menú correspondiente:
Como ocurría, con las categorías, hay otras maneras de asignar etiquetas. Si vas al menú que explicábamos en esta entrada, puedes modificar o introducir etiquetas tanto editando las entradas como en el menú etiquetas.
Vamos a echar un vistazo al escritorio general para dar algunas indicaciones importantes. Fíjate en los números y flechas de la imagen para ver la descripción.
¡Ya estamos listos para crear nuestra primera entrada! Antes ya hemos entrado en «añadir una nueva entrada» para estudiar cómo funcionaban los bloques. De esta manera, ya tenemos mucho ganado.
Recapitulemos algunas cuestiones importantes para escribir una entrada:
1. Título de la entrada. Aquí introducimos el nombre que queremos dar a nuestra entrada. Tenemos que pensar en un título sencillo y significativo (un buen título nos ayudará a estar más «visibles» por los buscadores) y, por lo tanto, nos ayudará a tener más lectores.
2. Iremos añadiendo bloques. En función del contenido que queramos incorporar, iremos añadiendo de forma ordenada párrafos de texto, imágenes, vídeos, etc. En función del tipo de bloque, tendrás justo encima una barra para realizar las operaciones más importantes.
Por ejemplo, al escribir texto, tendrás este menú tan sencillo que ya hemos visto en otra ocasión:
Si estás en el bloque de imagen, te saldrá un menú justo encima parecido a este:
Si te fijas, el icono de la izquierda te sirve para saber con qué tipo de bloque estás trabajando. Los iconos con una flecha para arriba y para abajo te sirven para bajar el bloque de posición. Luego ya te aparecen opciones propias de cada bloque. En la parte derecha, verás tres puntos situados verticalmente. Pinchando sobre ellos, tendrás opciones adicionales.
Otro ejemplo: si quieres «incrustar» un vídeo (podrás dar acceso al vídeo solamente con un enlace para que, pinchando, se abra YouTube, pero si lo incrustas se podrá ver en la misma web sin tener que salir), buscarás el bloque YouTube (también hay acceso a otras plataformas de vídeo, pero elegimos esta por ser la más conocida) y tendrás esto:
Pones el enlace a YouTube y… ¡listo!
¿Y qué pasa si eres todo un clásico?
Si todo el sistema de bloques con funciones distintas para cada cosa te complica (aunque te aseguramos que, a la larga, mejora el aspecto de la web y merece la pena), busca el bloque «Clásico» y te encontrarás con un sistema de edición muy similar al de cualquier programa comercial o una plataforma educativa. Nada más ver los iconos, te sentirás familiarizado con la mayoría de los elementos: negritas, cursivas, lista de viñetas o lista numerada, citas, alineación, el elemento para poner los enlaces… Seguramente, la primera vez que entres te parecerá un poco pobre, pero si cuando vas a añadir una entrada pinchas en el icono de la flecha de abajo accederás a una línea más de formato.
3. Opciones en la parte derecha de la pantalla. Si observas la parte derecha de la pantalla, cuentas con otras opciones.
No te preocupes, que ya estamos acabando.
Espera, que se ve muy pequeño. Te lo ampliamos:
Las opciones de publicación las tienes arriba:
«Guardar como borrador». WordPress, por defecto, va guardando un borrador cada cierto tiempo para evitar sustos. Si estás editando un contenido laborioso y quieres estar seguro de no sufrir percances, puedes ir pulsando cada cierto tiempo.
«Vista previa». Te abrirá una nueva ventana o pestaña en la que puedes ver cómo va quedando la entrada, tal y como la contemplarán tus destinatarios.
«Publicar» (o «Actualizar» si estás editando una entrada previa para modificar el contenido o la apariencia). Será tu manera de dar el visto bueno y darle a publicar. El contenido será visible para todos… aunque puede haber matices que te explicamos ahora muy sucintamente.
4. Menú de publicación. Por defecto, ves que aparece la opción bloque marcada en ese menú de la derecha. Eso significa que, si te sitúas en un bloque determinado, puedes modificar algunos parámetros, además de los que te hemos indicado. Si, por el contrario, haces clic sobre la otra opción (en este caso, «Entrada»), vas a poder realizar opciones como: marcar si quieres la entrada sea pública (accesible para todos), privada (solo para determinado tipo de usuarios, entradas protegidas con contraseña) y decidir si queremos publicar la entrada inmediatamente o queremos programarla para que aparezca publicada un día concreto a una hora determinada.
Una vez que ves al botón «Publicar», la entrada estará ya disponible en tu blog. Podrás modificarla y editarla siempre que desees.
Aquí también tienes las categorías y las etiquetas. Son una manera de clasificar el contenido y tenerlo ordenado. Si te has cansado de nosotros, déjalo aquí. Si quieres saber para qué se usan, pincha aquí. Pongamos solamente un ejemplo breve: imagina que tienes una web sobre Cultura Clásica y quieres, por un lado, distinguir Grecia y Roma (crearías una etiqueta para casa una cuando tengas el contenido), pero también puedes crear categorías como Vida cotidiana, Arquitectura, Filosofía… Alguien que busque en tu web o en tu blog puede encontrar de manera muy sencilla todas las entradas que hayas creado, por ejemplo, sobre arquitectura romana.
Ahora ya sabes, te toca trastear y realizar tus primeros pinitos como bloguero o como creador de contenidos web.
Cuando llevas el ratón hacia «entradas», accedes a un menú en el que puedes ver todas las entradas (1), añadir una entrada nueva (2), o ver y administrar categorías (3) y etiquetas (4).
1. Todas las entradas. Cuando ya hayas escrito varias entradas entradas, accedes a un escritorio donde puedes ver muchos detalles de las entradas (si están publicadas, si están en borrador, si están en la papelera, la fecha de modificación, las categorías y las etiquetas vinculadas, quién es el autor…) y, además, puedes editarlas para hacer los cambios que consideres oportunos o añadir una nueva entrada (aunque esta última opción también tiene un menú específico).
2. Añadir una nueva entrada. Como su propio nombre indica, con esta opción podrás crear tus entradas. Estudiaremos esta opción con detenimiento más adelante.
3. Gestionar y editar las categorías de tus entradas. Estudiaremos esta opción con detenimiento más adelante.
4. Gestionar y editar las etiquetas de tus entradas. Estudiaremos esta opción con detenimiento más adelante.
Te encontrarás una pantalla similar a la siguiente:
Si lo que quieres es crear un blog, elige la opción que marcamos como 1. De esta manera, la página inicial muestra las últimas entradas en orden cronológico inverso.
Si queremos crear un sitio web, escoge la opción que marcamos como 2 para que el elemento inicial sea una página estática. Luego, en el menú desplegable que aparece, elige la página que vas a establecer como página de inicio. ¡Cuidado, es importante que antes hayas creado esa página previamente! Esa página será la que se encuentren tus lectores cuando vayan a tu sitio web.
No hay ninguna diferencia esencial en cuanto a los elementos que se pueden incorporar en una página o en una entrada (post) en WordPress: ambas tienen un escritorio muy parecido y el contenido se incorpora de la misma manera.
La diferencia estriba en que una página y una entrada tienen una finalidad muy distinta:
Una página está pensada para un contenido estático. Utilizaremos una página para incorporar nuestros datos biográficos o nuestro currículo, una lista de nuestras publicaciones, un elemento introductorio que sirva de pauta o de guía para el manejo de nuestra asignatura, una página de contacto, etc. En definitiva, las páginas nos sirven para un contenido «atemporal» accesible.
Las entradas son el elemento esencial de un blog. Tienen un contenido dinámico y se publican en orden cronológico inverso (la entrada más reciente aparece en primer lugar). Otro de los elementos esenciales de las entradas es que pueden incorporar comentarios de los lectores (la interacción es un de los elementos esenciales de la Web 2.0).
(Puedes comprobar cómo quedan estructurados los contenidos en forma de entradas en la categoría «WordPress» de este sitio que estamos utilizando para el curso de formación.)
La imagen que ilustra esta entrada es de Dean Hochman.
Los temas (themes) son plantillas de diseño con las que puedes configurar el aspecto de tu web o de tu blog.
Elegir un tema de forma adecuada es muy importante porque es lo primero que ven tus lectores cuando llegan a tu sitio web o a tu blog. En la versión gratuita de WordPress (WordPress.com) puedes escoger una gran variedad de temas. Es muy aconsejable elegir un tema que se ajuste a tus contenidos.
Para que te hagas una idea, nosotros hemos escogido un tema gratuito y muy sencillo: Twenty Thirteen.
Lo ventaja que tienes es que puedes cambiar el tema de WordPress cuando quieras. Basta con seguir unos pasos muy sencillos.
¿Cómo escojo un tema?
WordPress te escoge un tema por defecto (Herver), pero puedes cambiar de tema en el panel de administración (WP admin).
Los pasos que tienes que dar son muy sencillos.
Vamos al panel de administración (WP admin).
Elegimos esta opción en el menú que se despliega cuando pulsamos «Apariencia»:
Te encontrarás con una pantalla parecida a esta en la que puedes escoger entre una gran variedad de temas. Si llevas el ratón hacia un tema, te encontrarás una pantalla como esta:
En la opción que hemos marcado como 1 podrás ver los detalles del tema.
En la opción 2 podrás activarlo para que funcione ya en tu web o en tu blog directamente).
En la opción 3 tienes la vista previa, una oportunidad de ver cómo quedaría ese tema en tu web o en tu blog.
También puedes pinchar en demostración para ver una demostración de cómo funciona este tema.
Un tema puedes ajustarlo y personalizarlo, para ello, basta con ir a «apariencia» y luego a «personalizar». Luego te encontrarás un menú como este:
Los aspectos esenciales del tema son:
El título del sitio (también admite una descripción breve).
Puedes incorporar una imagen para la cabecera del sitio web o el blog.
Luego hay otras opciones como «widgets» o «portada estática» que estudiaremos más adelante.
Todos los consejos sobre el diseño son perfectamente aplicables tanto a los blogs como a los sitios web.
Hay que intentar conseguir un diseño atractivo. Lo deseable es un diseño sencillo, casi «minimalista» y, por supuesto, ajustado al contenido.
Debe tener una navegación accesible. Esto supone que el visitante siempre tenga fácil acceder a los contenidos a través de menús bien diseñados y siempre con una casilla de búsqueda.
La extensión de las entradas tiene que ser moderada. La lectura en pantalla tiene sus condicionantes y es mejor que los contenidos puedan verse prácticamente con un golpe de vista. En el caso de que el contenido lo requiera, es mejor dividir el texto en varias entradas relacionadas mediante enlaces, categorías y etiquetas.
Se aconseja una adecuada división en párrafos que no tengan muchas líneas y, si es posible, destacando de forma tipográfica los contenidos.
Es deseable que se incorpore contenido multimedia: una imagen atractiva y, cuando sea necesario, contenidos en vídeo o en audio. Todo el contenido multimedia tiene que estar ajustado al diseño general del blog. Es conveniente recordar que hay que respetar los derechos de autoría de todo el material y citar siempre su procedencia.
Hay que aprovechar la estructura hipertextual de los contenidos en la web y utilizar los enlaces para relacionar nuestros contenidos con otro material de calidad que sirva de ampliación o de referencia.
Consejos sobre el contenido
Intenta incorporar contenido de calidad. La grandeza y la miseria de internet es la cantidad de información existente sobre cualquier tema. Intenta que tu blog tenga elementos que lo diferencien de los demás.
No pierdas el rigor académico, pero intenta ser ameno y divertido. No estamos escribiendo para una revista especializada ni estamos en un congreso (aunque en un blog también pueden recogerse, en forma de documento, algunas de esas contribuciones). Si vas a añadir contenido de ese tipo, escribe en el blog un breve resumen más «ligero» y enlaza y carga el material más especializado de forma adicional.
Ilustra el contenido con imágenes y otros contenidos multimedia. El contenido multimedia adicional siempre va a ser un elemento muy valorable en nuestro blog.
Un blog que no se actualiza es un blog muerto: intenta escribir con cierta asiduidad. Esto hará que tengamos lectores y seguidores fieles a nuestras publicaciones.
Utiliza contenido original. Nuestra propia experiencia como docentes nos dice que es frecuente que se utilicen contenidos procedentes de otros sitios sin citar. No copies ningún contenido (si te parece interesante, pon su procedencia o enlaza a la publicación original). ¿Para qué sirve poner lo que ya han escrito otros?
Interacción con los lectores
La interacción con los lectores es uno de los elementos básicos de la Web 2.0.
Intenta responder a las dudas y los comentarios de tus visitantes. Para ello, habilita los comentarios en tus entradas (guardando todas las precauciones contra el spam). Agradece los comentarios positivos y trata con comprensión y educación a quienes discrepen (a los que introducen solo comentarios destructivos u ofensivos es mejor no responderles: a veces, incluso, se pueden borrar o no aceptar esos comentarios desde el panel de administración).
Será frecuente que acabes encontrando otros blogs que te resulten interesantes: cuando lo veas necesario, participa en ellos de forma activa con tus comentarios. Esa red en torno a unos intereses comunes provoca contactos y aportaciones muy fructíferas.
Respeta en todo momento las reglas básicas de comportamiento en la red (netiqueta).
Muchas personas se preguntan qué opción escoger a la hora de crear un blog: ¿Blogger o WordPress (WordPress.com)? También hay personas que se decantan por Blogger porque es la única plataforma que conocen.
No hay una opción mejor que otra, sino maneras distintas de enfocar el dilema:
Blogger no tiene una versión independiente, sino que siempre es una versión alojada en la que Google tiene todo el control.
Precisamente por depender de Google, Blogger tiene prestaciones útiles en la interacción con todas las herramientas que ofrece Google.
Para la mayoría de los usuarios que quieren crear un blog, Blogger es tan válido como WordPress.
Pero…
Para empezar un blog, WordPress.com es tan sencillo de aprender Blogger.
WordPress te permite dar el salto al manejo de una web o un blog en un dominio propio.
Con WordPress se pueden crear y gestionar páginas y sitios web y no solo blogs.
(Personalmente, me decanto por WordPress: el hecho de poder dar el salto a un dominio propio —e incluso poder utilizarlo en diferentes ámbitos del trabajo— con la misma curva de aprendizaje y el poder gestionar con facilidad no solo un blog sino un sitio web o una página más compleja hacen de WordPress una herramienta muy eficaz y poderosa).
Un «pequeño» detalle para acabar con esta cuestión: más del 30 % de los sitios web en todo el mundo están creados con WordPress. ¿Por qué será?
1. La primera opción (que es la que estamos estudiando en este curso) es utilizar la plataforma de WordPress.com para gestionar un sitio web o un blog de manera gratuita.
Ventajas:
Solo tienes que abrir la cuenta: WordPress se encarga de todo el trabajo técnico.
Es una solución sencilla y que da bastantes prestaciones para ponerse a trabajar de forma inmediata.
Desventajas:
Estas sujeto a todas sus condiciones y limitaciones.
Tienes un espacio bastante limitado: 3 Gb para imágenes y ficheros).
No puedes utilizar plugins. Solo se pueden utilizar en plantes de pago.
Solo puedes utilizar los temas que hay dentro del menú.
2. WordPress en un dominio propio
Ventajas.
Tienes todo el control sobre el sitio web o el blog.
Te permite soluciones de manejo totalmente profesionales.
Puedes utilizar plugins que te abren un enorme abanico de posibilidades en el aspecto creativo y de diseño.
Puedes escoger entre muchísimos más temas (gratuitos, temas profesionales –normalmente de pago– e, incluso, la creación de un tema propio).
Desventajas.
Tener un dominio y contratar un servicio de alojamiento tiene un coste económico (la herramienta WordPress por sí misma es totalmente gratuita).
Es preciso tener más conocimientos técnicos a la hora de instalarlo. Una vez instalado, manejar uno y otro de forma básica es muy similar.
¿Conclusión?
Todo depende de para qué se quiera utilizar el blog o el sitio web.
La solución gratuita es perfectamente válida para la mayor parte de los usos que se le suelen dar a un blog o a una web.
Obviamente, para todas aquellas personas o instituciones que lo manejen de forma profesional es aconsejable la opción de alojamiento en dominio propio.
Además, siempre se puede comenzar por utilizar la opción gratuita de WordPress.com y, si se ve necesario, trasladar o exportar el trabajo a un proyecto más ambicioso.