La teoría de la relevancia en ELE

Esta sección es complementaria de los apartados de PRAGMAubu sobre teoría de la relevancia (tema 6).

La teoría de la relevancia de Sperber y Wilson, como el principio de cooperación y las máximas de Grice, intenta explicar la comunicación humana realizando hincapié en el proceso inferencial: el hablante comunica una intención, que no siempre ha de ser explícita, que tiene que reconocer su interlocutor. En el caso de la teoría de la relevancia, el hablante trata de comunicarse lo más eficazmente posible atendiendo a las circunstancias y a lo que exige la situación comunicativa.

Si mediante las teorías clásicas de la comunicación de codificación y descodificación todo se resolvía en función del conocimiento del código (y, por lo tanto, no sirve para revelar los elementos implícitos), se propone ahora un modelo de comunicación basado en la ostensión y la inferencia, en este modelo el hablante muestra señales de su intensión para transmitir un mensaje, que será inferido por su interlocutor basándose en las evidencias que se presentaban.

Las tareas para la interpretación adecuada de un enunciado serían:

  • Construir una hipótesis adecuada sobre el contenido explícito (explicaturas) a través de la decodificación, la desambiguación, la resolución de referencias y otros procesos de enriquecimiento pragmático.
  • Construir una hipótesis adecuada sobre los supuestos contextuales previstos (premisas implicadas).
  • Construir una hipótesis adecuada sobre las implicaciones contextuales previstas (conclusiones implicadas).

El principio cognitivo de la relevancia

La cognición humana está orientada hacia la maximización de la relevancia.

A diferencia de la teoría de Grice sustentada en el principio de cooperación, la teoría de la relevancia parte de una idea esencial: el hablante se comunica con su interlocutor bajo el supuesto de que lo que va a decir es relevante o pertinente para el oyente.

En este sentido, el contexto se entiende bajo una perspectiva cognitiva sustentada por la noción de un supuesto basado en el entorno cognitivo: existen unos supuestos (creencias, opiniones personales, deseos, pensamientos, etc.) o representaciones del mundo comunes al hablante y al oyente.

A su vez, hay unas premisas extraídas de esa situación comunicativa: establecemos unas inferencias que extraemos a partir de las evidencias que presenta el entorno cognitivo. De esta manera, la inferencia es el fruto de un proceso en el que sacamos una determinada información a partir de los elementos compartidos en los supuestos y la información de fondo.

Prestamos atención a nuestro interlocutor porque pensamos que lo que va a decir posee una relevancia que haga que merezca la pena atender a lo que dice y procesar la infomación. No hay una relevancia absoluta, sino que se mide como mayor o menor en función de las circunstancias de la comunicación y que gira en torno a dos aspectos: los efectos contextuales y el esfuerzo de procesamiento. Un enunciado será más relevante en la medida en la que produzca más efectos contextuales con un menor esfuerzo de procesamiento.

En definitiva, desde el punto de vista cognitivo, un estímulo comunicativo es relevante para el interlocutor cuando, asociado al fondo informativo disponible, genera conclusiones pertinentes en dicho interlocutor. El interlocutor procesa los estímulos, que generan unos efectos contextuales y que interactúan con la información nueva para establecer una inferencia.

Los efectos contextuales se pueden activar de tres maneras:

  • La información aportada ya es conocida y, por lo tanto, no altera los supuestos anteriores. Los estímulos no crean efectos textuales pertinentes para nuestro interlocutor: La tierra es redonda.
  • La información es nueva y contradice los supuestos existentes. Por ejemplo, para todo aquel que piensa que Graham Bell es el inventor del teléfono: Antonio Meucci fue el inventor del teléfono.
  • La información nueva interactúa con la información existente en la memoria con el fin de reforzar o desambiguar la información.

Por lo que respecta al principio cognitivo de la relevancia, es preciso reseñar que el sistema cognitivo humano ha desarrollado una variedad de mecanismos mentales (que pueden ser innatos, pero también adquiridos) que tienden a asignar a unos elementos una mayor relevancia y, en consecuencia, consiguen procesar la información de manera más relevante. Esto provoca que siempre se interactúa con la información conceptual para producir efectos cognitivos que merezcan la pena con un esfuerzo relativamente pequeño.

El principio comunicativo de la relevancia

Todo enunciado (o estímulo ostensivo) transmite la presunción de su propia relevancia óptima.

La afirmación de que la cognición humana está orientada a la relevancia tiene implicaciones inmediatas para la pragmática. Para que la comunicación tenga éxito, el hablante necesita la atención del destinatario. Dado que la atención tiende a dirigirse automáticamente a lo que es más relevante en ese momento, un requisito previo para que la comunicación tenga éxito es que el destinatario considere que la expresión es lo suficientemente relevante como para que merezca la pena prestarle atención. Entonces, un hablante, por el mero hecho de dirigirse a alguien, comunica que el enunciado cumple esta precondición, y esto es lo que afirma el principio comunicativo de relevancia.

Todo enunciado comunica una presunción de su propia relevancia óptima. Un enunciado es óptimamente relevante bajo dos condiciones:

  • Es al menos lo suficientemente relevante como para que merezca la pena el esfuerzo de procesamiento del destinatario.
  • Es la más relevante compatible con las capacidades y preferencias del hablante.

En el modelo de la relevancia, la comunicación es ostensivo-inferencial. Es ostensiva por parte del hablante en cuanto que este «muestra» un enunciado con una intención dirigido a un interlocutor y este interlocutor ha de reconocerlo como tal. El objetivo es encontrar una interpretación global que confirme la presunción de relevancia óptima. Para ello, el destinatario debe enriquecer el significado de la frase descodificada en el nivel explícito y complementarlo en el nivel implícito, de manera que se produzcan suficientes efectos cognitivos para satisfacer sus expectativas de relevancia.

Si un padre o una madre le dice a su hijo: Esta habitación parece una leonera, el enunciado ha de parecer relevante para el hijo, que infiere que sus padres le están queriendo transmitir algo y que obre en consecuencia.

De esta forma, el enunciado es lo suficientemente relevante para que valga la pena el esfuerzo de procesamiento por parte del interlocutor y, además, es el más relevante y compatible posible con las habilidades y preferencias del hablante.

De esta manera, el interlocutor determina el grado de relevancia del enunciado y ofrece una respuesta porque cree que lo que le dice el hablante es pertinente teniendo en cuenta las circunstancias. El efecto conceptual se realiza con el menor esfuerzo de procesamiento posible y de acuerdo con los estímulos que recibe y procesa el interlocutor.

Las explicaturas

Las explicativas son inferencias pragmáticas del contenido explícito de un enunciado.

La teoría de la relevancia concede mucha importancia al proceso inferencial del significado explícito. Este proceso inferencial va desde el significado convencional de las oraciones a «lo dicho». En el paso de uno a otro, residen las implicaturas, mientras que las explicaturas surgen de «lo dicho».

Una explicatura es el significado que se comunica explícitamente o la asunción explícita de lo comunicado por el enunciado.

En las explicaturas se producen cuatro procesos inferenciales:

  • La desambiguación léxica.
  • La asignación de referencia.
  • La saturación.
  • El enriquecimiento pragmático.
Desambiguación léxica

El hablante selecciona el significado más apropiado entre varios posibles.

Luisa fue al banco a recoger su tarjeta de crédito

Dado que banco puede tener varios significados posibles (asiento; conjunto de peces; lugar médico donde se almacenan órganos, tejidos, etc.; institución financiera), el receptor ha de «escoger» mediante inferencia el significado al que se refiere el hablante.

De esta manera, la explicatura sería: Luisa fue a la institución financiera para recoger su tarjeta de crédito.

Asignación de referencia

La asignación de referencia se establece por el valor contextual adecuado que se asigna a la expresión referencial para inferir lo comunicado explícitamente.

(Pedro toca el timbre del portero automático de Marta)
Marta: ¿Quién es?
Pedro: Soy yo, abre.

Marta necesita reconocer la voz y asociarla con su amigo Pedro antes de abrir la puerta, de manera que, si fuese de otra persona, no abriría la puerta.

Por lo tanto, la explicatura se deduce por la asignación del referente del deíctico gracias a la voz que identificada.

Explicatura: «Soy yo, Juan».

Saturación

Es un proceso pragmático mediante el cual un espacio o posición, que se deriva de una forma lingüística descodificada, debe completarse de manera contextual.

Por ejemplo:

Sonia trabaja mucho
Si nos preguntamos para qué trabaja mucho, podemos inferir que es para mantener a sus hijos y darles una buena educación.

No tengo nada que ponerme
Si preguntamos para qué (propósito), podemos inferir que se trata de algo apropiado para la entrevista de trabajo que tiene que realizar

Por lo tanto, la información derivada posteriormente ha de realizarse de manera explícita para entender de manera adecuada el enunciado original.

Enriquecimiento pragmático

Para inferir el significado comunicado explícitamente, el hablante tiene que derivar una inferencia pragmática de ciertos elementos del enunciado y asignar un significado apropiado

Voy a estornudar
El interlocutor infiere que va a hacerlo ahora.

Juan es un cerebrito para la Física
Juan es inteligente.

¿Tienes un pañuelo de papel?
El interlocutor infiere que el pañuelo ha de estar limpio.

¿Qué diferencia existe entre la saturación y el enriquecimiento pragmático?

Aunque en ambos tipos de explicaturas se derivan inferencias, es necesario distinguirlas:

En la saturación el hablante ofrece un enunciado incompleto en un contexto apropiado (No tengo nada que ponerme) y el hablante rellena el espacio para completarla (que sea apropiado para la entrevista de trabajo).

En el enriquecimiento pragmático, el hablante profiere un enunciado sin información adicional que rellenar (Me he lavado las manos) y el oyente debe enriquecer conceptualmente el enunciado y asumir algo (ahora).

Es importante hacer una distinción entre la saturación y el enriquecimiento pragmático. Ambos tipos de explicaturas derivan inferencias. En la saturación el hablante ofrece una proposición incompleta en un contexto apropiado (e.g., No tengo nada que ponerme) y el hablante rellena el espacio para completarla (e.g., que sea apropiado para la entrevista de trabajo). En cambio, en el enriquecimiento pragmático el hablante da una proposición sin información adicional que rellenar (p. ej., Me cepillé los dientes) y el oyente debe enriquecer conceptualmente la proposición y asumir algo como ‘hoy’ (p. ej., Me cepillé los dientes hoy).

Significado conceptual y procedimental

En la teoría de la relevancia se distinguen dos tipos de significado: el significado conceptual y el significado procedimental.

La distinción conceptual-procedimental fue introducida en la teoría de la relevancia por Diane Blakemore para dar cuenta de las diferencias entre las palabras de «contenido» como perro, o rojo, que se consideran normalmente como conceptos de codificación que contribuyen al contenido de verdad-condicional (asertivo) de los enunciados, y los marcadores o conectores del discurso como así, o después de todo, que no se consideran pertinentes en función de su «verdad», sino que sirven para guiar el proceso de comprensión inferencial para establecer conexiones en la construcción de contextos y efectos cognitivos previstos.

Hay palabras que aportan un «contenido» y, por lo tanto, aportan representaciones conceptuales (perro, azul, contento), mientras que hay otras palabras que aportan un significado procedimental, que no aportan un contenido conceptual, pero sirven para guiar el proceso de la comprensión inferencial (marcadores del discurso como entonces, de hecho, pero, por lo tanto, o sea, etc.).

Por lo tanto, mientras que el significado conceptual contribuye a aportar significados a los enunciados, el significado procedimental sirve para aportar instrucciones o indicaciones de cómo procesar el significado de las palabras.

La teoría de la relevancia y la enseñanza de LE/L2

Como afirma Escandell Vidal (2014), la teoría de la relevancia aporta explicaciones muy valiosas que no se habían abordado antes de manera satisfactoria o que no habían quedado perfectamente dilucidadas en aspectos relativos a la enseñanza de LE/L2.

La teoría de la relevancia ayuda a entender mejor algunos aspectos del sistema lingüístico, pero ante todo, colabora a dilucidar los procesos que intervienen en los intercambios comunicativos. Por ejemplo, el papel que juegan las expectativas en la comunicación y la manera en la que intervienen en estas algunos supuestos culturales que influyen en el uso de los elementos lingüísticos y gramaticales.

El contexto tiene un papel esencial en la conducción dinámica de algunos supuestos que influyen después en los elementos lingüísticos. Unidades que, en apariencia, son equivalentes, se cifran de manera diferente atendiendo a los supuestos que se construyen y de las inferencias que se extraen en los intercambios comunicativos. Por ello, resulta muy útil mostrar los contrastes interpretativos que surgen cuando se cambia una unidad adecuada por otra que no lo es, aunque inicialmente parezca equivalente..

Para el desarrollo de la competencia comunicativa, es necesario atender a las pautas del sistema lingüístico, pero también a normas culturales que rigen a una comunicad determinada.

En los procesos de adquisición y aprendizaje de las LE/L2, a diferencia de la adquisición de la lengua materna, los procesos son intencionales y hay que prestar atención a las pautas de aprendizaje. Por lo tanto, hay que partir del hecho de que la lengua materna se aprende sin la necesidad de un conocimiento reflexivo y consciente, sino que se realiza de manera implícita, pero una LE/L2 precisa de una mediación consciente que se adquiere mediante una instrucción explícita.

Esta consciencia no opera solamente para elegir el léxico adecuado o para manejar de forma correcta las reglas gramaticales, sino que ha de reflejar y desvelar los procesos que los nativos realizan de manera implícita en lo referente a la conceptualización del mundo y a las expectativas comunicativas que se ajustan a determinadas pautas sociales. Se hace necesario, por tanto, una interiorización progresiva de esas pautas y una nueva automatización de procesos.

conscientemente una palabra con otra y con otra para formar una expresión compleja. El proceso que pone la lengua en uso ya no es, por tanto, un proceso sub-personal (como ocurre en el comportamiento comunicativo de los nativos), sino de nivel personal, esto es, con operación de la consciencia y la reflexión. De hecho, el aprendiz de una lengua extranjera es muchas veces capaz de producir explicaciones de fenómenos que no es capaz de describir en su propia lengua. En el caso del aprendizaje de una LE/L2, hasta lograr esa automatización, hay diversos automatismos de la lengua materna que interfieren en la lengua meta.

Cuando un aprendiz adquiere un nivel gramatical alto y es competente desde el punto de vista de la forma, adquiere una sensación de falsa seguridad en los que utiliza patrones de su lengua materna. Por ello, será necesario que vaya incorporando aspectos comunicativos que afectan al conocimiento y al procesamiento de elementos que subyacentes en el comportamiento comunicativo.

Para saber más:

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