En los enunciados no solo aplicamos reglas y unidades de código, sino que entran en funcionamiento otros factores que configuran su esquema comunicativo: intencionalidad, conocimientos y sentimientos del receptor, el lugar y el momento del acto del acto comunicativo, los conocimientos compartidos entre emisor y receptor y las relaciones sociales que mantienen.
En la comunicación informativa el hablante tiene como función básica que el receptor recuerde, actualice o aumente sus conocimientos.
La función representativa ha de adaptarse a las necesidades del acto comunicativo y a las necesidades cognoscitivas del interlocutor.
Hay tres procedimientos para adaptar y canalizar esas necesidades informativas:
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Separando lo que conoce de lo que desconoce (tema o soporte / rema o aporte).
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Resaltando un elemento (foco o focalización).
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Marcando límites referenciales y/o veritativos (tópico / comentario).
El acto comunicativo de tipo informativo supone que el productor textual modifique el estado de conocimientos del receptor transmitiéndole datos que supone que son nuevos.