Implicaturas conversacionales

Una implicatura conversacional se produce cuando hay un elemento expresado o implícito por parte del hablante sin ser parte de lo que se dice en sentido estricto. La implicatura conversacional, por lo tanto, constituye un componente del sentido que da el hablante al enunciado, pero que no es parte de lo que significa la oración.

En suma, las implicaturas conversacionales comunican / transmiten / significan menos de lo que se dice. El hablante implica y el receptor realiza una inferencia. Dependiendo de diferentes factores, el receptor puede tener éxito en la recuperación del sentido del hablante o puede no tener éxito.

(Un hablante, ante un café tibio):

Este café está tan caliente que te quemas.

Veamos un  ejemplo relacionado con la máxima de cantidad:

Marta. Necesito saber lo que sientes. Sabes que te quiero con locura.

Tomás. Sabes que te aprecio y me preocupo por ti.

(Marta se pone a llorar).

(Implicatura: Tomás no está enamorado de Marta).

Ejemplo con la máxima de relación:

Juan. ¿Qué hora es?

María. Todavía no está abierto el supermercado.

Implicaturas conversacionales resultantes de una burla de las máximas

Un aspecto particularmente interesante de las implicaturas conversacionales es que se pueden creer con una burla o explotación de las máximas inducidas por parte del hablante.

Ante una situación así, el receptor tiene dos opciones. La primera, pensar que el hablante no sigue el principio de cooperación. La segunda, suponer que ese fracaso del principio de cooperación es solo aparente, dado que burla una máxima de una manera que el interlocutor puede comprender. El receptor es consciente de que se quiere transmitir un mensaje adicional que, en un nivel más profundo, está en consonancia con el principio de cooperación. Lo único que tiene que realizar el receptor es un cálculo para inferir cuál es el auténtico mensaje que quiere comunicarnos el emisor.

Tony Blair ya no es el primer ministro de Gran Bretaña. Es el secretario de estado de Exteriores de Estados Unidos (Nelson Mandela).

Dado que el receptor tiene un conocimiento suficiente para saber que, en el momento de hacer estas declaraciones, Tony Blair, era el primer ministro británico, el receptor infiere que lo que Mandela quiere decir es que Blair se mantiene muy próximo a la política exterior de EE. UU, aunque haya burlado la máxima de calidad. El sentido irónico prevalece en este enunciado sobre el significado literal.

A. Pero mira que Antonio es cabezota…

B. Parece que se ha quedado un buen día.

En cuanto a la máxima de relación, que parece quebrarse, la inferencia que tiene que sacar A es que no le gusta que se hable mal de Antonio, que no le parece bien hacerlo a sus espaldas, etc.

Enunciado a. Cuando su hijo le dijo que se iba a casar,  Juan sonrió.

Enunciado b. Cuando su hijo le dijo que se iba a casar,  las comisuras de los labios de Juan se inclinaron en un rictus ligeramente hacia arriba.

En el enunciado b, en relación con la máxima de manera, se puede inferir que Juan no se puede decir exactamente que Juan sonriera, con todas las implicaciones que esto pueda tener.

En suma, en todos estos ejemplos se produce unas formas complejas en las que el hablante se burla de una máxima, pero sigue los principios generales del principio de cooperación.

Grice distinguirá las implicaturas conversacionales particularizadas (ICP) y las generalizadas (ICG). Veremos estos tipos de implicaturas con más detenimientos en los apartados correspondientes. Pongamos solo dos ejemplos a modo de breve ilustración.

  1. La mayoría de los amigos de Antonio cree que es mejor casarse para tener hijos.

Esta implicatura surge sin que sea necesario el conocimiento de ningún contexto particular, sino que surgen de la misma expresión «la mayoría»: «No todos l0s amigos de Antonio piensan que es mejor casarse para tener hijos». Cualquier expresión que contenga «La mayoría de» tendrá la implicatura conversacional «No todos».

2.

Juan. ¿Dónde está José Luis?

María. La luz de su oficina está encendida.

La implicatura es que José Luis está en la oficina. En este caso, la implicatura procede de un contexto específico.  La conexión entre «luz encendida», «oficina» y «ubicación» funciona aquí, en este enunciado concreto, por el contexto lingüístico en el que se produce. Si este contexto concreto, no tiene por qué producirse esta implicatura, como podemos comprobar en el ejemplo 3:

3.

Juan. ¿Tiene miedo Pablito por las noches?

María. La luz de su cuarto está encendida.

Por lo tanto, la implicatura conversacional es más o menos generalizada o particularizada según la cantidad de información proporcionada por el contexto que se necesita para recuperarla. No se trata tanto de una división tajante, sino graduada.

Huang, Yan. Pragmatics. 2ª ed. Oxford: Oxford University Press, 2015.

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