Las estrategias de cortesía, en algunas ocasiones, entran en conflicto con el principio de cooperación. Los hablantes pueden violar las máximas si quieren mostrar cortesía positiva o negativa.
Violación de una máxima por cortesía positiva:
A. Bueno, ¿qué tal me encuentras?
B. Bien, fenomenal.
Aunque B piensa que A tiene un aspecto horrible, elige violar la máxima de calidad en vez de ofender a A con la verdad.
Violación de una máxima de calidad por cortesía negativa:
Lamento mucho molestarle, pero no he podido evitar ver que tiene un iPad. Me pregunto si no le importaría que revisase Twitter un segundito. Necesito ver con urgencia una noticia relacionada con mi trabajo.
En este caso, el hablante viola la máxima de cantidad proporcionando más información de la requerida para hacer una solicitud cortés a un extraño.