Para algunos estudiosos, la noción de relevancia abarca tantas cosas –recordemos que explica todas las máximas de Grice reduciéndolas a una sola– que, de algún modo, pierde su fuerza explicativa.
De hecho, podría decirse que todo implica algo que no se dice, ya que cada enunciado depende de asociaciones y conocimiento de fondo.
De hecho, una expresión como:
¿Qué hora es?
Podría significar muchísimas cosas diferentes según el contexto: «¿No crees que tendríamos que estar ya preparados para salir?», «Se me está haciendo tarde», «Me estás aburriendo»…
Otra limitación de la teoría de la relevancia es que no dice nada sobre la interacción y no incluye dimensiones culturales o sociales, como la edad, el género, el estado y la nacionalidad. Como ya ocurría en el principio de cooperación, cada comunidad y cada cultura tienen sus propias formas de observar y expresar máximas.