Los actos de habla indirectos

Hasta ahora, hemos estudiado casos en los que se han emitido enunciados en sentido literal en las que el hablante quiere decir lo que dice. En estos casos, la fuerza ilocutiva deriva directamente del conocimiento que el oyente tiene de las reglas que gobiernan la emisión de una oración. Por lo tanto, hay en estos enunciados una coincidencia directa entre un tipo de oración y una fuerza ilocutiva. Ocurre también con los performativos explícitos, ya que tienen su fuerza ilocutiva explícitamente nombrada por el verbo performativo en la parte principal del enunciado.

Sin embargo, hay muchos usos en los que el hablante quiere decir algo ligeramente (o radicalmente) distinto de lo que realmente expresa: estos usos reciben el nombre de actos de habla indirectos. Puede decirse que, en estos casos, no hay una relación directa entre el tipo de oración y la fuerza ilocutiva. Ocurre cuando sustituimos un imperativo con un interrogativo en una solicitud.

¿Puedes pasarme la sal?

Es evidente que, en muchas ocasiones, lo que queremos decir no está presente tanto en las palabras en sí mismas, sino en su significado implícito.

Véase la diferencia entre:

  1. Quiero que cierres la ventana.
  2. ¿Puedes cerrar la ventana?
  3. ¿Vas a cerrar la ventana?
  4. ¿Te importaría cerrar la ventana?
  5. Deberías cerrar la ventana.
  6. ¿Puedo pedirte que cierres la ventana?
  7. Me pregunto si te importaría cerrar la ventana.

Hay actos de habla directos cuando el hablante  quiere comunicar el significado literal que las palabras expresan convencionalmente. Y existen actos de habla indirectos cuando alguien quiere comunicar un significado diferente del significado superficial aparente. En este caso, hay un significado pragmático subyacente. Los actos de habla indirectos son parte de la vida cotidiana en la mayoría de las culturas del mundo, aunque algunas culturas usan más indirectas que otras. La clasificación de enunciados en categorías de actos de habla directa e indirecta no es una tarea fácil, porque gran parte de lo que decimos opera en ambos niveles, y los enunciados a menudo tienen más de una de las macrofunciones.

Veamos unos ejemplos:

Prometo despedirte si el informe no está redactado para el viernes.

Aunque tengamos un verbo performativo, parece que la fuerza ilocucionaria que se atribuye es más una advertencia o una amenaza. Por esa, no siempre podemos identificar actos de habla incluso con oraciones que contienen un verbo performativo.

El jefe ha dicho que quiere verte.

En este ejemplo, un compañero de trabajo ejerce de representante directo de enunciado declarativo en el que, aparentemente, se muestra el «deseo» del jefe. Sin embargo, es fácil interpretar este enunciado como una orden más que como una sugerencia.

Es muy importante tener en cuenta la dimensión social y cultural que adquieren los actos de habla indirectos.

En los apartados siguientes veremos algunas de las explicaciones sobre este particular.

La propuesta de Gordon y Lakoff (1971)

Gordon y Lakoff ponen el ejemplo de los principios que rigen la sinceridad de las peticiones.

Si A pide a B que este haga x, sucede que:

  1. A quiere que B haga x.
  2. A supone que B puede hacer x.
  3. A supone que B está dispuesto a hacer x.
  4. A supone que B no hará x si no se le pide que lo haga.

GordonLakoff

Gordon, O., & Lakoff, G. (1971). Conversatonal Postulates. Papers from the Seventh Regional Meeting of the Cihicago Linguistic Society, 63–84.

La explicación de Searle

Según Searle, el hablante comunica al oyente más de lo que dice basándose en la información de fondo compartida, tanto lingüística como no lingüística, y en los poderes generales de raciocinio e inferencia del oyente.

Searle trata de evitar la multiplicidad de estructuras que se producen cuando una misma oración se usa para realizar actos ilocutivos diferentes.

Pongamos el ejemplo de ¿Puedes pasarme la sal?

  1. El emisor me ha preguntado si soy capaz de pasarle la sal.
  2. Supongo que su comportamiento es cooperativo y que su enunciado responde a una intención determinada (principio de cooperación).
  3. El contexto de la conversación no indica ningún interés teórico en mi habilidad para pasar la sal (información contextual).
  4. Además, el emisor probablemente ya sabe que la respuesta a la pregunta es (información contextual).
  5. Por lo tanto, su enunciado no debe ser una simple pregunta. Probablemente tiene alguna finalidad ilocutiva ulterior (inferencia a partir de los principios anteriores).
  6. Una condición preparatoria para cualquier acto ilocutivo directivo es la capacidad del oyente para realizar el acto en cuestión (teoría de los actos de habla).
  7. Por lo tanto, el emisor me ha hecho una pregunta cuya respuesta afirmativa indica que se satisface la condición preparatoria para pedirme que pase la sal (inferencia a partir de otros enunciados).

La explicación de Morgan (1978)

Para Morgan, los actos indirectos son tipos de actos convencionales. Lo convencional en ellos es usarlos para ciertos cometidos. La lengua está gobernada por dos tipos de convenciones:

  • Las propias del sistema lingüístico (como, por ejemplo, la relación entre la forma de las palabras y su significado).
  • Las convenciones de uso, que son de naturaleza cultural, y que se sitúan a mitad de camino entre lo radicalmente convencional (la gramática) y lo natural (la pragmática).

Veamos cómo explicaría Morgan el ejemplo de ¿Puedes pasarme la sal?

  1. Nuestra intuición como hablantes nos dice que no hay un cálculo de inferencias propiamente dicho por parte del oyente.
  2. La aparente contradicción se explica si pensamos que la relación convencional entre este tipo de preguntas y una petición es muy directa.
  3. Hay que suponer, entonces, que los mecanismos de inferencia pueden sufrir procesos de institucionalización (implicaturas cortocircuitadas).
  4. Así, podemos explicar que algunas expresiones, a pesar de ser semánticamente equivalentes, no funcionan como actos indirectos con la misma facilidad:
  • ¿Puedes dejarme mil pesetas (por favor)?
  • ¿Eres capaz de dejarme mil pesetas (#por favor)?

(Sólo el primer enunciado resulta una petición natural; ello explica, de paso, que acepte la presencia de por favor, típica de las peticiones, mientras que ésta sea inadecuada en el segundo caso.)

Morgan, J. (1978). Two Types of Conventon in Indirect Speech Acts. Syntax and Semantics, 9 (Pragmatics), 261–280.

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