La competencia intercultural

Comunicación intercultural y competencia intercultural

La comunicación intercultural se encarga del análisis de las interacciones entre hablantes que representan culturas distintas y que están comunicándose en una lengua común al emisor y al receptor.

La comunicación intercultural atiende a aspectos relacionados con la Pragmática como el estudio del significado en el contexto a partir de las contribuciones del emisor y la interpretación que hace el interlocutor de esos significados. Se establece, de este modo, una «negociación» del significado en esta interacción. Para ello, hay que atender también al contexto lingüístico (también llamado cotexto), el contexto cultura (y las expectativas socioculturales que genera) y el contexto cognitivo (el conocimiento compartido entre los interlocutores).

Pueden darse cuatro dimensiones en la comunicación intercultural:

  • Interacciones entre hablantes nativos y no nativos de una lengua.
  • Comunicación en una lengua franca que no es nativa para ninguno de los hablantes que están interactuando.
  • Interacciones en contextos multilingües.
  • El uso y desarrollo del lenguaje de individuos que hablan más de una lengua

La competencia intercultural en el aprendizaje de LE/L2

En el aprendizaje de una LE o una L2, es imprescindible trabajar la competencia intercultural para evitar fallos de etiqueta o choques culturales.

La competencia intercultural podría definirse como la capacidad de comunicarse de modo efectivo en situaciones interculturales y relacionarse apropiadamente en una variedad de contextos culturales.

La competencia intercultural se fundamenta en dos habilidades: por una parte, la capacidad para garantizar una comprensión entre personas de diferentes conceptos sociales, y, por otra, la capacidad de interactuar con las personas como seres humanos complejos con múltiples problemas y atendiendo a su propia individualidad.

Los componentes de la competencia intercultural establecidos por Byram tendrían que incluir los componentes lingüístico, sociolingüístico, discursivo e intercultural, a los factores interdependientes («saberes») que intervienen en la competencia intercultural, que serían:

  1. Actitudes.
  2. Conocimiento.
  3. Destrezas de descubrimiento e interacción.
  4. Destrezas de interacción.
  5. Destrezas de interpretación.
  6. Destrezas de relación.

Para ser un hablante interculturalmente competente en una LE/L2, se ha de poseer una competencia comunicativa en ese idioma, así como habilidades, actitudes, valores y conocimientos particulares sobre una cultural.

Tener una buena competencia intercultural ayuda a los aprendices de una LE/L2 a no caer en los estereotipos que suelen ir asociados a diferentes identidades culturales. De este modo, los aprendices serán capaces de reconocer a sus interlocutores como individuos con unas habilidades que hay que descubrir y no como representantes de una identidad previamente establecida partiendo de unos tópicos.

Técnicas o enfoques para la enseñanza de la competencia intercultural

a) Enfoque en las destrezas sociales

Se centra en el empleo de técnicas de asimilación cultural. Se incide en la comunicación no verbal y en la necesidad de desarrollar destrezas sociales por medio de acercamientos interculturales.

Los partidarios de este enfoque piensan que, más que centrarse en el código lingüístico, es importante que el estudiante se integre en una cultura determinada como si fuese un miembro nativo de la misma.

b) Enfoque holístico

Se centra en crear una sensibilización hacia las diferencias que existen entre las culturas. Sin renunciar a nuestra identidad, hay que intentar superar el etnocentrismo. En este enfoque, el código lingüístico es un elemento más dentro de la cultura.

Se intentan desarrollar en el aprendiz aspectos afectivos y emocionales y, muy especialmente, la sensibilidad y empatía hacia las diferencias culturales.

Además, se procura que el aprendiz desarrolle ciertos aspectos afectivos y emocio­nales, entre los que destaca una actitud, una sensibilidad y una empatia especiales hacia las diferencias culturales.

Niveles para adquirir una competencia intercultural adecuada

  1. Nivel monocultural. El comportamiento del aprendiz muestra una forma de pensar adecuada a su cultura. Su actitud respecto a la cultura meta está estereotipada y cargada de clichés y tendencias etnocentristas. Esto provoca que hay situaciones que exigen realizar actividades de intersección cultural y de comprensión.
  2. Nivel intercultural. El aprendiz es capaz de explicar las diferencias culturales entre su cultura y la cultura meta porque es capaz de hacer uso de la información que ha adquirido en otros contextos y porque es capaz de pedir información en relación con las diferencias entre culturas. Lo deseable es que el aprendiz llegue a situarse entre las dos culturas y almacene un nivel adecuado de competencia intercultural.
  3. Nivel transcultural. El aprendiz es capaz de evaluar las diferenciaas entre culturas y puede solventar problemas interculturales aplicando principios de cooperación y comunicación adecuados a cada cultura. Debe desarrollar su propia identidad partiendo de la comprensión de esta intersección cultural. Más que centrarnos en enseñarles características específicas de una cultura, hay que centrarse en dotarles de recursos para que se familiaricen con su cultura y con otras culturas diferentes de manera que adquieran una nueva perspectiva. Es el nivel ideal al que todos los estudiantes de una lengua extranjera deberían llegar.

El transcultural es el nivel ideal al que todos los estudiantes de una lengua extranjera deberían llegar. Cuando el aprendiz llega a este nivel, puede adaptarse gradualmente a otra cultura sin perder los patrones culturales de su propia cultura y es capaz de trabajar con influiencias culturales mutuas

Cómo llevar la competencia intercultural al aula de lenguas extranjeras

Las propuestas de Lourdes Miquel y Neus Sans consiguieron que se pasase de enseñar solo y exclusivamente la denominada cul­tura con mayúsculas a enseñar la cultura inmersa en cualquier acto de habla.

También se ha conseguido que los componentes culturales e interculturales se traten en el aula de lenguas extranjeras de la misma manera que pueden tratarse otros componentes. Además, esta integración ha de realizarse de manera contextualizada y no como un material complementario.

Además de técnicas generales como la discusión sobre un tema, la resolución de un problemas, la lluvia de ideas o la comparación y el contraste, hay dos tipos de actividades diseñadas especialmente para la enseñanza de estos elementos.

  1. La técnica del asimilador cultural. Consiste en presentar a los aprendices una serle de historias y eventos acaecidos en el desarrollo de una comunicación intercultural. Durante esta comunicación se produjeron malentendidos y choques culturales y son los aprendices los que, a la vista de los hechos, deben reflexionar sobre las causas de dichos malentendidos. Esta técnica sirve para reflexionar sobre los valores que rigen en diferentes culturas que llevan, inexorablemente, a reflexionar sobre la cultura propia. Este proceso de autorreflexión es muy importante tanto para los docentes como para los aprendices. Una versión reducida y más controlada de esta técnica consiste en presentar al aprendiz el contexto en el que se ha producido un malentendido cultural y aportarles cuatro posibles razones para que se analicen las opciones y se descubra cuál es la verdadera.
  2. La cápsula cultural. Es una técnica desarrollada por Taylor y Sorenson que consiste en que el aprendiz prepare una pequeña exposición (los temas posibles han sido propuestos por el docente) sobre un determinado elemento cultural y que lo exponga al resto de la clase. Es una técnica que puede emplearse, con las adaptaciones correspondientes, a todos los niveles.

La evaluación del componente intercultural

Este componente presenta una dificultad de base: es necesario delimitar con precisión lo que consideramos cultura y lo que no. Además, es necesario huir de los componentes subjetivos.

Tienen que establecerse unos contenidos, unas habilidades y unas herramientas:

Contenidos

Es necesario delimitar una serie de contenidos que nos ayuden a la adquisición de la competencia intercultural. El MCER y el PCIC nos ofrecen una secuencia de elementos culturales para incorporar a nuestras clases secuenciadas que hacen referencia, por ejemplo:

  • La vida diaria: comida, horarios, fiestas, horarios, trabajo, actividades de ocio.
  • Condiciones de vida, relaciones personales y relaciones de poder y solidaridad: estructura social, relaciones entre sexos, estructuras y relaciones familiares, relaciones intergeneracionales, relaciones en el ámbito laboral, relaciones de raza y de comunidad, relaciones entre grupos políticos y religiosos.
  • Valores, creencias y actitudes: con factores como la clase social, los grupos profesionales, la riqueza, las culturas regionales, la seguridad, las instituciones, las minorías, la identidad nacional, las artes, la religión, el humor, puntualidad, regalos, modo de vestir, tabúes…
  • Comportamiento ritual:en ceremonias, en el nacimiento, matrimonio y muerte, en el comportamiento en ceremonias públicas y en celebraciones…).

Destrezas y habilidades

Algunas de las propuestas en el MCER son:

  • La capacidad de relacionar entre sí la cultura de origen y la cultura extran­jera.
  • La sensibilidad cultural y la capacidad de identificar y utilizar una variedad de estrategias para establecer contacto con personas de otras culturas.
  • La capacidad de cumplir el papel de intermediario cultural entre la cultura propia y la cultura extranjera, y de abordar con eficacia los malentendidos interculturales y las situaciones conflictivas.
  • La capacidad de superar relaciones estereotipadas.

Herramientas para la evaluación

Aunque en el MCER no hay un apartado expreso para la evaluación de la competencia intercultural, se indica que han de determinarse:

  • La experiencia y el conocimiento sociocultural previo que tiene el alumno y el que luego ha de adquirir (y evaluar).
  • Las experiencias y conocimientos de la vida social de su comunidad y de la comunidad de la cultura meta tiene que adquirir para cumplir los requisitos de comunicación intercultural en una LE.
  • Qué consciencia entre la relación existente entre la cultura materna y la cultura meta necesitará el aprendiz para desarrollar una apropiada competencia intercultural.

Es importante seguir una serie de recomendaciones útiles:

  • Incidir más en una evaluación continua que en la evaluación de criterios y momentos concretos.
  • Incidir en una evaluación formativa más que en una evaluación sumativa.
  • Incidir más en una evaluación global que en una evaluación analítica.
  • Incidir en la importancia de la autoevaluación.

Para estos fines, resulta adecuado utilizar diarios de aprendizaje que sirven, por un lado, como herramienta de autoevaluación para los aprendices y, por otro, como herramienta en la que el docente compruebe su avance en la adquisición de la competencia intercultural.

Es preciso tener en cuenta que buena parte de la adquisición del componente que estudiamos ocurre fuera del aula. En este diario, deben reflejarse los aspectos positivos, pero también los negativos, así como los miedos, ansiedades y choques culturales.

Puede ser útil también para la autoevaluación emplear tablas como la que aparece en Nuevo Avance 2:

Finalmente, y basándonos en un ejercicio sacado del volumen Nuevo Avan­ce 2 (2012, p. 113) proponemos una tabla orlentatlva sobre cómo podrían los estudiantes empezar a trabajar y autoevaluar su competencia cultural siguiendo la metodología que hay detrás de la herramienta de los diarios de aprendizaje. Así, una posible tabla podría ser la siguiente:

ABCDE
Lo que se suele hacer/decir en España¿Se hace en mi país?¿Cómo me siento al respecto?Busco un elemento/acción parecidos en mi culturaSimilitudes con dicho elemento de mi cultura origen
Enseñar la casa a alguien que nos visita por primera vez.    
Mirara los ojos a la persona con la que hablamos    
Llegar tarde a citas informales    
Etc.  

Para saber más

Alonso Belmonte, I., & Fernández Agüero, M. (2013). Enseñar la competencia intercultural. En L. Ruiz de Zarobe & Y. Ruiz de Zarobe (Eds.), Enseñar hoy una lengua extranjera (pp. 184–225). Portal Editions.

Cogo, A., & House, J. (2017). Intercultural pragmatics. The Routledge Handbook of Pragmatics.

Domínguez García, N., & González Plasencia, Y. (2015). Hacia una visión integradora de la pragmática intercultural en el aula de ELEEstudios Humanísticos. Filología37, 23–49.

Felix-Brasdefer, J. C. (2021). La comunicación intercultural. En M. V. Escandell Vidal, J. Amenós Pons, & A. Ahern (Eds.), Pragmática (pp. 742–755). Madrid: Akal.

Gil Bürmann, M. (2011). Consideraciones sobre la competencia intercultural en los profesores de idiomas. Recursos para la reflexión. Cuadernos Comillas1, 19–36.

González Plasencia, Y. (2019). Comunicación intercultural en la enseñanza de lenguas extranjeras. Bern, Switzerland: Peter Lang.

Jiménez-Ramírez, J. (2019). Cultura e interculturalidad (Culture and intercultural commucation). In J. Muñoz-Basols, E. Gironzetti, & M. Lacorte (Eds.), The Routledge Handbook of Spanish Language Teaching (pp. 243–257). Abingdon, Oxon: Routledge.

Trujillo Sáez, F. (2005). En torno a la interculturalidad. Reflexiones sobre la cultura y comunicación para la didáctica de la lenguaPorta Linguarum: Revista Internacional de Didáctica de Las Lenguas Extranjeras, (4), 23–40.

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