Comunicación no verbal y enseñanza de LE/L2

En apartados anteriores, se ha visto de manera razonada la necesidad de incluir la comunicación no verbal en los sistemas de enseñanza y aprendizaje de las lenguas extranjeras.

Es necesario, en primer lugar, realizar inventarios de los signos no verbales, llevar a cabo estudios interculturales para seleccionar los elementos particulares de cada cultura. Una vez tenemos ese inventario y esa selección, podemos ir integrando al currículo y al aula los elementos no verbales de manera progresiva.

Un buen punto de partida es asociar los signos a sus usos principales: signos no verbales con usos sociales, signos no verbales empleados para estructurar el discurso y usos no verbales con usos comunicativos. A continuación, quedaría estudiarlos según su valor o el significado de su equivalente verbal.

Recopilación del material

Ana María Cestero, cuyos planteamientos estamos siguiendo de manera continua en la elaboración de estos apartados, aconseja seguir cuatro procedimientos de recopilación del material empleados de manera sucesiva.

  1. Introspección. El investigador debe ser la primera fuente para recopilar el material no verbal. De este modo, el primer inventario de signos no verbales con su correspondiente descripción se puede obtener partiendo de la observación persona.
  2. Observación directa. A continuación, el investigador observará de manera activa la manera en la que otros miembros de la comunidad emplean los signos recogidos en el repertorio obtenido por introspección.
  3. Realización de encuestas. Como ocurre en los sistemas verbales, los signos de los sistemas de comunicación no verbal varían según las características sociales y el origen geográfico de las personas que lo emplean, así como las situaciones en las que se utilizan. Para verificar estas variaciones y realizar una generalización, se hace necesario realizar encuestas para controlar variables como el sexo, la edad, el nivel de educación, la procedencia de la persona y el contexto de uso. La encuesta debe registrarse usando una metodología multimodal (un texto acompañado de una imagen, una fotografía, un vídeo…).
  4. Programas de televisión y vídeos de internet, prensa, literatura y medios de comunicación generales, redes sociales… La fase final abarca la revisión del uso de estos signos en los medios indicados. Podemos encontrar aquí gran variedad de usos diferentes que resultarán muy útiles para completar los datos recogidos previamente.
  5. Y,4 programas de televisión, prensa, literatura y medios de comunicación en general. La fase final  de la colección de material debe consistir en una revisión del uso de los signos que estamos estudiando en programas de televisión populares, ilustraciones o entrevistas periodísticas, entre paréntesis o notas del autor en obras de literatura, y así sucesivamente, ya que se trata de diferentes medios en los que podemos encontrar una gran variedad de usos y diferentes personas que serán de utilidad para llevar a cabo, una vez más, los datos recogidos previamente.

Análisis del material

El análisis del material se realiza de forma progresiva, tal y como hemos apuntado. Una vez recopilados los datos (o de manera simultánea), es preciso ir realizando una clasificación de los elementos estudiados, de sus usos más habituales, de las variaciones sociales, geográficas y situacionales…

Se aconseja realizar un análisis cuantitativos de los signos no verbales para verificar sus frecuencias, si su uso esta generalizado y poder seleccionar las variantes más representativas.

Presentación de resultados

El resultado se presenta en forma de inventario presentado de una manera clara y sistemática y con las relaciones pertinentes entre dichos elementos.

En los inventarios destinados a la enseñanza de una LE/L2, es conveniente que los signos paralingüísticos, kinésicos, proxémicos y cronémicos aparezcan juntos, dado que se aplicarán en función con las funciones comunicativas básicas y englobados en grupos de signos que tengan la misma función.

En España se han ido realizando ya estudios comparativos con otros países que aportan información muy interesante en lo que respecta a las diferencias en la comunicación verbal entre España y otras culturas. Es buena idea dedicar proyectos de TFG y TFM a este cometido.

En los trabajos de Ana Cestero pueden encontrarse las referencias a algunos de estos estudios.

Clasificación

El material existente y el que se genere a partir de las iniciativas que estamos comentando será la base para la inclusión sistemática de la comunicación no verbal en el currículo de las LE/L2.

Siempre es necesario ordenar los elementos en niveles, de acuerdo a su mayor a menor funcionalidad, su mayor o menor frecuencia y, por último la dificultad que su producción lleva aparejada.

  • Noveles A1 y A2. Hay que incluir los signos que se pueden utilizar con signos légicos en lugar de ciertas construcciones lingüísticas simples de usos frecuentes, así como los correspondientes a construcciones no verbales de algunas expresiones y conectores deícticos y aquellos sonidos fisiológicos o emocionales (risas, llanto, tos, carraspeo, etc.).
  • Niveles B1 y B2. El repertorio básico anterior se ampliará para trabajar con frases con marcadores frecuentes. También se pueden incluir cualidades y modificadores fónicos, más sonidos fisiológicos y emocionales.
  • Niveles C1 y C2. El repertorio se amplía con repertorio de expresiones globales, marcadores, cualidades, modificadores fonéticos, sonidos fisiológicos.

Integración en el aula

Tomando en consideración todo lo anterior, comprobamos que la incorporación de los signos no verbales al aula no sería problemática, puesto que puede ir acompañada de la información lingüística, pragmática y conversacional.

Por ejemplo, puede comprobarse lo fácil que resulta acompañar todos los elementos en las fórmulas de saludo: besos, apretones de manos, abrazos… También e la organización del discurso.

Los pasos para su integración podrían ser:

  1. Presentación explícita o implícita de los signos no verbales. Esta presentación ha de ser clara y precisa. Los aprendices tienen que haber aprendido su utilidad y han de ser capaces de reproducir estos signos.
  2. Llevar a cabo actividades encaminadas al aprendizaje de estos signos no verbales de manera individual o en pequeños grupos.
  3. Reforzar el aprendizaje de los signos no verbales en parejas y grupos pequeños.
  4. Adquisición de signos no verbales partiendo de actividades abiertas para que los aprendices practiquen lo aprendido en interacciones lo más naturales y espontáneas posible.

Es importante volver a subrayar que estas actividades pueden integrarse con contenidos léxicos y gramaticales, sobre todo en los pasos 3 y 4.

El docente puede producirlos, pero también puede emplearse material audiovisual, en el que los elementos quedan perfectamente contextualizados.

En cuanto a las actividades, el juego de roles, la conversación, los discursos no verbales, la invención de historias, la creación de ilustraciones pueden ser también muy útiles. También pueden aportar muchos aspectos interesantes la realización de juegos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *