Elitismo lingüístico y hablismo

Elitismo lingüístico

El elitismo lingüístico es una teoría —no exenta de controversia y de fuertes detractores— que sostiene que el uso del lenguaje puede ser también una forma de discriminación.

El elitismo lingüístico puede realizarse apoyándose en instituciones como la RAE respecto al seguimiento de la norma panhispánica, pero también se evidencia cuando se afirma que algunas lenguas son más importantes y otras lo son menos por ser «dialectos». Aparecería elitismo lingüístico, asimismo, cuando se fía la reputación de una persona al uso adecuado de la ortografía, de la gramática o de un empleo determinado del léxico.

Algunos detractores del elitismo lingüístico, como Francisco Masse, no defienden los errores ortográficos o gramaticales, sino que basan su desconfianza contra esa «élite» en una falacia ad hominem que descarta cualquier idea o credibilidad si no está correctamente expresada bajo los parámetros de la norma.

Un artículo reciente de Daniel Pérez Visedo en El País, «Una revolución en la ortografía», puede servir para suscitar el debate sobre esta cuestión tan controvertida. Ofrecemos aquí dos párrafos de dicho artículo para que se compruebe cómo orienta Pérez Visedo su argumentación:

La ortografía es, para empezar por lo más doloroso, un mecanismo de discriminación social: las personas con una educación más limitada son incapaces de escribir con una ortografía correcta, lo que les estigmatiza y ancla en trabajos subordinados y de peor calidad. Les señala. La ortografía es una inadmisible barrera social, además de innecesaria, que debería ser abolida. Una revolución social que mejoraría las oportunidades de aquellos menos afortunados.
La ortografía también supone una pesadilla para los estudiantes de nuestro país. ¿Cuántas horas lectivas tienen que dedicar para mal comprender unas normas complejas y carentes de utilidad? ¿Y si los estudiantes pudiesen dedicar esas horas a mejorar su comprensión de la tecnología, o de los fundamentos económicos de nuestra sociedad o de cualquier otra disciplina que aporte conocimientos de utilidad? Una auténtica revolución educativa.

Daniel Pérez Visedo, «Una revolución en la ortografía», en El País, 8 de febrero de 2019″.


Hablismo

El hablismo es una derivación del elitismo lingüístico.

En el DLE, se define como hablista a la «Persona que se distingue por la pureza, propiedad y elegancia del lenguaje». En suma, las diferencias significativas entre las maneras de hablar de distintas personas se erige como un prejuicio respecto a las diferentes variedades que se alejan de un modelo (y que es, por lo tanto, artificial) que se toma como base y referencia.

Este hilo de Twitter refleja alguno de esos componentes del hablismo:

El artículo de Noemí López Trujillo «‘Aprende a pronunciar si quieres trabajar aquí’: así es la discriminación por acento» desarrolla algunos componentes derivados del hablismo.

A este respecto, también es interesante el artículo de Enrique Benítez «No, los andaluces o los latinoamericanos no hablan un mal castellano».

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