Argumentación e interacción (Fuentes Rodríguez & Alcaide Lara, 2007, pp. 17–24)
La argumentación posee un carácter eminentemente interactivo. La finalidad persuasiva parte de la intencionalidad del hablante y su deseo de influir en el receptor.
El emisor establece una estrategia argumentativa para que el receptor modifique sus opiniones o creencias.
Esta interacción supone que, para estudiar la argumentación es necesario estar especialmente atentos a las figuras del emisor y del receptor para conocer, por un lado, la intencionalidad del hablante y por otro, el contexto en el que se produce la comunicación.