Pregúntame por los roces del viento en los días previos al invierno, por las gotas de lluvia que –poco a poco– adquieren la consistencia de la nieve. Pregúntame por las noches, tan largas como los precipicios de aquellos sueños que se pierden en los quicios de la pesadilla, por los trenes que no se detienen en aquel apeadero, maldito en el olvido. Pregúntame por el paso de los minutos, anquilosados en las páginas de ese libro cuya lectura se te atraganta, por los abrigos que refugian del frío sólo de modo relativo. Pregúntame por la imposibilidad actual de que los pájaros vuelen tan alto como se merecen, por los acordes acartonados en un altavoz con un registro de bajos poco potente. Pregúntame por los ritmos marcados que se ahogan en nuestras bocas, heladas con los grados por debajo de cero, por los cristales que nos devuelven la mirada falsa del interior de nuestras casas, de nuestros cuerpos. Pregúntame por los huesos, calados por la rutina del movimiento uniformemente desacelerado, por el derroche de alegría estampado en las parades y confundido en el gotelé. Pregúntame por la búsqueda alquímica de una sintonía que nos haga nuevos, por la armonía esperanzada de que la rueda del mundo se detenga tres segundos para coger aire, por los consuelos reflejados en los pequeños detalles. Esos que nos hacen pensar que –todavía– estamos vivos.
(Fotografía de Alberto Urbina.)
Buenas noches, profesor Urbina:
Parece que la bola adivina se ha convertido en nieve o ¿es luz?. Quizás, colocando las manos desprenda calor, y nos enseñe que concentrando la mirada, las preguntas no son necesarias. Podemos hablar lo que se nos ocurra en el momento. Todo estará bien.
Las fotos de Alberto, buenas de veras. ¡Formáis un buen equipo, padre e hijo!.
Saludos. Gelu
Hola, soy el hijo de Raúl.
Me llamo Alberto, y muchas gracias por vuestro apoyo.
¡Qué bonito! Precioso… Besotes, M.
Ah, y no le dejes la reflex que si no te va a poner en evidencia… 😉
Deja, deja Raúl, no te pregunto sobre nada de eso, porque me da a mí quela respuesta no sería demasiado optimista. Condenado y eterno invierno Burgalés.
Las fotos de Alberto, de verdad que me tienen asombrado. La de los cielos eran preciosas, la de ayer (no se lo que representaba) era buena, pero esta de hoy es una chulada. Felicitalo de mi parte. Un saludo.