ELLA. Es una pena. ÉL. ¿Qué es una pena, que no tenga ganas o que no tenga nada nuevo que decir? ELLA. No sé, las dos cosas. Igual una cosa alimenta a la otra. ÉL. O las devora. Las fagocita. Las machaca. ELLA. ¿No será algo pasajero, algo propio de un estado de ánimo? ÉL. […]
Quizás no sea lo mismo – Diálogos #24 Leer más »
ELLA. Últimamente no escribes nada. ÉL. No. ELLA. ¿Por qué? ÉL. No sé. ELLA. ¿Lo quieres dejar? ÉL. No sé. ELLA. ¿No tienes nada que decir? ÉL. No sé que decirte. Igual no.
ELLA. Mejora esa cara. Sonríe. ÉL. (…) ELLA. ¿Me oyes? ÉL. ¿Qué? ELLA. Que no estés ahí apoyado en esa mesa, sujetando tu cabeza con la mano como si soportara el peso del mundo. ÉL. ¿Sugieres que mejore mis habilidades sociales desde el punto no verbal? ¿Me estás llamando cabezón? ¿Ambas cosas a la vez?
Y cuando no callo, rabio – Diálogos #22 Leer más »
ÉL. La vida es más triste que el ritmo de un bolero. ELLA. ¿Pero qué dices? ÉL. Eso. Lo tuiteé esta tarde. Es una verdad que intuían, ya, muchas personas. Y ahora la han visto escrita para quitarse la venda de los ojos. ELLA. ¿Estás bien? ÉL. Nunca he estado mejor, si a lo que
La vida es más triste que el ritmo de un bolero – Diálogos #21 Leer más »
ELLA. Hacía mucho tiempo que no nos sentábamos, que nos poníamos a hablar de nuestras cosas. ÉL. ¡Qué bien! Estoy pletórico. ELLA. Anda, tonto, que lo estabas deseando. ÉL. Bueno, contando con que me has dejado a tres páginas del final del libro, que me está encantando, ya te puedes imaginar. Lo dicho: pletórico. ELLA.
Cuando el año se nos divide en dos partes – Diálogos #20 Leer más »
ELLA. Dime que no es cierto. ÉL. No es cierto. ELLA. No me tomes el pelo. ÉL. No te tomo el pelo. ELLA. ¿Estás de broma? ÉL. No, no estoy de broma. ELLA. No repitas cada cosa que digo. ÉL. No repito cada… Digo que no, que no estoy de broma. Y que no repito
ELLA. ¿Pero qué haces ahí sentado? ÉL. No voy a ponerme a escribir en el ordenador de pie. Es muy incómodo. ELLA. Tiene narices la cosa. Mañana salimos a primera hora de la mañana y tengo que hacer yo todo. Que si preparar la ropa, los bañadores, las toallas, las cremas… ÉL. Es mejor que
La utilidad. Los destinos – Diálogos #19 Leer más »
ELLA. Bueno, ¿qué me querías decir ayer? ÉL. ¿Yo? Nada. ELLA. Entonces, ¿por qué me mandaste un mensaje al trabajo? ÉL. ¿El mensaje? Te ponía que qué tal estabas de tus molestias en la espalda. ELLA. Sí, pero luego me ponías que nuestra conversación del otro día la habíamos dejado a medias. ÉL. ¡Ah, sí!
Aunque esté en silencio – Diálogos #18 Leer más »
ELLA. ¿Sabías que ha habido una votación para saber cuál es la palabra más bella? ÉL. No. ¿Y? ELLA. Hijo, mira que eres seco. Siempre con esas respuestas. ÉL. El «¿Y?» no era seco. Era para que siguieses. ELLA. ¿Ves como eres seco? ÉL. Joder… Venga, a ver, si vas a decirlo, dilo. ELLA. Pues
Para hablar del sentido del mundo – Diálogos #17 Leer más »
ELLA. Lo que yo digo es que se necesita una formación proporcional al grado de responsabilidad. ÉL. Y lo que yo digo es que se necesita una gran resposabilidad humana para avalar una formación adecuada. ELLA. Pero, además, creo que saber idiomas es indispensable. ÉL. Y yo te digo que puedes hablar chino y japonés,
La reducción del mundo en dulce y salado – Diálogo #16 Leer más »
ELLA. Leía el otro día no sé qué acerca del solipsismo y me acordé de ti. ÉL. ¿Ya estamos? ¿Pero me meto yo contigo? ELLA. No, no lo digo por el contenido, lo digo por la forma. Te gusta mucho emplear palabras raras y el otro día cuando estábamos charlando sentados en una terracita tomando
Todo aquello que me sepulta- Diálogo #15 Leer más »
ÉL. Los suburbios de nuestro corazón. ELLA. ¿Pero qué dices? ÉL. Los suburbios de nuestro corazón. ELLA. ¿Y? ÉL. Nada, es un verso. Primero había pensado «Los límites de nuestro corazón». Un endecasílabo que servía muy bien para lo que quería decir. Es que me he propuesto vaciarme en un soneto. Que conste que vaciarme,
Los suburbios de nuestro corazón como parte de un final – Diálogos #14 Leer más »
