Quererse mucho, quererse demasiado
Hay que quererse, eso no hay quien lo dude. La distancia entre el quererse y no quererse es sideral, existencial, tendenciosa y preocupante. No hay en la vida vasos medio llenos o medio vacíos que no estén cuantificados con el peligroso líquido del sesgo. Y no quererse es una de las peores cosas que le […]
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