Acaba y empieza
Septiembre se mete de tapadillo en el verano. El último día de piscina fue muy triste, con mucho calor, la piscina llena de nostálgicos aprovechando hasta el tuétano. Acaba la temporada de piscina y la recordaremos durante meses cuando el frío sea más profundo y parezca irreversible.
Sin nostalgia y sin pena
Tengo nostalgia y pena de que acabe al verano, pero odio a todos los que se muestran nostálgicos y penosos a la vuelta. No me gusta empezar un nuevo curso triste por lo que he perdido, sino por lo que me voy a encontrar. Buf, parezco un libro de autoayuda.
Desafíos
Este verano he llegado a una nueva meta, pero no estoy contento. Tendría que estar orgulloso y, de hecho, manifiesto ese orgullo de cara a la galería, pero, en mi fuero interno, tengo una sensación de vacío y de pena. Tengo que desafiarme mejor.
El Thyssen y el cielo de Madrid
Tendré que hablar un día de exposiciones, tendré que confesar que es la primera vez que visito el Thyssen y que tengo dos cosas que tengo que deciros de él y una se llama Mondrian. De momento, pienso en el atardecer de una tarde calurosa y en el cielo de Madrid. Y de su belleza
Eres un paréntesis
También tendría que evocar unas cuantas ficciones. Hay una que me ha llegado a lo más profundo. Fue una película que cayó durante una noche de insomnio, que era mucho mejor de lo que parecía, de esas que retratan tu vida. En ella, un personaje le dice a otro: «Eres un paréntesis». Y yo me quedé de piedra porque retrataba lo que es, de hecho, el signo de puntuación de mi vida.
Imagen de Robert Clinton.