He optado por no escribir entradas sobre el día 31 de diciembre y el 1 de enero, que iban a ser las últimas. A partir del 2, aunque no tenga que ir a la uni, he recuperado gran parte del ritmo de trabajo. Mi resumen de la «salida» y «entrada», de años viejos y años nuevos es que esos cambios solo afectan a mi humor, pero no a mi estado, que no pasa a ser ni líquido ni gaseoso. El día 31 lo dejamos en dos grandes momentos: cumpleaños de mi hijo y la tradicional San Silvestre Cidiana, de la que quedé especialmente contento. El día 1 de enero, lo dejamos con la maravillosa sensación de estar nadando con la piscina entera para mí.
Pero esta breve entrada quiero dedicarla a mi donación de sangre número 100. El día 2 de enero, por la mañanita, cumplí el centenar de donaciones. Después de 35 años y pocos parones, he acudido a la Hermandad de Donantes de Sangre de Burgos a poner mi granito de arena, o sea mi gotita de la vena.
Todavía recuerdo mi primera donación, llena de miedos. Acudí con Guillermo, el hermano de mi amigo Eduardo, que me animó a donar y se ofreció, desde su experiencia, a acompañarme ese primer día. Se lo agradezco mucho porque, de no ser por él, no sé si hubiese dado el paso/el brazo.
Y, desde entonces, el acto de donar se ha convertido en una alegre rutina. Me gusta pensar que esos casi 50 litros de sangre han podido ayudar a gente que lo necesitaba. No se trata tanto de ese deseo de pervivencia de mi sangre en el cuerpo de los otros, sino de poner a disposición de los que lo precisan una pequeña parte de mí que no supone ningún esfuerzo, ningún mérito.
Años más tarde, tanto en la educación secundaria como en la universidad, he animado a algunos alumnos a donar. De hecho, yo también he sido compañero de principiantes ilusionados que, con su generosidad, riegan ahora otros cuerpos. Quedaba con ellos por las tardes y recuerdo especialmente un día en el que, pensando que irían dos, se presentaron doce. Con un poquito de miedo, como me ocurrió a mí. Con una sonrisa al acabar.
Así que eso, solo eso, merece mi atención. Y es el broche de mis entradas sobre las vacaciones. Hasta las próximas… donaciones y vacaciones.
Me han encantado tus ultimas entradas. Ha sido un poco como verte a través de una ventana. Enhorabuena por las donaciones, y gracias por las recomendaciones de libros y artículos.
Por cierto, que la entrevista sobre el negocio de la felicidad me ha encantado, llevaba tiempo reflexionando sobre la proliferación de estos libros, que siempre me deja mal sabor de boca. Cada vez que paso por un aeropuerto y echo un vistazo a las estanterías, me tiro de los pelos. Y no son sólo libros de autoayuda, sino también los de hacerse rico fácilmente, o incluso alguno que pretende conseguir que los demás hagan lo que tú quieres…. un poco deprimente todo, la verdad.