Es esta una tarde con lluvia y sin gimnasio, con letras sin historias. Con demonios y sin balas, con azares sin destinos. Es esta una tarde a la que pronto devora la noche, a la que golpea un viento lleno de gotas y de hojas y de heridas.
Es esta una tarde con fragmentos de recuerdos mal asimilados, de melodías demasiado tristes. Es esta una tarde con esa melancolía que va masticando los minutos, que va rellenando de huecos todo lo que parecían buenas ideas.
Es esta una tarde de rincones sin barrer, de aristas inmensas, una tarde que es guarida de bestias viejas, preparadas para asaltar cualquier rayo de luz entre los coches que deambulan por las calles.
Es esta una tarde llena de opacidades transparentes, repleta de dolor sin saber por qué, de esperanza sin esperar nada. Esta tarde, con letras sin historias.
Con imagen de René Brumoso.