La publicidad es un tipo de discurso persuasivo en el que es muy frecuente que se omitan elementos. No es necesario que haya una argumentación completa para que esta llegue al receptor de manera exitosa y eficaz. Esto, que ocurre de modo general en toda la comunicación publicitaria, se consigue plasmar de manera muy inteligente en la campaña realizada por Miami Ad School, una agencia alemana, para el Museo del Louvre.
El lema de la campaña es You don’t have to see it, to know you have to see it (No tienes que verlo para saber que tienes que verlo. Se trata de una bonita paradoja que evidencia que las obras que pueden apreciarse en el Louvre son sobradamente conocidas por el público, por lo que no necesitan ser mostradas más que de forma pixelada en las imágenes de la campaña. Por lo tanto, la campaña se basa en lo que no muestra y todos comprenden: No tienes que verlo [aquí] para verlo [en el Louvre]. Desde el punto de vista cognitivo, entendemos lo que no está por lo que está. O, lo que es lo mismo, es mucho mejor ver la auténtica realidad de lo que ya conocemos que ver una imagen. Sería la elevación por sublimación del Ceci n’est pas un pipe de Magritte (o, visto de una manera más crítica, su reducción al absurdo).
Para juzgar si este reconocimiento es completo por parte de todos los receptores, dejo, además de la Mona Lisa que encabeza la entrada, las imágenes del Juramento de los Horacios, La Libertad guiando al pueblo y La balsa de la Medusa. Basta con que pinchéis sobre cada imagen.
La información sobre esta campaña me llegó a través de la web Ads of the World.
Esta entrada, publicada primero en ScriptaManent, aparece también en mi blog personal, VerbaVolant.