Asciende y asciende, como un cohete apuntando al cielo. Es un sentimiento con sabor a malta y a ternura y a todo lo imparable. Gira y gira, como un acontecimiento deseado y esperado. Es un corazón suave, con olor a luz y a flotar entre oscuridades poco tenues. Sube y sube, como la libertad tomada de la mano. Es una palabra con sonido susurrante y un caleidoscopio y un destino secreto y compartido. Vuela y vuela, como un cielo que se acerca a la danza de nuestros pies. Es un sueño conseguido y un calor de sudor frío y una manera de estar a salvo. Brilla y brilla, como un sabor poco frecuentado. Es una nube sin tormenta y un asiento en primera fila y un mar que nos mece. Asciende, gira, sube. Y brilla.
(Imagen de Brian Abeling).