speral acto de irse, el esfuerzo de recoger todo lo imprescindible en un espacio reducido (preferiblemente con ruedas y en espacio cuantificable en unidades de volumen). El resultado de dejar las cosas atrás sin saber lo que te espera, sin conocer el entorno ni el barrio ni el grado de comodidad de un colchón que te soportará de ahora en adelante. El transcurso de muchas horas en las que caben todos los pensamientos, todas los miedos y todas las esperanzas. El hecho de irse en una proporción no deseada ni deseable. En un proceso en el que todo lo tienes que convertir: las palabras que son extrañas porque serán tan mías como suyas, las monedas y el efecto de las horas sobre los meridianos. La decisión, esa meditación entre la necesidad de estar repicando y estar presente en todas las procesiones del bendito y agobiante acto del trabajo.
Me voy. Cuando aquí todas las hojas respiren el frío sobre el suelo, yo me voy. Hacia la primavera.
Imagen de Jorge Gobbi.
Sí, es una ida con fecha de vuelta, aunque reconozco que siempre que me voy fuera de asalta la duda. Ya me ha ocurrido más veces (¿Y si no vuelvo?). En el fondo, me arrepiento de las veces que he tenido la oportunidad de irme y no volver.
Fijate que desde que estoy fuera ya nunca se si voy o vuelvo…. 🙂
Espero que disfrutes mucho 😀
Esa es una buena pregunta 🙂
¿Y vas a contestarla?
Y volveras?