Consuélame en la hora más oscura. Dime que podré, al fin, encontrar el camino. Dime que la suerte estará de mi lado y que podré entender esas avalanchas, esas caídas. Dime que algunos de mis errores se convertirán en aciertos, que el mal común de toda la humanidad será conmigo misericorde. Dime que existe un término medio entre la locura y el equilibrio, entre el grito y la sonrisa. Dime que es posible explotar el silencio y que se expanda por los cuatro puntos cardinales. Dime que el caer del día no significa, necesariamente, la caída hacia el abismo. Asegúrate de que mantenga algo de chispa gracias a la luz de tu sonrisa. Dime que la paz no será la ausencia.
Por fin, consuélame en la hora más oscura.
(Imagen de Catalina)