Reconozco que cada vez va en preocupante aumento el número de cosas que me son totalmente indiferentes. Es un mecanismo aséptico y sabio, que me alivia de muchos dolores. Me proporciona un placer delirante sentir cómo va resbalando por mi vida casi todo.
Pero uno no es de piedra.
(La imagen pertenece a mi galería de Flickr.)