ELLA. Me han dicho que estás en una foto, en una pantalla grande.
ÉL. Sí, estoy. Unos están en Picadilly Circus, otros están en Times Square. Yo estoy allí.
ELLA. Lo más extraño es que me han dicho que en la foto estás relajado, casi sonriendo.
ÉL. ¿Y?
ELLA. No, nada. Que me extraña.
ÉL. ¿Por?
ELLA. Nada, por nada.
ÉL. Otra cosa. Tenemos que ir a la compra, que no se nos pase.
ELLA. ¿A comprar autocomplacencia o autoestima?
ÉL. A comprar cosas para la ensalada.
ELLA. Vale. Tu encárgate de lo verde. De lo otro me encargo yo.
ÉL. Es que no quiero que eches demasiadas cosas. A mí me vale con lechuga, cebolla y tomate. Es más sano.
ELLA. Sí, claro, es más sano. Precisamente por eso, voy a comprar aceitunas picantes y un trozo grande de bonito en escabeche.
ÉL. Todo por llevarme la contraria.
ELLA. No, todo para que te des cuenta de que la vida es algo más que lechuga. Te pierdes todo lo picante.
ÉL. ¿Y el bonito en escabeche? ¿Qué me aporta el bonito en escabeche?
ELLA. Te olvidas de una cosa, idiota. El bonito es precioso.
(Entrada perteneciente a la serie Diálogos. Imagen de Agustín Ruiz.)