Cruzamos aceras, saltamos charcos, vamos de la ceca a la meca. Lanzamos los trastos a la cabeza y tiramos la casa por la ventana, nos rasgamos las vestiduras, estamos compuestos y sin novio. Proferimos alaridos, hablamos a voz en grito, cantamos cuando nadie nos oye y en la ducha y cuando estamos distraídos. Susurramos palabras al oído, callamos y mentimos más que hablamos, se nos va la fuerza por la boca. Somos mejores como jueces que como testigos, nos reímos a mandíbula batiente. Ponemos la verdad por delante y la zapatilla por detrás. Vamos de Madrid al cielo y con suelo bajo nuestros pies.
Vamos a gatas. Y a ciegas. Y, contigo, hasta el fin del mundo.
(Imagen de Brandon Warren.)