Por todos los rincones nos acecha el amor, por todos los rincones. A veces, lo buscas por las flores, por el sol, por los espacios azules. Pero no está. No lo encuentras por ningún resquicio de la evidencia.
Un día, refugiado en la tristeza de lo profundo, emerge. Y, sin darte cuenta, descubres que el amor no solo se busca, sino que se encuentra. No solo encuentra, sino que se busca. Simplemente, tienes que estar preparado.
(Fotografía de Alfonso González, al que le agradezco que me haya dado permiso para utilizarla en esta entrada.)
No podría estar más de acuerdo.