ELLA. Oye, que me han pedido unos compañeros del trabajo que si les hacías el favor de escribir unas líneas para poner en una felicitación conjunta.
ÉL. Ya sabes que me niego a redactar nada que sea políticamente correcto.
ELLA. Hijo, cómo eres. Qué tío más borde. Luego dicen que el cardo soy yo.
ÉL. Tú solo lo eres por fuera. Yo las espinas las llevo por dentro.
ELLA. Anda, hazme ese favor. Me pones en un compromiso.
ÉL. Paso. Parece mentira que no me conozcas.
ELLA. Por favor…
ÉL. Que no. Que paso, coño. Que paso.
ELLA. Se te da bien escribir.
ÉL. Pero no se me da bien mentir.
ELLA. Pues disimula.
ÉL. ¿Quieres que claudique? Lo haré si me prometes que les vas a mandar exactamente lo que escriba. Sin quitar ni una coma.
ELLA. Aunque me da miedo, trato hecho. Confío en ti.
ÉL. Mañana mismo la tienes.
(Entrada perteneciente a la serie Diálogos. Con imagen de Camil Tucan.)