En una noche de domingo sin mañana. En un intervalo que nos llevará consigo hasta que se acabe el día. En un suspiro que dura hasta dejar el corazón lleno y los pulmones vacíos. Con un emoticono no escrito, sino dibujado en las estrellas. Con la esperanza de no ser leído. Sin redes sociales que lo difundan. Solo para aquellos que entran para darse una vuelta por los sentidos como quien se pierde en una calle vacía.
Hoy queda esta propina que no vale nada. Palabras y palabras para intentar derribar un mundo aburrido de nadar entre las sombras.
(Imagen de Oha-Lau2.)