Chipirón ha vuelto. Pese a la importancia que ha tenido en este blog (los visitantes nuevos o más reciente pueden rebuscar en este enlace), poco a poco fue desapareciendo. De alguna manera, no sé si queriéndolo o no, sus reflexiones, sus aportaciones y, sobre todo, sus imprecaciones aportaban la chispa justo donde era necesario encender una llama. Poco a poco, fue desapareciendo: ya no me mandaba esos mensajes que, inicialmente, reflexionaban sobre cada entrada y luego fueron desapareciendo hasta casi desvanecerse. Incluso alguno de los últimos mensajes más relevantes que me remitió eran tan sumamente duros que no me atrevía a ponerlos en el blog (nunca la he contestado de forma directa por correo electrónico).
Sin embargo, hace dos días recibí un mensaje nuevo de Chipirón (sí, lectores nuevos, así se hace llamar) dirigido a Garbanzo Negro (sí, sí, me llama/llamaba así siempre). Entresaco alguna de sus observaciones:
¿Por qué no desapareces del mundo virtual? Es mucho mejor borrarse del mapa que ir esparciendo tus miserias. ¿Te merece la pena seguir cuando ya no tienes nada que decir? Antes, cuando no tenías nada que decir, te inventabas un mundo con palabras. A lo mejor eras el Garbanzo Negro de la vida, pero las cosas que decían aportaban algo de caldo (jugo y calidez) a esa parte de ti que está en sombras.
Me temo que no desapareces porque no te atreves. Igual piensas que todo vale, que tienes a todos tus seguidores fieles a tus pamplinas. Pero no, seguro que, del mismo modo que yo lo he hecho, muchos han ido dejando de visitarte y, sobre todo, de leerte.
Te lo tengo que decir porque si no reviento: antes el blog era parte de tu vida o una parte importante de las partes de la vida. Ahora publican cuando te viene en gana, de Pascuas a Ramos. Sin ningún orden, tú que te tienes por mente privilegiada y ordenada. Eres una patraña. Los compromisos están para cumplirlos o para romperlos, pero nunca para dejarlos a medias. Ahora todo, incluso algunas buenas ideas, es un hilo roto, sin sentido. Antes, por lo menos, estabas perdido en tus laberintos pero tenías algo (eso, un hilo) que te permitía alejarte del Minotauro. Ahora no, ahora te arrastras por el suelo del laberinto. Seguramente tu laberinto no tenga salida (eso lo sabes tú mejor que nadie) pero, al menos, camina y piérdete con dignidad.
Prosificas canciones, qué bonito. Traducir mal una canción y sacarla de contexto igual no es una mala idea, pero siempre que digas hacia dónde nos quieres conducir.
Sigues escribiendo diálogos. Me fastidia reconocerlo, pero algunos me gustaban. Pocas veces he sentido tanto la soledad, el silencio y la incomunicación como leyendo tus diálogos. Pero antes ese Él y Ella conversaban más y progresaban en esa incomunicación. Ahora están metidos en los mundos de Yupi. Cuando empezábamos a ver algo más allá, vas y te atascas. Vaya mierda, Garbanzo Negro, vaya mierda.
¿Y los Fragmentos para una teoría del caos? ¿Dónde están? Una idea que podía haber conducido a un vínculo narrativo nada desdeñable se convierten en soliloquios de revista barata. ¿Cuándo vas a darles un impulso y volver al hilo inicial, cuando las historias se entrecruzaban? ¿Se te acabaron las ganas?
También ha desaparecido el espíritu de las primeras entradas (primeras pero muchas, aunque muy lejanas). Esos post eran porciones del universo vinculadas al conocimiento externo en forma de enlaces. Eran líneas muy curradas, que aportaban algo más allá de las pelotillas del ombligo. Luego siempre las girabas hacia ti, pero te hacían mejor porque, al menos, servías de contraste. Ahora no sirves para nada.
No te creas que tengo mucho más que decir. Escribe, desaparece o muere.
Bueno, pues estas han sido las lindezas. Hoy no tengo muchas ganas de pensar. De hecho, una cosa es cierta: hace mucho que no pienso. Mañana veré lo que hago, si escribir o desaparecer. Lo último no depende de mí.
(La imagen es de José Luis Cernadas.)
Buenas noches, Raúl Urbina:
¡Vaya con Chipirón! ¡Menudo carácter!
No voy a ocultar que me hacen gracia ‘sus apariciones’ y en el fondo estoy de acuerdo en que ‘su Garbanzo Negro’ escribe poco.
La verdad es que a partir de hoy -que es en lo que ya se ha convertido su mañana de ayer-, como seguidora, espero que no desaparezca.
Saludos.
P.D.: Se me ha ocurrido hacer una entrada con el largometraje ‘Garbancito de la Mancha’ estrenada en 1945. Haré una serie dedicada a películas de dibujos animados.