Y piensas que es momento de hacerlo, pero siempre encuentras algo superfluo para sustituir a las cosas importantes. Las vueltas y vueltas de las cosas, de los seres y de los estados solo giran en el interior. Por fuera, es todo un aparente vacío, un aparente desengaño. Una risa cacareada y floja, que no sabes si es una causa, un efecto o sus consecuencias. Y, mientras piensas que es el momento de hacerlo, siempre encuentras algo redundante, siempre en forma de combate salvaje con tu propio cuerpo. Un desafío en forma de reto, de castigo de tus músculos, de lucha con tu respiración, contra tus miedos. Con tus límites, que todavía no los has encontrado porque no te paras un segundo para dedicarlo a la reflexión.
Y piensas que es el momento de hacerlo, de arrojar todas las ideas por la ventana para ver cómo vuelan. Y vuelta a empezar.
(Imagen de Henar Domine.)