He intentado escribir esta entrada de muchas formas. La había escrito desde la pena, desde el rencor, desde la estupefacción. Y todas las versiones anteriores no las he borrado ni por piedad, ni por lástima, ni siquiera por vergüenza. La entrada que quería escribir hoy no la he escrito porque no conseguía que expresara todo lo que siento con todos los apéndices, todos los quistes, todos los matices. No obstante, siempre hay momentos y azares en los que salen las cosas por sí solas. El viernes por la noche estaba solo y apagado en un bar de copas tomando una cerveza cuando saltó la chispa. La chispa.
Bienvenido a la selva. Tenemos juegos y diversión. Tenemos todo lo que necesitas pero no quieres, todo lo que quieres pero no necesitas, todos los nombres, todos los apellidos: ya sabéis a lo que me refiero. Siempre disponemos de personas que puedan encontrar todas estas cosas por las que te pierdes. Si tienes el dinero suficiente, podemos proporcionarte la enfermedad que desees para esta jungla de cristal, de árboles que siempre dejan ver el bosque. Bienvenido a la selva. La selva que hace que te pongas de rodillas mientras miro cómo te desangras.
Bienvenido a la selva. Aquí vivimos de un día para otro y, si quieres otra cosa más, si aspiras a cualquier otro escalón, lo vas a tener que sangrar. Puede que, incluso, llegues a probar cómo brillan las luces, pero lo vas a tener que pagar mientras vemos cómo profieres tu alarido. Bienvenido a la selva. Cada día es más difícil vivir dentro de aquí y cada día que pasa se te hace más difícil vivir fuera.
Bienvenido a la selva. Aquí aprendes a vivir como un auténtico animal. Es la jungla donde jugamos: si tienes ganas de comer, siempre vas a conseguir unas migajas. Pero será mucho mejor si no pruebas el bocado que nosotros te vamos a ofrecer. Bienvenido a la selva porque, cuando estás en lo más alto, nunca te querrás bajar.
Bienvenido a la selva. ¿Ya sabes bien dónde estás y cómo situarte, cómo orientarte? ¿Has tomado consciencia de una vez? Estás en la selva. Te vas a morir aquí. Vamos a conseguir que te pongas de rodillas y vamos a acabar por derribarte. Y vamos a escuchar cómo profieres tus alaridos. Y vamos a disfrutar con la música de la selva, la que emana de dentro. Del interior de la selva y la que sale desde dentro. De tu interior, con la forma de tus entrañas.
(Versión prosificada y modificada y libremente, hasta el punto de invertir parte de sus significados, de “Welcome to the Jungle”, de Guns N’Roses. Dicen que la canción de Guns N’Roses surgió cuando Axl Rose se encontró en Los Angeles con un vagabundo y este le dijo: «Sabes dónde estás? Estás en la jungla y vas a morir». Supone, pues, toda un manual de instrucciones para situarte en la vida. La imagen es de Luca Rosato.)