Cómo odias los días de primavera en los que es otoño, los momentos en los que descansar se convierte en trabajo, los instantes en los que los sueños fermentan en una obsesión. En las horas, los minutos y los segundos en los que piensas en lo que te falta. Y de los que no puedes prescindir para vivir.
(Imagen de Chaval Brasil.)