ELLA. A Soria.
ÉL. ¿Qué?
ELLA. Que me iría a Soria.
ÉL. ¿A Soria?
ELLA. A Soria, a Guadalajara, fuera de aquí. Vivimos en una ciudad muy predecible.
ÉL. ¿Previsible?
ELLA. Sí, no solo convencional, tradicional o aburrida. Es predecible porque sabes lo que ha pasado, lo que pasa y lo que va a pasar. Y lo peor de todo es que lo sabes tú y lo saben los demás, todo el mundo.
ÉL. ¿Y no prefieres Madrid?
ELLA. Claro que prefiero Madrid, por supuesto que lo prefiero. Grande, anónima, impredecible.
ÉL. ¿Y al extranjero? ¿Te irías al extranjero?
ELLA. Me da un poco de miedo. Por el idioma, sobre todo. Pero sí, me marcharía.
ÉL. Está claro que eres poco predecible.
ELLA. ¿Impredecible?
ÉL. Sí, tan impredecible como una hamburguesa vegetariana.
ELLA. Pero qué dices… Ahora que lo mencionas, me apetece una.
ÉL. ¿Lo ves? Cierra los ojos y espera. Conseguirás todo lo que te propongas.
(Entrada perteneciente a la serie Diálogos. Imagen de Thomas Leuthard.)