ÉL. Te veo un poco agobiada, acelerada.
ELLA. Pues sí. Sobre todo, agobiada.
ÉL. ¿Por?
ELLA. Porque me sobrepasa todo: las responsabilidades, el cansancio, el trabajo acumulado. No puedo más.
ÉL. Ánimo, ya pasará.
ELLA. Pasará… cuando pase. Se me han quitado las ganas de todo.
ÉL. Te voy a decir lo que necesitas. Lo que necesitas es…
ELLA. …no seas marrano.
ÉL. ¿Por qué no me dejas acabar? Lo que necesitas es reírte. Durante un rato, al menos, tienes que reírte de todo y por todo.
ELLA. ¿De ti, por ejemplo?
ÉL. ¿Y por qué te vas a reír de mí? ¿De qué te ríes?
ELLA. De ti. De lo previsible que eres. Y de tu ego. Anda, que ya es acordarme de un par de cosas y haber desconectado un rato.
ÉL. Pues eso que no te he contado lo mejor.
ELLA. Mira que eres protagonista. Di.
(Entrada perteneciente a la serie Diálogos. Imagen de Arild Storaas.)
yo también me he sonreído, gracias.
bicos,