¿Por qué no irse lejos? ¿Por qué limitarse al lugar en el que has nacido y no aventurarse a otro lugar, a otro ritmo? ¿Por qué no poner pies en polvorosa, tierra de por medio, escabullirse en el entramado de los meridianos? ¿Por qué comprobar que el hartazgo de la rutina te supera a ti, el amigo contradictorio, perverso, del orden y de la lógica? ¿Por qué no vivir un sueño, aunque alguna vez se vuelva en la cruda, en la tierna realidad?
(Imagen de Topyti.)
Me han gustado mucho estas dos últimas entradas. Me han hecho recapacitar sobre muchas cosas…