ÉL. ¿Sabes? He vuelto a ver Annie Hall. Habían pasado diez años desde la última vez y estaba con miedo de que no volviese a sorprenderme, pero Woody Allen siempre lo consigue. Esa mezcla de humor aparentemente vacuo pero ácido con una visión pesimista de la vida. Es una obra maestra. Oye, ¿por qué lloras? ¿Te pasa algo?
ELLA. Lo que me pasa es que estoy harta. Harta de ti, harta de todos. Estoy hasta el cogote de tus neuras, de tus gracias, de tus salidas de tono. De tus intereses y de que todo gire en torno a ti en este mundo que te has montado. ¿Quién coño te crees que eres? Quiero que me dejes en paz. No quiero que me vuelvas a dirigir la palabra. Te importa un bledo si me siento mal. Nunca una palabra de ánimo, ni una muestra de cariño. Solo salidas de tono, malos humores y chistes a destiempo. Desaparece. Vete. No lo aguanto más.
ÉL.
ELLA.
ÉL.
ELLA.
ÉL.
ELLA.
ÉL.
ELLA.
ÉL. Bueno, ¿ya te has desahogado? ¿Se te ha pasado? Invito yo.
ELLA. Imbécil.
(Imagen de Mo Elnadi. Entrada perteneciente a la serie Diálogos.)
me encanta como consigues ese «deshogo» de la mujer… y como se «sella» la reconciliación con ese «imbécil».
biquiños,