Volver tiene sus consecuencias. Para volver, tienes que haberte ido y, como dicen las definiciones en el diccionario, es algo más complicado de lo que parece a simple vista. Uno va por decisión o por necesidad, por voluntad propia o por las circunstancias. Y vuelve por esas mismas razones, por alguna más, no sé por qué. No se vuelve indemne. Ni inocente. Nunca se vuelve como antes, ni por el haz ni por el envés.
Algunos, por educación o por profesión, vuelven al cole. Y no quería dejar pasar este momento para una reflexión práctica, que hace más difícil la vuelta para algunos. Pongamos como ejemplo un centro educativo concertado de mi ciudad. Los niños que acudan a este colegio deben llevar uniforme. Como en el colegio han decidido cambiar la empresa con la que lo comerciaban, el diseño o ambas cosas, solo será posible utilizar el chándal o el uniforme antiguo durante un año. Las familias con varios hijos tendrán que gastar, de nuevo. Un pantalón largo les costará 27 euros, uno corto 24, un jersey29, una chaqueta 46, unos calcetines 4… Un chándal, 64 euros, una camiseta de deporte, 17. Y dicen que el informe es un igualador… de clase.
Estos chicos –todos los alumnos escolarizados de un país en el que las editoriales hacen el septiembre con el beneplácito de la autoridad y los profesores no se plantean otra alternativa– pagarán casi 300 euros por sus libros (por aquello de ser anecdóticos, una asignatura de ampliación de un curso de la ESO tiene un libro de texto de 31,50 euros). A eso se le sumarán cuadernos, bolígrafos, agendas… y cuotas responsables.
Tal y como anda el patio (y hay un patio mucho más grande que el de un colegio, que no debería ser más que un reflejo del mundo), nunca volver fue tan difícil.
(Imagen de Pedro Blasco.)
Buenas noches, Raúl Urbina:
Volver este septiembre, para muchas familias, será muy difícil.
¿No se van a plantar nunca con ideas renovadas?
En fin.
Una de las primeras entradas que descubrí en tu Blog, , fue ésta que titulabas SERENDIPIA.
Pasado mañana hará cuatro años y sigues teniendo razón: No hay que cansarse de buscar.
Hoy te he dedicado en mi blog de cine una película en la que también hablaban del significado de esta palabra.
Espero que te guste. Un abrazo
Muchas familias hacen ingeniería contable cuando llega septiembre. En mi caso, mi hermano va a 4o de la ESO, y los libros han costado unos 250 euros, y la ropa imprescindible, 80 más…
No todos pueden permitírselo, pero más pena me dan aquellos que tienen que ir a colegios concertados por obligación. No sé cómo será en Burgos, pero en Mallorca, si te toca el concertado por zona, no te salvas.
un baño de realidad puro y duro.
biquiños,
Algunos maestros sí se plantean otras alternativas, pero los miran de forma que no sé muy bien cómo explicar: ¿lunáticos?, ¿irresponsables?, ¿poco realistas?, ¿excéntricos?… Y algunos maestros creen que con frecuencia no es la mayoría la que tiene la razón, y están dispuestos a proponer, defender y trabajar en otras posibilidades una y otra vez, pero los maestros trabajan en colegios (ya casi no quedan escuelas unitarias) y es muy poco lo que pueden hacer de modo individual es este sentido. Parece que la Educación cada vez está más reglaga, compartimentada, encajonada, subyugada… Y ¡así nos va! creo yo. Hay poco margen para salirse de la cuadrícula y duele.
Por cierto, vengo comprobando a lo largo de los años que el aumento de libros y su grosor, cuadernos, cuadernillos y peso de las mochilas suele ser inversamente proporcional a la cantidad, calidad y eficacia del rendimiento escolar y del aprendizaje.