ÉL. Estoy tan casado de la realidad, que necesito algo de ficción.
ELLA. Pues podías elegir algo así en plan novela romántica. Que te pasas la vida entre novelas raras y series que no conoce ni su padre.
ÉL. Te olvidas algo: películas del año de la polca. En blanco y negro.
ELLA. A veces, mudas. Lo tuyo es de traca, con lo poco que hablas.
ÉL. La vida está tan abarrotada de sonidos que, a veces, es deseable comunicarse con silencios.
ELLA. Sí, ni que lo digas. Eres una autoridad internacional en la materia.
ÉL. Y también leo novelas negras.
ELLA. Perfecto, oye. Para evadirte de la realidad, te cargas con dosis de realidad en los bajos fondos y en los nudos de la corrupción.
ÉL. La vida misma, pero vista al otro lado del espejo.
ELLA. No, si me volverás con la puta metáfora de Alicia.
ÉL. No sé si metáfora es la palabra adecuada.
ELLA. Lo que tu digas, rico. ¿Pero a ti no te da cosa pensar en los vacíos de tu vida, de todas tus oscuridades? ¿No ves que eres una persona triste, que te vas quedando sin alternativas?
ÉL. No sé. Prefiero pensar viendo ficciones. Hoy, en Mad men, he tenido la sensación de estar en la explicación plena de muchos de los recovecos de la vida. Trataba de…
ELLA. …no sigas. No me interesa. Consuélate con tus ficciones y vete a paseo.
ÉL. Vale.
(La imagen pertenece a mi galería de Flickr.)
Aldabra.– Perdona el retraso en contestar: estoy corrigiendo y corrigiendo y corrigiendo… Este diálogo pertenece a una serie de «conversaciones» entre Él y Ella. Para hacerte una idea de cómo es Él, mira otros diálogos. Me gustaría saber qué opinas después… Él es un tipo muy raro.
no los veo yo muy compenetrados… no me gusta como le habla ella… hay mucho reproche… el hombre parece más sincero y auténtico.
biquiños,