Una vez más tus ojos se han abierto a las cinco de la mañana para contemplar la oscuridad una vez más has intentado cerrar esa negrura apretando los párpados con insistencia una vez más te has dado cuenta de que estás hecho para las madrugadas de que los intersticios del amanecer quizá deseen acariciarte suavemente una vez más te has acomodado en la cama golpeando la almohada para hacerte la vana esperanza de que mejorando tu postura mejorará tu esperanza una vez más te has levantado con el único objetivo de que la leche alcance la temperatura exacta y que el grado de fusión con el colacao refleje el equilibrio desequilibrado del universo una vez más has pensado en el día que te espera y no lo has vivido con angustia sino con incertidumbre una vez más te has metido bajo la ducha intentando un efecto reparador bajo tu cuerpo que tan solo se ha conseguido vagamente una vez más enfilas tus pasos hacia un nuevo día una vez más
(Entrada perteneciente a la serie de Blogólogos interiores. La imagen pertenece a mi galería de Flickr.)
Hola, Aldrabra: he quitado el código que había que poner: a ver si así no da tantos problemas (los mensajes con spam se acumulaban: ¡más de 200 diarios!). Es un placer verte por mi blog y leer el tuyo: se aprende mucho de personas que no caminan con los pies, sino que nadan con las aletas y con el corazón.
No puedo creer que se haya volatilizado la respuesta que te dejé.
Vuelvo a intentarlo (conste que ayer me pasó lo mismo en otra de tus entradas y al final desistí de dejar comentario)
Te decía al respecto de lo que dices de niño grande que tampoco soy yo toda una mujer, de hecho, ya sabes que las sirenas somos mitad pez y mitad mujer 🙂
El caso es que dejé el colacao porque comencé a tomar leche de soja (la recomiendo a todo el mundo) y ahora tomo descafeinado, ¡que tontería!, como que el colacao y la soja no me llegaban.
biquiños,
P.d.: creo que visité tu blog por primera vez hace ya mucho tiempo (si es que no estoy «confusionada» que todo puede ser) y ahora a través de Pedro he vuelto y me encanta lo que he encontrado… eso si mi cerebro no falla… pero como dirías en uno de tus diálogos ¿cerebro o mente?… para mí el cerebro es físico y la mente es más pasión/corazón/sentimiento… así decimos «estás en mi mente», «te llevo en mi mente» y decimos en cambio: «mi cerebro está un poco atascado», «mi cerebro es pequeño»…
en fin.
No te creas que yo soy toda una mujer, que va, bueno de hecho, ya ves que soy una sirena 🙂 mitad ped y mitad mujer.
La cosa es que me pasé al descafeinado porque comencé a tomar leche de soja, ¡que tontería!, como que el colacao y la soja no me convencían.
En fin.
biquiños,
p.d.: si no recuerdo mal hace mucho tiempo que visité tu blog por primera vez, y ahora gracias a Pedro he vuelto… y me gusta lo que me he encontrado, tus blogólogos son muy buenos aunque me hacen pensar mucho porque ten en cuenta que las sirenas tenemos un cerebro muy pequeño… ¿cerebro o mente? Para mí el cerebro es más físico y la mente es más emocional. No decimos, por ejemplo: «estás en mi cerebro», en cambio decimos: «estás en mi mente».
Estimada Aldabra: es un placer recibir tu comentario. Yo soy un niño grande y no puedo evitar desayunar con mi taza de colacao 🙂
Me encanta este texto que produce el efecto desasosiego, típico de una noche desvelada.
Y me gusta el sabor del colacao, ¡cuanto tiempo hace que no lo tomo! y no sé por qué.
biquiños,