He recibido varios mensajes desde el cielo, desde el espacio, desde los bits, desde la conversación cara a cara. Y todos los mensajes me dicen que mantenga la calma. Que mantenga la calma. Que la vida, toda ella, es una forma de malgastar el tiempo y que solo de nosotros depende de si lo malgastamos bien o mal. Que es mejor pasar de puntillas por las ofensas. Que, en el fondo, todo es cuestión de tragar la saliva, aunque sea gorda. De beber mucha agua para que pase el mal trago. De levantar un poco más la cabeza para despejar el esófago. Me dicen los mensajes algo de las muchas razones para desviar el enfoque y mirar hacia las cosas que aportan un sentido y no profundizar en las que se lo quitan. Me dicen, sobre todo, que abra el buzón que viene de más arriba, directamente de las personas que más me han querido. Me envían una sonrisa, un trozo de atardecer cálido (que este verano, en esta ciudad, con este temperamento, se convierte en un imposible). Unas palabras, apenas unos susurros que destilan pequeños momentos, retazos menudos de momentos, de melodías y paisajes. Y escribo esto para contestar: mensaje recibido.
(Imagen de Javier Sanjuán, excelente fotógrafo burgalés del que recomiendo visitar su galería en Flickr.)
No fué exactamente desde el CIELO.
Miré abajo, ví Burgos y …………