Corren malos tiempos para los minutos del verano: se congelaron esta mañana entre un soplo de viento frío y una nube que se cruzó en mitad del cielo. Este verano parece que desea acercarse a los inviernos en los que no existe más lumbre que los propios abrazos como insignia, como refugio. La estela de la columna vertebral aprovecha para tiritar hasta cimbrear las caderas y los grados centígrados se derraman por los ventanales. Corren malos tiempos para los minutos de verano: están por los suelos, como las cucarachas, las mentiras y las rebajas. Las hojas de los árboles parecen querer decir que nos volveremos a ver, en algún tiempo en el que los momentos se junten como una aguja con su hilo enhebrado.
Y es que corren malos tiempos para los minutos de verano, enredados entre los dedos de la mano.
(Imagen de Mo Enaldi.)
He estado 3 semanas en París y ha llovido todos los días menos 2. Espero que al llegar a España la cosa mejore…
Tienes razón, creo que este julio es el más fresco que recuerde. Me imagino que en Burgos debe de ser peor… Besotes, M.