ELLA. Leía el otro día no sé qué acerca del solipsismo y me acordé de ti.
ÉL. ¿Ya estamos? ¿Pero me meto yo contigo?
ELLA. No, no lo digo por el contenido, lo digo por la forma. Te gusta mucho emplear palabras raras y el otro día cuando estábamos charlando sentados en una terracita tomando una cerveza dijiste algo de los solipsistas.
ÉL. No son palabras raras. A ver si te crees que una palabra se puede sustituir por otra. Creo que es muy distinto decir de alguien que es un onanista a decir que es un pajillero. La diferencia, probablamente, esté en el lavado de manos y que a estos últimos es más difícil estrechársela (la mano) con confianza.
ELLA. Pues yo creo que hay personas que dicen palabras sencillas para decir cosas complicadas y personas que dicen palabras complicadas para decir cosas simples.
ÉL. Joder, ahora te vas a convertir en Oscar Wilde o algo… Y prefiero no pensar en lo que estás pensando.
ELLA. A propósito, ¿qué tal vas con esos proyectos de poemas, de poemas y esas cosas? Desde que te dio la obsesión de que habías visto algo en el cielo ya no eres el mismo.
ÉL. Te iba a decir algo escatológico, pero mejor lo dejamos. Paso por una crisis de creación, ¿vale?
ELLA. Pero si tú eras de los que decía que las crisis creativas eran una tontada que se inventaban los que ya no tenían otras excusas.
ÉL. Pues ya ves, he cambiado de parecer. Veo cosas y no sé cómo explicarlas. Pienso cosas y no sé cómo decirlas. Y, sobre todo, me paso el día mordiéndome la lengua para no revelar todo aquello que me sepulta. Y no vuelvas a decir lo del cielo, que la gente va a pensar que soy un iluminado de los del programa de Iker Jiménez.
ELLA. Pero luego sí pones por escrito estos diálogos. Mis amigas se piensan que son así, tal cual los decimos. Y piensan que estás como una regadera.
ÉL. Mentira: estoy más cuerdo que las putas chotas. Se lo dices a tus amigas. Escribo lo que decimos como lo decimos o como me apetece. Lo demás es ser timorato. Y pusilámine.
ELLA. ¿Ves cómo sueltas palabras raras?
ÉL. Jodeeeer…
(Imagen de F. Antolín Hernández.)